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Jimin y yo habíamos estado besándonos por largo rato dentro de ese viejo autobús, entre risas y juegos, de alguna manera siempre terminabamos creando nuestras propias historias fantasiosas, imaginando cómo serían nuestras vidas si pertenecieramos a otras épocas.

Luego al salir de allí buscamos un buen lugar para sentarnos a comer. Jimin había preparado y comprado varias cosas ricas para que compartamos.

Ahora, ya con nuestras barrigas satisfechas estamos tirados en el pasto.

Completamente desparramados, nuestras cabezas se encuentran muy cerquita aunque nuestros cuerpos estén estirados hacia lados opuestos.

El cielo está pintado de un celeste hermoso y algunas nubes esponjosas lo adornan. Observar la inmensidad del universo es algo que siempre me fascinó y es algo más que comparto con Jimin.

Así como disfrutamos antes de observar las estrellas ahora lo hacíamos con este día maravilloso.

Filosofar sobre el espacio, las estrellas y todo aquello que aún no se conoce nos mantuvo charlando durante horas.

La tecnología avanza a pasos agigantados y aunque hoy en día sabemos muchísimo más sobre todo lo que rodea nuestro planeta, siguen habiendo misterios a los cuales el ser humano no ha podido encontrarle respuesta.

Giro mi cabeza hacia él mientras hablamos y encuentro su hermosa mirada color miel fija sobre la mía.

El único misterio que quiero resolver es el de la galaxia escondida en esos brillantes ojos.

— ¿Crees en el destino Jungkookie?— pregunta.

—Por mucho tiempo me convencí que nada estaba escrito, que cada uno hace su destino al andar, supongo que me gustaba creer que tenía todo el control sobre mi vida... Pero últimamente estoy sintiendo que quizás si hay cosas que no podemos evitar, o personas a las que estamos destinados a conocer— Digo y me deleito una vez más viendo sus mejillas teñidas de rojo.

Sabe que lo digo solo y exclusivamente por él.

— Los sábados Jiji siempre los pasa con su mamá, ellas tienen su propia rutina, salen de compras, almuerzan y pasan todo el día juntas. La tarde que nos conocimos, Mina había recibido un llamado de su madre, estaba descompuesta y necesitaba de urgencia que vaya a ayudarla. Por eso Jihyo estaba conmigo en el museo—

Lo escucho atentamente sin dejar de mirar su precioso perfil mientras el habla mirando al cielo.

— Como sabes mi pequeña es bastante especial y dramática en ciertas cosas, cuando estoy con ella siempre me abstengo de hacer locuras porque sé que se preocupa. Pero ese día, no me preguntes porqué, no pude controlar mis ganas de tirarme por esa resbaladilla— dice y rompe en carcajadas.

Yo también me río al recordar el día que nos conocimos, esos zapatos que se movían inquietos sobresaliendo de aquel antiguo juego.

—Quizas... Quizás fue la manera que encontró el destino de cruzar nuestras vidas— concluye y acerca más su cabeza a la mía apoyándose en mi hombro.

Cierro mis ojos y reposo la mía junto a la de él. Suspiramos al unísono y luego nos reímos de nosotros mismos.

Somos dos idiotas que se enamoraron perdidamente en tan solo un par de citas.

— si conocerte fue obra del destino, entonces voy a creer y dejar mi vida a su merced porque sin dudas sabe lo que hace— digo sin dudar.

...

—Jungkookie...

—mmm— respondo completamente relajado y perdido en la paz que me rodea.

—nada— dice y suspira— vas a creer que estoy loco de verdad como dice Jiji— rie y niega con la cabeza.

Me incorporo un poco para poder mirarlo a los ojos. Apoyo mi codo en el pasto y mi rostro en la palma de mi mano, Jimin me copia instantáneamente.

—Yo también estoy loco así que podés decirme lo que sea— digo y acaricio su mejilla con la mano que tengo libre.

Parece pensar o buscar las palabras exactas para decirme algo, no sé que es pero verlo sonreír algo nervioso me encanta.

Todo de él me encanta.

— hace rato, cuando estábamos en el autobús viejo... Cuando subí y te ví ahí sentado, no sé cómo explicarlo... Yo sentí algo acá adentro — dice y posa su mano sobre su corazón— como una angustia... No me hagas caso, es una tontería.

Sus ojos están más brillantes de lo normal y parece que está conteniendo algunas lágrimas. Me siento y lo ayudo a acomodarse frente a mi. Estiro mis piernas hacia los lados y él se sienta como indio entre ellas, lo más cerquita mío que puede.

Rodeo su cintura con mis brazos y dejo un beso suave en su cuello.

—No es una tontería Jiminnie, no digas que tus sentimientos no tienen importancia. Quiero saber todo de vos, nunca tengas miedo de decirme lo que pensas, lo que sentís o tus deseos.

Suspira y parece más tranquilo.

— sé que suena un poco loco pero cuando me senté al lado tuyo... Esa sensación de dolor empezó a irse y cuando me besaste, se sintió como... c-omo un —

—Dejavú— digo y completo su frase.

Sus ojos se abren con asombro y me doy cuenta que es exactamente lo que estaba por decir.

Tomo su rostro con mis manos y acerco nuestras bocas en un beso lento y abrumador.

Es difícil de explicar pero la necesidad de besarlo me sobrepasa, es como si quisiera recuperar tiempo perdido, aunque eso no tenga ningún sentido.

Nuestros labios se saborean con paciencia, disfrutando cada roce, cada chasquido. Nunca antes un beso me hizo sentir tantas cosas y estoy seguro que a Jimin le pasa igual.

Cuando nos quedamos sin aire nos separamos, y juntamos nuestras frentes. Mis manos siguen en sus mejillas manteniendolo cerca, lo más cerca que me es posible.

—vos también lo sentiste— dice y una sonrisa hermosa se forma en su tentadora boca.

Asiento con mi cabeza y comienzo a darle besitos cortos por todo el rostro.

Cuando su risa se sale de control, debido a las cosquillas que le causan mis besos, me abraza pasando sus brazos y piernas a mi alrededor quedando enroscado como un dulce koala.

Apreto su cuerpo junto al mío, la felicidad que me causa tenerlo conmigo no tiene explicación.

— no sé que pasó allá adentro Jiminnie, ni porque nos sentimos así... Lo único que sé es que todo el dolor se desvaneció cuando te besé y ahora estando así con vos estoy más que seguro de que sos la persona que quiero tener a mi lado por el resto de mi vida— digo mientras me aferro a él y a todo lo que me hace sentir su compañía.

— Te amo tanto, tanto que todavía no lo puedo comprender— responde mientras corresponde mi abrazo con la misma intensidad.

— Te amo, te amo, te amo— repito y cada vez que lo digo me siento más y más desbordado de felicidad.

No tiene sentido ni explicación y no vamos a intentar descubrir que es lo que nos pasa cuando estamos juntos.

Nos encontramos y eso es todo lo que importa.















































Estoy enamorada de mis propios personajes 🥲

Aviso que falta poco para el final 💔


Timeless Love *Kookmin* COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora