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Tuve que rodar en el suelo con cuidado para no lastimar al pequeño que tenía en brazos, esquive por poco las garras de aquella mujer. Estaba furiosa y no era una persona, era un zombie, pero, ¿cómo era eso posible? El bebé no se podía alimentar solo, a menos que... Que sólo fuera mordida y nada más. Esto se está poniendo peor de lo que pensaba, así que sin más que hacer, con mi mano libre, saqué mi bolígrafo de mi bolsillo, y a punto de quitarle la tapa me detuve, la mujer me observaba quieta desde la distancia. Ella parecía ver a su bebé, ella sonrió y trató de acercarse a él, yo instantáneamente retrocedí, ella entonces me observó a mí, borró su sonrisa de su rostro y gruño.

Al parecer no quería que estuviera con su hijo, pero no pude hacer nada, el pobre estaba llorando. Pero no me iba a rendir, dejé mi bolígrafo en el suelo en son de paz, ella observó todos mis movimientos con cuidado y al final asintió.

—¿Cómo te llamas? —le pregunté con cuidado, ella no respondió de inmediato, así que, minutos después señaló con su dedo detrás mío, seguí la dirección de su dedo y observe una fotografía, tres personas en ella. La tomé y le di la vuelta, había una pequeña frase, pero me fije en los nombres—. ¿Alice, Murphy y Oscar? —dije esos tres nombres, ella asintió despacio—. ¿Qué les paso a ambos?

—Mo... Mor... Mordida... Zom... Zombies... —es lo único que pudo pronunciar.

—Nosotros te podemos ayudar, si así lo deseas —le dije, pero ella simplemente negó con la cabeza.

—Mi.... Mi bebé...

—¿Murphy? —ella asintió despacio—, él está bien, igual que tú y... ¿Dónde está Oscar?

Más ella no me dio respuesta, ya que alguien gruñó detrás mío, giré hacia atrás y apenas pude proteger a Murphy del golpe, ya que una persona o más bien Oscar había tratado de  rasguñarnos, pero me moví a tiempo. Caí al suelo, protegiendo a Murphy del golpe y lastimándome en el trayecto. Levanté mi cabeza justo en el momento en el que Oscar se lanzaba a mí de nuevo, tuve que patearlo para alejarlos de nosotros. Al tratar de levantarme de nuevo, Alice detrás mío gruñó y dijo antes algo que me dejó helado.

—Lo siento tanto, cuida a mi bebé por mi, por favor.

Entonces ella pasó a mi lado y tomó a su esposo, ambos pelearon, luchaban para ver quién se quedaba con nosotras, hasta que entonces Oscar empujó a su esposa y vino directamente hacia nosotros, no me quedó de otra que quitarle la tapa a mi bolígrafo y al final lo apuñale, no sin antes el morderme mi mano, la mano que ya estaba lastimada, contuve un grito de dolor y lo aparté de mi. Alice se acercó, tomó a su esposo y lo empujó, no supe por qué, hasta que lo vi. Ambos iban directamente hacia la ventana, estábamos en un piso más alto, esa altura podría matarlos, me puse de pie de inmediato y traté de deterlos, ella me miró  y sonrió.

—Te quiero mi bebé, Murphy —le sonrió y le lanzó un beso, luego me miró—. Gracias, cuidalo por favor.

Se volteó y al final, ella simplemente.... Saltó.

Corrí hasta la ventana para tratar de impedirlo, pero lo único que pude hacer, fue gritar de desesperación y miedo.

—¡Nooo! ¡Alice!, mierda... —me acerqué a la ventana y vi hacia abajo, ambos cuerpos en el suelo, llenos de sangre y.... Sin vida.

Abrí los ojos abruptamente, me alejé de la ventana y caí de rodillas al suelo, negando una y otra vez, no podía ser posible, yo tenía que... Ellos no tenían por qué... Sin darme cuenta, lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, a cantidades, tenía miedo, mucho miedo. Una pequeña manita  me dio palmadas en mi pecho, ahi recuerde que tenía a Murphy, lo miré sorprendido y este también me miraba triste, pero con una sonrisa. No podía creer que este pequeño hubiese tenido a una madre tan valiente como Alice.

El FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora