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Abrí mis ojos abruptamente y comencé agarrar aire, mi respiración era muy agitada, yo no dejaba de temblar y de tener un miedo terrible, a mi lado, una mano tomó mi hombro y habló.

—Percy tranquilo, estás a salvo, todo está bien. Nadie puede hacerte daño, ya no más.

Miré a mí lado, allí se encontraba Luke mirándome con una media sonrisita, mientras su mano estaba dándome apoyo en mi hombro.

—Pensamos que nunca despertarías —Silena comentó mientras se sentaba a mi lado y me daba palmaditas en la espalda, yo estaba más confundido que nunca.

—¿Qué fue...? ¿Qué fue lo que sucedió?

—Al tratar de ayudarme, una fuerza invisible te lanzó para atrás, donde te estrellaste contra la pared, luego una luz morada se posó en tu frente y entró en ella. Luego perdiste el conocimiento y empezaste a murmurar cosas y quejarte. Al parecer tenías una clase de visión o sueños, o simplemente era una pesadilla, nosotros tampoco lo sabíamos.

—Entonces me acerqué corriendo a ti, tratando de ayudar, pero todo lo que hacia, no tenía efecto en ti, así que fui donde Silena para ayudarla, al hacerlo la misma fuerza invisible nos lanzó, pero sin demasiada fuerza, a los segundos quedamos inconscientes.

—Despertamos unas horas después y tú seguías igual, Luke ya se estaba levantando y me estaba ayudando. Me contó que le mostraron su vida y luego donde había sido revivido y como Tártaro lo torturaba cada día de su existencia, para solamente llegar atacar el bunker y matarlos a todos, pero Luke se resistía, no se dejaba controlar.

—Silena en cambio me contó sobre su vida, en la que volvió a la vida y pasó vagando durante semanas en todo Nueva York, buscándo algo que la ayudara a saber que sucedía. Luego fue al campamento Mestizo y al no ver a nadie, se rindió y días más tardes la encontramos a las orillas del lago.

No se si estaba sorprendido o no, ellos también vieron cosas iguales, yo por otro lado miré mi recuerdo perdido sobre la lucha entre mi mente y Tártaro, donde yo le gane a un costó grande. Luego me mostraba imágenes sobre algo que iba a pasar o un futuro, y si quería impedirlo, tenía que averiguar que hacía antes y así poder cambiarlo.

—Eran como recuerdos y visiones a la vez, yo también tuve alguno de esos. Primero un recuerdo sobre la vez que mi padre me ayudó a combatir a Tártaro en mi mente, luego me mostró visiones sobre lo que podía pasar o pasaría. Estaba demasiado aterrado con lo que veía.

Ambos me miraron extraños y confusos, pero con una sonrisa en su rostro. Me entendían y eso lo apreciaba mucho. Traté de levantarme, pero un mareo me lo impidió, Luke rápidamente me atrapó.

—¡Eh! Ten más cuidado, Percy.

—Lo siento, lo siento. No volverá a pasar.

Luke me sonrió y asintió. Me ayudó a levantarme, una vez de pie, comenzamos a caminar hacia las escaleras y subimos por ellas, para luego estar afuera de la casa grande, o bueno lo que quedaba de ella.

—Todavía nos falta más Néctar, ¿dónde más puede hacer, Percy? —preguntó Silena, la miré. Todavía estaba pensando, habían posibles lugares, pero el más probable era...

—Rachel... Debemos ir donde Rachel.

—¿Rachel? —preguntó Luke mientras caminábamos. Yo le
miré.

—Si, es una mortal.

—Entonces... ¿Por qué ella? —preguntó Silena—, digo la última vez había escuchado que vino en un helicoptero, esa chica si estaba loca.

—Pues no estás muy lejos de eso —ambos me miraron confuso—, ella había venido por que algo en el campamento la habia llamado.

—¿Qué cosa? —Silena no paraba de sorprenderse.

—¿Qué fue lo que sucedió? —Luke ignoró a Silena. Ella se cruzó de brazos al verlo.

—Se convirtió en la nueva portadora del espíritu de Delfos.

Luke se detuvo inmediatamente, sabía porqué lo había hecho. Años atrás su madre intentó lo mismo, y terminó muy mal. La madre terminó loca y ya no era la misma.

—Pero... Eso es imposible, ella debió...

—No lo fue, ella fue elegida por el mismo espíritu de Delfos y Apolo la apoyó en su decisión.

—Vaya, jamás me esperaba algo así —comentó Silena, los tres volvimos a caminar hacia la cueva.

—Si, fue inesperado... Y yo que creí que era por mi... —comenté, sin darme cuenta que me habían escuchado, ambos me miraron esperando una respuesta, pero esta vez no—. Cosas privadas entre ella y yo. Lo único que puedo decir es que la conocí mucho antes de la batalla del Olimpo, más precisamente en la misión de Zoë y Bianca Di Angelo.

Ellos no dieron nada, sólo asintieron con la cabeza, entendían cuando yo quería o no quería decir algo. Al final llegamos a la cueva, parecía la única cosa de todo el Campamento que seguía de pie y ordenada, tal vez por que estaba alejada, en medio del bosque.

Entramos en ella y pudimos ver un montón de cuadros y bocetos, algunos estaban terminados y otros a medias. Debía admitir que Rachel si dibujaba bien, era hermoso. Prácticamente lo único que había en la habitación era eso, y más pinturas. Al final en su cama, al lado de su almohada, había una botellita, me acerqué y la tomé. La revisé y efectivamente era Néctar.

—Tenemos otra.

—Bien, ¿cuántas más necesitas para sobrevivir hasta que encontremos a los chicos?

—Cómo cinco o cuatro de esas botellas.

—Entonces nos faltarían dos o una, así que Percy, ¿en qué otro lugar podemos hallar el Néctar? —preguntó Luke, yo sonreí.

—Solamente una palabra.

—¿Cuál? —Silena estaba ansiosa.

—Annabeth.

Llegamos hasta la cabaña de los hijos de Athenea y entramos al lugar, era el que más tenía hermanos. Los tres nos pusimos a buscar por todos lados, en las camas, muebles, planos, baño, cobijas, debajo de la cama y en cualquier lugar, pero no había nada. Revisé la mesita de noche de Annie, esta tenía una gaveta de más, la abri y había una nota.

—“Si lees esto Sesos de algas, significa que estás buscando Néctar y lo necesitas con urgencia, debo decirte que he gastado lo que me quedaba, pero si se donde hay. Ve a la casa de Zeus. Tal ves Grace le queden algunas, suerte.

Te quiere, tu listilla.”

No pude evitar reírme y guarde la nota, llamé a Luke y Silena, ambos llegaron rápido y les explique medio la situación. Salimos de la cabaña de Athenea y fuimos hacia la de Zeus.

—¿Por qué en la cabaña de Zeus habría Néctar? —preguntó Luke—, recuerdo haber visto a Thalia siendo una cazadora de  Artemisa, ella no viene siempre al campamento.

—Por qué ella no es la que usa la cabaña.

—¿Entonces quien es?

Me detuve al llegar a la cabaña, sonreí y los miré a ambos.

—Jason Grace, mi mejor amigo y hermano menor de Thalia.

Antes de que dijeran algo más, entre y fui directamente hacia la cama de Jason, bajo su almohada estaba la última botella de Néctar, ya lo teníamos todo. Salimos de la cabaña y descansamos un rato, luego decidimos que hacer.

—¿Ahora que?

—Ahora tratamos de hacer las dosis y sobrevivir durante un año completo.

—Me parece bien.

—Entonces comencemos.

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