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Ambos corríamos por las calles de la ciudad en busca de Quirón, ya que esto no era para nada normal y no podíamos descartar que era algo extraño y que seguramente algo malo iba a suceder pronto.

Pronto llegamos a la casa donde Quirón dormía y tocamos la puerta muchas veces, Annie ya estaba desesperada y Quirón no abría la puerta, y eso ya era extraño. Volví a tocar una vez más con la esperanza de ver a Quirón abrir la puerta de su hogar... Nunca pasó.

Me gire hacia Annie y ella conectó sus ojos con los míos. Debíamos hacer algo más.

—Hay que separarnos y buscarlo, ¿de acuerdo?

—Te avisaré cuando lo haga. Cuidate, sesos de algas.

—Tu también Annie.

Nos dimos un beso rápido y cada uno tomo su camino. Se preguntarán por que no buscamos a alguien más para hablar sobre el tema, fácil, los demás no tienen la cabeza para eso ahora mismo, los dioses cada vez estan más débiles y con mucho esfuerzo pueden dar apenas un paso. Cada día que pasa es una tortura para todos y no es nada fácil. Quirón es el único ser inmortal que no ha perdido por completo sus poderes y que esta al máximo de fuerza. Lo necesitábamos a él, necesitamos a Quirón.

Corría por las calles desesperado en busca de él para saber que estaba pasando, ya eran las doce de la noche y todos ya estaban dormidos, no había ni un alma en las calles. Trague saliva al sentir un escalofrío recorrer mi espalda, de inmediato me di la vuelta, pero detrás mio no había nadie. Y solo para estar seguros saque mi bolígrafo, mientras hacía eso mire hacia arriba, donde las estrellas se observaban perfectamente con la noche.

Seguí mi camino por varios minutos hasta que de pronto escuché gritos que provenían desde la casa de Magnus y Alex, sin detenerme corrí hacia ellos, toque la puerta, sin embargo nadie la abrió. Los gritos de Magnus eran cada vez más fuertes y me estaba asustando. Sin esperar un segundo más, me aleje un poco de la puerta, tomé impulso y la pateé. Al estar dentro de la casa, subí las escaleras y llegue al cuarto de Magnus, abrí la puerta y lo que vi, me dejó sin palabras.

Alex estaba llorando mientras sacudía a Magnus para tratar de despertarlo, ella estaba hecha un desastre y tenía sangre en sus manos. Trague saliva y seguí la dirección de sus ojos al cuerpo de Magnus, para ver como aparecían cortes en todo su cuerpo sin dejar de sangrar, mientras Magnus dormía y pegaba gritos de dolor. En ese momento me quede inmóvil sin saber que hacer, mi respiración se aceleró un poco con solo verlo.

—¿P... Percy?

Al escuchar mi nombre salí del trance y mire a Alex que me miraba preocupada y sorprendida.

—¿Estás bien? —ella trago saliva cuando lo dijo. No dejaba de mirarme y sus manos no dejaban de sacudir a Magnus.

Ignoré su pregunta y asentí despacio. Con las piernas temblorosas camine hasta donde ellos se encontraban.

—¿Qué ha pasado?

—No... No lo sé, estaba durmiendo cuando de pronto lo escuché gritar de dolor. He tratado de despertarlo, pero es en vano. No despierta, Percy.

Mientras Alex me respondía mire todo su dolor acumulado en sus ojos llenos de lágrimas, asentí por cada palabra que me dijo y me acerqué a ellos despacio, una vez ya estaba en la orilla de la cama, puse mis manos sobre las de Alex y las apreté despacio.

—Todo va a salir bien, Alex. Magnus estará bien —con cuidado alejé sus manos de Magnus y ella retrocedió al entender mi acción.

Respiré profundo y me acerqué a Magnus con la intención de despertarlo o eso tratar, sin embargo apenas toque su brazo, una luz tan brillante como el sol me cegó, no solo a mi, sino a Alex y a toda la habitación.

El FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora