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[Un año antes]
[Percy]

Abrí mis ojos al sentir como alguien pasaba un paño húmedo por mi frente, me sentía muy cansado y adolorido, mi abdomen ardía y no podía mover ni un músculo, mi cuerpo no respondía como quería. Traté varía veces en tratar de moverme y hablar, pero nada parecía funcionar. Así que no me quedó de otra que volver a cerrar los ojos y volver a descansar. Los siguientes días fueron iguales, despertaba, trataba de moverme y cuando no podía, volvía a dormir.

De nuevo sentí como alguien pasaba un paño por mi frente y esta vez si pude mover lo brazo y detener aquella persona, traté de sentarme, el cuerpo aún me dolía, pero aún así lo hice, abri despacio los ojos y miré aquella persona, este se asustó al verme despierto.

—No te levantes, te vas hacer más daño.

No podía creerlo, ¿qué hacía él aquí?

—¿Luke...?

Él asintio despacio y me pidió permiso para volver a pasar el paño, yo asenti. Luke volvió hacer su trabajo e hizo que me acostara de nuevo. Sentía mi abdomen arder horriblemente, hice una mueca de dolor, Luke pareció verlo y frunció levemente el ceño.

—Debo volver a revisar tu herida, para asegurarnos de que todo está en orden.

Asentí y cerré los ojos para tratar de calmar el dolor, pero este parecía no pasar. Entonces volví a dormir, pero está vez una pesadilla me dejó más asustado que nunca.

Ya no me encontraba junto a Luke, ahora estaba en un espacio vacío, luego todo pareció cambiar y miré que ahora me encontraba en Nueva York, con mi espada en mano, armadura griega y estaba en medio de una batalla. Habían zombies por todos lados y estos trataban de comerlos, pero había algo que no cuadraba, los Zombies no eran como los que uno veía en televisión, sino que estos se comportaban diferentes, ellos obedecían órdenes. Todos se defendían como podían, mientras que otros, solamente caían al suelo o eran comidos por ellos.

Entonces vi a todos mis amigos peleando con los zombies y de un momento a otro, estos cayeron al suelo. Busqué por todos lados al causante de eso, pero no encontré nada. Miré a Annabeth en el suelo, me acerqué a ella corriendo, una vez llegué, me arrodillé y tomé su mano, ella me miró sonriendo.

—Vas a estar bien, lo prometo —le dije.

—Percy... Sabes que no es cierto, solo lo dices para que no me  preocupe.

—Annie...

—Déjalo, Percy. Ha llegado mi hora, perdona por no cumplir mi promesa.

—Por favor Annie, no me hagas esto... Solo no...

—Te quiero, sesos de algas.

—Yo...

—Te quiero...

—Yo también te quiero, listilla.

Ella me miró por última vez y sonrió, luego su mano se zafó de la mía y sus ojos se cerraron lentamente y nunca más se volvieron abrir. Traté de despertarla una y otra vez, pero ella simplemente ya se había ido. Llore descontrolablemente y al final le di un beso en la frente. La vi por última vez y miré a los demás, ellos ya se habían ido, los había perdido a todos. Esto no estaba pasando, esto no era real. Tenía que ser una pesadilla, simplemente no podía ser posible. Luego todos los semidioses perdieron, los zombies ganaron y unos se comieron algunos chicos mientras que otros se convirtieron igual que ellos. Allí, al fondo miré al causante de todo y cuando estaba a punto de ir a por él, desaparecí del lugar y ahora me encontraba en un cementerio. No había nada ni nadie alrededor mío, ya era de noche y no supe como llegué ahi. Entonces enfrente mío se fue formando una silueta, hasta  que terminó y allí mismo había una persona que conocía muy  bien. No podía ser cierto, ¿qué hacía ella aquí?

El FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora