👑Capitulo 10👑

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Con algo de réplicas y una Maggie molesta que le pidió permiso al rey para trasladar mis cosas a la habitación que desde un principio tenían que darme, al final regreso con un grupo de empleadas y empezó a sacar mis cosas para subirlas al tercer piso

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Con algo de réplicas y una Maggie molesta que le pidió permiso al rey para trasladar mis cosas a la habitación que desde un principio tenían que darme, al final regreso con un grupo de empleadas y empezó a sacar mis cosas para subirlas al tercer piso.

—Lo logré—me digo cuando entro a las recámaras de la reina.

En mi vida anterior nunca pude pisar esta alcoba, hacerlo ahora era un gran avance.

La habitación tiene las paredes de negro y dorado como la oficina de su majestad, una gran cama en el centro tallada en dorado aunque parecía oro no me sorprendería, un gran mueble pegado a una de las ventanas en donde podría sentarme a leer o relajarme, una pequeña mesa con cuatro sillas en donde podría desayunar, grandes puertas de vidrio que mostraban un gran balcón, había tres puertas, una daba a un gran armario, otra al baño y la última a una pequeña oficina con un escritorio y varias estanterías vacías.

—Esto es muy grande—suspira mi madre recorriendo la habitación—me alegra que hayas puesto al rey en su sitio algo me decía que no ibas a salir de esa habitación de huéspedes.

Eso era cierto la única vez que no dormí allí en mi anterior vida fue cuando me encerraron en el calabozo dos días antes de mi muerte.

Maggie está en una de las esquinas quieta observándonos siempre me ha detestado y como no si es muy fiel a Abigaíl era su espía; de seguro ya le habrá contado todo acerca de lo que piensa de mí.

—Maggie puedes llamar al señor Foster—ella asiente y sale de la habitación.

—¿No seguirá siendo tu doncella verdad?—pregunta mi madre sacando los pocos vestidos del armario.

—No.

—Que bueno, no me genera confianza esa mujer—murmura al final—necesitas una cita con la modista y que te diseñe una horda de vestidos urgente.

—¿Se tienen que ir mañana?—mi madre hace una mueca y se sienta en la hilera de mi cama.

—Si cariño, no nos podemos quedar mucho tiempo— lo sabía, pero eso no me quitaba el sentimiento de zozobra.

Mi madre me acaricia el cabello y a pesar de que es un gesto muy infantil lo necesito. Ya mañana se irían y me dejarían aquí con lo que podría ser una bendición o un infierno.

Unos minutos después el señor Foster apareció, le abrí la puerta que daba a mi pequeña oficina y él entro a paso nervioso cerré y encima del escritorio estaba el gran libro que me dio, no lo había terminado, pero ya me dejaba varias cosas claras y que estaba bastante ciega en mi anterior vida.

—Bueno señor Foster—comienzo—me sorprende mucho lo que encontré, la señorita Abigaíl no llevaba una buena administración en el palacio.

Él aprieta los labios tenso.

—Si su majestad no podía hacer nada yo simplemente soy un consejero—se excusa con rapidez.

Pero todo esto me conviene no pensé que Abigaíl me la iba a poner tan fácil estaba tan cegada en mi anterior vida que no veía lo obvio, hubiera podido con ella.

MI DESTINO [LDR#0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora