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[Percy]

Luego de nuestra gran charla sobre quién está detrás de todo esto, estábamos más confundidos y enojados que nunca. Annabeth por su parte estaba aterrada, yo lo sabía perfectamente, aquel ser casi termina con nuestra existencia, de no ser por el sacrificio de Bob y Dámasen, no estaríamos hoy aquí.

Annabeth se tuvo que quedar conmigo un gran rato, la pobre temblaba mucho y yo estaba igual, lo sabía, lo sabíamos, ambos teníamos miedo, miedo de que su advertencia se cumpliera y acabará con todo lo que amamos. Calme a Annie todo lo que pude, de hecho ambos lo hicimos entre nosotros, poco a poco nuestros cuerpos dejaron de temblar de miedo y por fin pudimos estar en paz.

Era lo que más deseábamos, una vez tranquilos, Annie me habló sobre su carrera, quería terminarla una vez todo hubiese acabado, y yo estaba de acuerdo, yo también quería terminar con mis estudios y tener una vida tranquila con ella, por que lo merecíamos.

Annie se fue a su habitación más tranquila, ella iba a dormir bien, y sabía que si alguna pesadilla llegaba esa noche, no importa a qué hora me despertará, sabía que estaría para ella siempre. Más tarde Clarisse entró a mi habitación y me dió los medicamentos, me sentía peor, y tenía miedo de tener otra pesadilla, o peor.... Volver a soñar con él, eso era lo que me daba miedo. Tampoco quería tener esos sueños de Semidioses, donde nos avisan sobre el peligro y nos indican el camino.

Estaba ansioso y aún con miedo, que tuve que meterme a la ducha y dejar que el agua me refrescara, mañana en la mañana tenia que hablar con mi madre, mi padre me dijo que tomará el tiempo necesario para hablar, por que era algo que me correspondía hacer a mi. Respeto mi decisión, y yo agradecí por esa confianza.

Terminé de darme la ducha y me puse la pijama, y aunque no lo crean, si, era de peces, más bien de nemo. Era divertido, y ¡vamos! A mi me encantan y Annie solo se ríe por ello. Me acomodé en mi cama y durante unos minutos no podía dormir, hasta que mis párpados pesaron y por fin caí en brazos de morfeo.

—¡Señor Percy! —alguien me llamaba, no era mi sueño, no, ya que en mi sueño estaba viendo una masacre y que alguien me llamara no era algo bueno— ¡señor Percy es una emergencia! ¡Por favor! —una mujer tocaba la puerta desesperada, por dicha los ruidos solo se oían en mi habitación, de no ser así, esa señora ya hubiera despertado a todo mundo.

Cuando por fin pude despertarme y salir de esa pesadilla, frote mis ojos y me levanté con sueño de la cama.

—¡Voy! —fue lo que le respondí, caminando hacia la puerta. Entonces sentí un dolor en mi muñeca lastimada, solamente me había desinfectado la herida y puesto vendas. Lo hice yo mismo. La revise y mire como se inflamaba más, tenia que ser una broma, mi muñeca ardía horriblemente, tuve que aguantar las ganas de gritar. Luego como si no hubiese estado ahí, la mueñca comenzó a sangrar y luego se detuvo —¡joder! —exclame con dolor.

—¡¿Está bien señor Percy?! —preguntó la señora desde el otro lado, gruñi de dolor y lo aguanté. Tomé vendas nuevas y me las puse.

—¡Si estoy bien, tranquila! ¡Solo fue el mueble, no veo en la oscuridad!

—¡No es por molestarlo, pero necesito su ayuda!

Cuando terminé de ponerlas puse una sonrisa cansada en el rostro y abrí la puerta, la mujer del otro lado no tenía más de unos treinta años, se le miraba ansiosa y llena de terror.

—¿Qué sucede? —pregunté, estaba cansado y ella lo notó—, ¿sabe que hora es verdad? —hice una mueca de sueño.

—Es... Es mi hija, está... —la pobre no podía hablar, entonces susurró la palabra que me dejaría helado—, está... Está infectada y le juro que no se como sucedió, usted sabe que ella estaba bien cuando nos encontró, no se como..

El FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora