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[Carter]

Desde que Quirón nos dijo sobre nuestros símbolos, Nico estaba más triste que nuca, se le miraba decaído y eso se notaba a kilómetros. Su novio, Will Solace, trató de acercarse a él, pero este le apartaba, no quería estar cerca de nadie.

Conmigo era diferente, él me dejaba acercarme, solo nosotros tres sabíamos lo de los símbolos, no queríamos decir nada, no aún. Todavía no estábamos seguros.

Pasaron los días, todo avanzaba lentamente, pero por dicha el hogar donde Magnus le había dado cobijo a muchas personas, estaba ordenado y cada vez más crecía.

Ahora mismo me encontraba en los escalones de una cabaña, estaba disfrutando de la brisa, que los árboles enviaban a todo el lugar. Se sentía una paz increíble, de no decir maravillosa.

—¡Eh Carter! —me llamó Leo Valdez desde en centro de lugar—, ¡ven a compartir con nosotros, ven a divertirte!

Sonreí al verlo caer por un golpe de su novia Calypso Bedallona. Me levanté, me estiré y camine a su dirección, pero antes de llegar, la cabaña detrás mío explotó y me mandó a volar lejos.

Mi cuerpo se estrelló contra el suelo, lo único que persibia eran manchas negras a mi alrededor, no eran siluetas, no. Era humo, y pronto el fuego me iba a alcanzar.

—¡¡Carter!! —escuchaba a lo lejos como me llamaban a gritos desesperantes. Era Leo Valdez, este camino hacia mi y comenzó a entrar por el humo y el fuego—, dioses, Carter...

No me podía mover, me sentía cansado, demasiado, también sentí una presión en mi abdomen, me ardía a horrones, luego de unos segundos unas manos me dieron vuelta para quedar boca arriba.

Allí mire a Leo Valdez, que me miraba preocupado. Pero note que él también estaba herido, tenía un corte en su frente que no dejaba de sangrar, suponía que otra explosión le hizo daño.

—Carter mírame, tienes que aguantar, ¿vale? —Leo me estaba  ayudando a sentarme, pero al hacerlo solté un fuerte gruñido de dolor, él se detuvo y me miró —, ¿estás bien? ¿Qué te duele?

—No... No... —una tos me interrumpió, Leo me miró preocupante—, no lo sé.... Me duele mi abdomen, Leo. Duele mucho.

—Bien, voy a levantar tu camisa y revisar que tienes, ¿bien? —asenti y este prosiguió hacer lo que dijo, la levanto con cuidado e hizo una mueca —, es un corte, es profundo Carter. Además de eso, pareces que tienes un hematoma en las costillas, viendo bien, debes de tener unas tres o cuatro costillas.

—Pero... ¿Podemos salir de aquí?

—Lo haremos, ok. No voy a abondonarte aquí, jamás.

—Gracias Leo, gracias.... —otra tos me interrumpió. Este asintió y me levantó con cuidado. Ambos gruñimos de dolor al estar de pie. Caminamos despacio, pasando sobre la madera y quemada.

Al final salimos del lugar en llamas y lo que vimos nos dejó helados, todas las cabañas estaban en llamas, las personas estaban en el suelo, heridas. Otras, no tenían tanta suerte.

Más adelante vi un cuerpo que pude reconocer perfectamente, no podía ser.

—¡Alex! —grité el nombre de la novia de Magnus, Leo me miró y le señale el cuerpo — , es Alex, la novia de Magnus. Hay que ayudarla.

—De acuerdo, vamos.

Apoyándonos unos a otros, caminamos como pudimos hasta llegar a Alex. Leo me puso en el suelo con cuidado y él se acercó a revisarla.

—Está respirando —asenti, y con las pocas fuerzas que nos quedaba, levantamos a Alex, al tenerla de pie, pasamos nuestros brazos por sus hombros y empezamos a caminar fuera de allí.

Quisimos ayudar a los demás, pero Leo también los reviso, lamentablemente todos estaban muertos. Algo debío de haber pasado, alguien supo dónde estábamos y nos atacó.

