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Desperté abruptamente por los gritos que Percy daba, me levanté y caí al suelo del susto, Silena también se despertó, pero en cambio ella estaba todavía con sueño. Me levanté como pude y fui directamente hacia Percy. Él estaba sudando y decía cosas, como que lo dejara en paz, yo estaba confundido. Toqué a Percy para tratar de despertarlo y este me empujó con una fuerza descomunal, caí encima de la mesa y lamentablemente la terminé rompiendo.

—¡Luke! —exclamó Silena llegando hasta donde mi para ayudarme a levantarme—. ¡¿Estás bien?!

—Estoy bien, tranquila.

—¿Qué....qué le pasa a Percy? —preguntó con miedo mientras lo señalaba, yo no sabía que responder, pero si estaba seguro de una cosa, no fue Percy el que me lanzó. Fue alguien más.

—No estoy seguro, pero tengo una idea.

—¿Qué es?

—Percy no fue el que me lanzó, fue Tártaro.

—¿Cómo es eso posible...? ¿No le había dicho él que no podía tocarlo por qué estaba en este lugar?

—Eso dijo, pero jamás negó que podía lastimarlo en los sueños.

—Oh dioses, es cierto —llevó ambas manos a su boca, estaba aterrada, luego bajó sus manos y me miró—, ¿qué harás? ¿Cómo lo detenemos?

—Tengo un plan, pero va a lastimarnos a ambos.

—¿Estás seguro?

—No pienso dejarle así, no voy a volver a abandonarle.

Silena simplemente asintió y yo me fui acercando poco a poco a él, no dejaba de moverse, además de estar sufriendo mucho. Lágrimas caían por sus ojos.

—¡Percy! —le llamé y de nuevo aquella fuerza casi me manda a volar, pero aguanté—, ¡si me escuchas, tienes que luchar contra él! ¡No dejes que te gane!

—¡Ahhh! —gritaba Percy, cada vez más sufría. Debía ayudarlo  rápido.

—Lo siento, Percy. Esto te va a doler un poco....

Me lancé, tomé sus hombros y los presione contra el colchón y me acerqué a su oído.

—Percy lo que estás mirando no es real, Tártaro te está lastimando, enseñando cosas que jamás van a pasar, pelea y vive.

Percy pareció escucharme, ya que dejó de moverse y abrió los ojos, al hacerlo me miró directamente. Sonreí un poco al ver que había despertado, por un lado, él estaba confuso.

—¿Todo bien?

—Eso creo, gracias Luke.

—No es nada.

Le solté los hombros y me aparté de él. Percy se sentó en el colchón y pasó una mano por su cabello. Luego de unos segundos su cuerpo entero estaba temblando, su respiración era más rápida y su vista estaba fija en la pared, tenía que ser una broma.

—Percy —le llamé, él ni siquiera contestó, estaba aterrado—. Percy dime que ves.

—Es... Es él...

—¿Quién Percy? —no respondió—, ¿quién es?

—Tártaro.

Miré a Silena que estaba detrás mío y la vi asustada, ella también comenzó a temblar. Volví a mirar a Percy.

—¿Qué está haciendo, Percy?

—Él...sólo me está mirando mientras sonríe.

Eso sí daba miedo.

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