MI DESTINO [LDR#0]

👑Capitulo 27👑

Abro los ojos al sentir un peso encima de mí, al principio pienso que es Damon, pero es muy liviano para ser mi esposo además él no estuviera a horcajadas sobre mi intento mirar a través de la oscuridad de la noche, pero no diviso casi nada, vuelvo a cerrar los ojos fingiendo que estoy dormida.

No sé quien sea, pero no debe de ser alguien bueno, sé que está respirando cerca a mi rostro y siento su cabello por mi cuello y puedo confirmar que es una mujer y sé quien es cuando me hable.

—Llego tu fin maldita bruja—es Abigaíl.
Antes de que ella pueda hacer cualquier cosa me muevo tan rápido que la empujo hacia el suelo de la cama suena un golpe seco apenas su cabeza se pega con el suelo me maldice, pero no la alcanzo a oír con claridad.

Meto la mano debajo de mi almohada buscando mi daga, pero no siento nada no la encuentro, el pánico se aclara en mi pecho y me bajo de la cama y corro hacia la ventana, cuando intento abrirla esta cerrada.
Me jalan tan fuerte del cabello que pego un grito agudo, veo la hoja de una daga a punto de clavarse en mi cuello, pero echo mi cabeza hacia atrás y la golpeo en el rostro de Abigaíl, oigo un crujido logro soltarme quedándome aturdida por unos segundos y jalo la cortina haciendo que caiga al suelo la luz de la luna ilumina un poco la habitación.

Esquivo la cortina he intento correr hacia la puerta no logro llegar porque ella me jala la pierna haciendo que caiga al suelo toso porque el golpe hace que me quede sin aire me quedándome boca arriba en el suelo intento levantarme, pero Abigaíl se monta encima de mí intentando clavarme el cuchillo, me muevo, pero la daga me corta la oreja, agarro sus muñecas evitando que me apuñale mientras jadeos y chillidos se oyen en toda la alcoba entre la mezcla de nuestros golpes.

—¡Déjate matar!—me grita y me cae un poco de su saliva en el rostro, tiene los ojos enloquecidos y la nariz sangrante desencajada—¡Muérete!

Veo la hoja de la daga demasiado cerca, levanto con dificultad mi pierna y logro golpearla con ella pega un grito, logrando quitármela de encima, pero un ardor en mi brazo me hace volver a gritar me llevo la mano al brazo izquierdo en donde me hizo una larga línea con la daga la sangre mancha mis dedos.
Abigaíl me vuelve a tumbar y esta vez no me clava la daga sino que lleva sus manos a mi cuello apretando.

—¡Él es mío!—sigue gritando mientras yo me quedo sin aire, pataleo y el aruño los brazos y el rostro—¡Bruja!—llevo mis dedos a sus ojos y los entierro con fuerza grita y se aleja, empiezo a toser con sonidos ahogados mientras me hago un ovillo en el suelo.
Veo la daga a unos metros y me lanzo sobre ella.

Cuando la agarro Abigaíl me agarra de nuevo del cabello y jala tanto que siento que me lo va a arrancar me pega un puño en el rostro, grito, pero no me detengo cuando agarro bien la daga y se la clavo en un muslo su grito es tan horrible que me eriza la piel me suelta enseguida cayendo al suelo. La puerta se abre y la luz llena la alcoba entera.

Me dejo caer temblando al suelo hasta quedar sentada mientras mis guardias entran con rapidez a la habitación aterrada tiemblo entera mientras veo como agarran a Abigaíl, hay sangre por toda la alcoba.

—Majestad—Julien se acerca a mí—¿se encuentra bien?

No le contesto, observo a Abigaíl está horrible, de su nariz no deja de salir sangre y ese crujido que oí fue porque se la rompí tiene la daga clavada en el muslo que tampoco deja de sangrar y cuando veo el mango la reconozco me tenso entera y comienzo a hiperventilar.

—Dámela—hablo con voz ronca, Abigaíl patalea aterrada mis guardias parecen no entender—la daga.

Uno de los hombres baja su mano y le saca mi daga de la pierna a Abigaíl la cual vuelve a gritar de manera desgarrada limpia la hoja de su sangre y me la da.