Salimos del Prado y seguimos el camino de rocas hasta llegar a una pequeña cascada. Los tres nos dejamos caer en la hierba y descansamos un rato, algunos segundos después, Alex comenzó a gruñir de dolor, estaba teniendo una pesadilla. Leo la sacudió con cuidado y esta despertó.

Se sentó de golpe, y nos miró a los dos asustada. Se movió tan rápidamente que casi cae al pequeño claro. Me levanté poniendo una mano sobre mis costillas y hablé :

—Alex tranquila, somos nosotros, somos amigos de Magnus. Carter Kane y Leo Valdez.

Alex nos examinó de arriba abajo, luego en silencio asintió con cuidado y se terminó sentando. Leo pidió permiso para revisar si tenía alguna herida, ella aceptó.

—Solo tienes unos cuantos golpes, lo más grave es tu tobillo. Es un esguince menor, te dolerá mucho, pero mientras menos lo uses, más rápido se va a sanar.

—Gracias.... —agradeció ella. Hoy estaba vestida con un jeans blanco y una blusa negra de tirantes, con una chaqueta. Y las botas negras que traía.

Estábamos a punto de decir algo cuando de pronto unas manchas negras aparecieron en el aire del claro y segundos después unas siluetas cayeron de lleno al agua. Sabíamos quienes eran, gracias a los viaje sombra de Nico y Hazel.

***

—¡¿Estáis bien?! —gritó Magnus al ser el primero en salir del agua. Los demás le siguieron, mientras recuperaban el aire perdido, unos asentian para confirmarle a Magnus que estaban bien.

—Estamos bien —le respondió Nico, después de haber recuperado el aire. Ya todos estaban fuera del agua, solo sus cuerpos flotaban en el claro.

—¡Esperad! —gritó de pronto Piper, todos la miraron.

—¿Qué pasa..? —intento preguntar Jason.

—¡¿Dónde están Leo, Carter y Alex?!

Ellos abrieron los ojos como platos y maldicieron en voz baja. A punto de salir del agua y buscarnos, fue Leo el que habló :

—¡Así que estás preocupada por mi, Reina de la belleza! —exclamó, todas las miradas cayeron en él, sus rostros eran de sorpresa —, ¡se que soy muy lindo, pero eso no quiere decir que me extrañaras! ¡Además tengo dos dulzuras aquí mismo! —nos señaló a Alex y a mi.

Ahora las miradas cayeron en nosotros y pronto sus rostros de sorpresa cayó a uno de preocupación al vernos bien, los tres estábamos bien heridos. Ellos por otro lado, solo tenían unos cuantos golpes.

—¡Chicos! —exclamó feliz Jason. Luego tres nombres se escucharon con una voz de preocupación.

—¡Leonidas Valdez!

—¡Alex Fierro!

—Carter Kane!

—Oh genial, ahora estamos muertos... Gracias Valdez.

Pero antes de que hicieran algo, un grito de dolor se escucho dentro del agua, rápidamente los que estaban allí buscaron de donde provenía el sonido.

Nosotros tres que estábamos fuera, nos metimos al agua de inmediato a ver que sucedía. Allí vimos como Reyna se tomaba su muñeca, todos estaban igual de confundidos.

Ella temblaba, no dejaba de temblar, la miramos con miedo. ¿Qué era lo que tenía? Entonces fui yo el que preguntó :

—¿Reyna? —ella me miró con los ojos llorosos—, ¿qué...?

—Tengo un símbolo y una herida...

—¿Có... Cómo...?

—¿De qué forma son, Reyna? —pregunté.

Ella me miró directamente a los ojos, yo lo sabía. Estaba aterrada, tenía demasiado miedo y no dejaba de temblar, pero ella no habló, no hizo nada. Me hizo una seña para que me acercara y así lo hice, al llegar ella se mordió el labio inferior.

—¿Me permites..? —pedí permiso, ella asintió. Tomé su mano y la mire con cuidado, la herida era un corte profundo, pero nada para que fuera grave, además de eso, había un símbolo.

—¿Cuál es el símbolo, Carter? —preguntó Nico. Suspiré y luego mire a Reyna a los ojos.

—El símbolo de un puño, de la lucha.

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