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[Carter]

No podíamos creer lo que nuestros ojos veían. Solo miraba con una rapidez impresionante como él acababa con la mayoría de los Zombies con su espada y el agua. Era increíble de ver como se equilibraba todo.

Los que teníamos armas, decidimos ayudar un poco para luego poder escapar de aquí, aunque aún me pregunto, ¿de dónde rayos salió él? Por qué dudo mucho que él estuviera esperándonos en la fuente tranquilo, aunque si lo pienso bien si es posible.

—¡Carter! —escuche mi nombre, rápidamente salí de mis pensamientos y comencé ayudar. Esta vez saqué mi querida espada Khopesh.

Pase por las paredes de agua y mi espada rápidamente fue matando a cada Zombie. Ya habíamos terminado con la mitad, cuando de pronto él exclamó una maldición.

—¡Mierda!

Entonces me fije en él, se había tomado su mano y retrocedió. En un instante llegué a su lado, él me miró y asintió. Lo protegí de todos los Zombies que venían a nosotros, entonces él suelo tembló, por instinto lo mire y este estaba invocando el agua de la fuente, estaba trayendo más.

—¡Ahora Annie! —exclamó con todas sus fuerzas. La estatua detrás de nosotros se abrió como una puerta, tuve que cerrar y volver abrirlos para ver si no estaba soñando. De ahí una chica rubia salió y esta al vernos abrió los ojos como platos.

—¡Bien todos adentro, rápido! —exclamó y los mortales entraron ni bien dijo aquellas palabras, pronto los demás también hicieron caso y entraron. En el lugar sólo quedaba poca gente, la mayoría eran semidioses.

—¡Carter! —exclamó él, lo mire—, ¡debes entrar ahora!

—¿Qué hay de ti?

—Yo estaré detrás tuyo, ve.

—¿Estás seguro?

—¡Solo hazlo!

Asentí con la cabeza y retrocedí, solo faltaba él. La chica estaba esperando dentro, me fije y habían unas escaleras, volví a mirar hacia el enfrente y mire como él con todas sus fuerzas controlaba el agua arriba de su cabeza y luego con toda la furia la lanzó hacia los Zombies, derribándolos.

Este suspiró cansado, estaba agotado. Pero no se rindió y se dio la vuelta con una sonrisa en su rostro. Él me miró y asintió, yo solo sonreí y camine hacia la puerta, bajando las escaleras y con él detrás.

***

Una vez adentro pudimos suspirar de alivio, nos habíamos salvado por un milagro. Al mirar alrededor mío, pude ver a los demás exhaustos y recuperando aire. Unos estaban de pie, otros sentados y otros acostados. Sonreí al ver que todos estábamos bien.

Cuando recuperé el aire, mire detalladamente el lugar, era como un bunker subterráneo, no parecía tan grande. Donde nos encontrábamos había un largo pasillo ancho, detrás de nosotros la puerta y al final del pasillo había otra puerta.

—¿Todos están bien? —preguntó la chica rubia. Todos la miramos y contuvimos el aliento, era ella. Allí estaba con una sonrisa de oreja a oreja, Annabeth Chase.

—¡Por todos los dioses, Annie! —exclamó Piper corriendo a sus brazos, Annabeth la abrazo con fuerza. La castaña solo lloraba de felicidad—, están bien, estás bien....

—Si, Piper. Gracias.

—¿Dónde han estado todo este tiempo? —preguntó Jason. Annabeth le miró y suspiró.

—Luego hablaremos de eso, necesitan descansar. Además... ¿Dónde...?

Antes de que Annabeth terminara de preguntar, un quejido de dolor se escucho detrás mío, por instinto me volví y lo que encontré fue algo... No podía describirlo, me acerque tan rápido y comencé a revisarlo.

—Por todos los dioses, Percy —dije, él me miró con una media sonrisa—, ¿qué es lo que tienes?

Se le miraba demasiado pálido, los labios partidos y con  ojeras. La mascara estaba tirada a un lado de él. Algo le sucedía, pero no sabía que era. Se le miraba muy cansado.

—Estoy bien, solo es la falta de agua. La han estado contaminando.

—Pero...

—He dicho que estoy bien, Carter.

Asentí un poco enojado, sabía que tenía razón, pero aún así me preocupaba. Lo ayudé a levantarse y caminamos de vuelta al grupo, que al vernos, exclamaciones de horror y preocupación aparecieron.

—Tranquilos —inició Annabeth—, es normal en él. Es por el mar, está tan sucio que él lo siente.

—Eso es no estar bien —dijo el hijo de Hades, Percy le fulmino con la mirada.

—Di Angelo, mejor no hablemos de quien está peor, por que tu lo estás.

Nico se quedó callado cuando Percy le dijo eso, y tenía razón. Si comprábamos a Nico con él, el hijo de Hades estaba más pálido y más cansado.

—Pasamos buscándolos por meses, ¿por qué no avisaron nada? —preguntó Leo.

Ambos chicos se miraron y suspiraron, tal vez no era el momento perfecto.

—Luego les diremos todo, pero por ahora... Necesitamos descansar, yo lo necesito... Asi que... —Percy se acercó a la puerta del final del pasillo, donde puso su mano en la puerta—, ¿qué estais esperando? Vamos.

Abrió la puerta y caminamos detrás de él. Al pasar por la puerta pudimos ver más el lugar, esa parte era un poco más grande. A nuestros lados habían dos puertas, el de la izquierda decía baño y la derecha, enfermería.

Más adelante había un gran salón donde se escuchaba a gente hablar y reír tranquilamente. Seguimos a Percy por el lugar, y justo nos llevó a esa sala. Las voces se detuvieron y nos miraron.

—Bien —inició Percy, luego nos señalo—, trajimos nuevos sobrevivientes. Así que... —se volvió a nosotros y habló—, bienvenidos al refugio temporal, creo. Y si buscais a alguien, solo pregunten, ya saben. Ahora si, me despido....

Percy estaba a punto de irse para el lado izquierdo, cuando un grito hizo que se detuviera en seco.

—¡Perseus Jackson! ¡Ven aquí en este preciso instante! —Percy se giró lentamente para ver de dónde provenía la voz, al hacerlo, abrió los ojos de golpe y retrocedió lentamente.

—¡M–Mamá! —exclamó tartamudeando—, es bueno volver a verte...

—Estoy a punto de matarte, Percy.

—No tenemos que recurrir a la violencia, mamá —dijo de nuevo Percy, retrocediendo cada vez más. Sally Jackson avanzó hacia Percy, pero antes de llegar, un señor del mismo cabello y ojos que Percy apareció, este vestía unos shorts blancos y una camisa hawaiana.

—Querida —habló él—, Percy tiene razón. No debemos recurrir a la violencia. Se que estás enojada, pero te lo explicaremos cuando estés más tranquila y todos estén bien descansados, ¿de acuerdo?

Sally le miró y toda furia y preocupación se fue de su rostro y lo único que quedó fue tristeza, ella comenzó a llorar y él solo la abrazo mientras le daba cariños. Con una mano le hizo una seña a Percy y este asintió, retirándose del lugar. Dejándonos más confundidos que nunca.

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