Freccia del destino [Gustoni]

Capítulo 17

"1184 palabras"

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Narra Carlo:

¿Qué había hecho?

Esa pregunta resonaba en mi cabeza una y otra vez.

Tenía un sentimiento de tristeza que no era mío, sino de otra persona:

Mi omega.

Mi omega, jamás pensé que esas palabras saldrían de mi boca, pero mírame ahora.

Le di una última calada a mi cigarro y lo aplasté para apagarlo con una piedra que tenía a mi lado.

Me encontraba en la montaña recostado en el tronco de un árbol, llevé mis piernas hasta mi pecho y las rodeé con mis brazos.

¿Por qué el destino era tan cruel?

Mi labio inferior comenzó a temblar...

No Carlo, no era el momento de ponerse a llorar, pero pensándolo bien no había nadie a mi alrededor.

No quería dar la imágen de debilidad delante de las personas o incluso de mi hermano.

Mi hermano...

¿Cómo le iba a mirar a la cara después de lo que había hecho?

Tin...

Un mensaje de Toni.

Nono, no podía ser, ¿Se habría enterado de lo que había pasado?

- Merda (Mierda) - susurré y eché mi cabeza hacia atrás hasta apoyarla del todo en el tronco.

Miré el móvil.

anToniO🥵💦 te ha enviado un audio.

No lo abrí, simplemente tiré el móvil lo más lejos posible, no quería hablar con nadie, no quería estar con nadie, solo quería ser yo y mis cigarros.

Lástima que estos últimos se habían acabado, ahora solo estaba yo solo contra el mundo, o más bien yo solo contra mis actos.

Tiré de mi cabello hacia delante para intentar descargar mi frustración de alguna manera.

Esta situación...

Era una historia que ya conocía pero a la inversa.

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19 de Marzo del 2004

Me acerqué a la habitación de mis padres en busca de mi madre, le quería enseñar la nota de mi último exámen.

¡Había sacado un 10!

Nunca antes había sacado un 10, mi mammina (mami) estaría orgullosa.

Me acerqué hasta la puerta del dormitorio de mis padres, iba a abrir la puerta pero un grito procedente de aquella estancia me interrumpió.

Era mi mammina, estaba gritando y parecía enfadada, nunca la había escuchado gritar tan fuerte.

El aroma a whisky y a pastel de limón se intensificaba por cada segundo que pasaba, hasta el punto de llegar a ser asfixiante.

- ¡Alessandro! - gritó mi madre, me estremecí al escucharla pegar aquel grito - Sei sempre in giro, ma non mi hai mai aiutato per niente, mentre facevi la mafia dovevo prendermi cura dei nostri figli da solo (Siempre andas por ahí, nunca me has ayudado a nada, mientras tú jugabas a ser mafioso, yo he tenido que cuidar sola a nuestros hijos) -