Rider

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Rin había conseguido salir del lugar junto con Grover. Este estaba jadeando porque no había parado de correr en ningún momento asta que consiguió salir sin ninguna herida, pero por otro lado, Rin estaba mirando de forma analítica la tienda.

Shirou le había contado ese sueño en el que se había encontrado con el gran mariscal de la torre del reloj, por lo que era posible que Medusa fuese un ser que ellos ya conocían, pero no podría recordar con claridad quien podría ser. Entre que habían pasado años desde la guerra que que muy pocos servants habían sido revelados por su nombre no sabría que decir, le faltaban por conocer los nombres de los que fueron los sirvientes del carro y del asesino y debido a que ese último era un hombre, lo más seguro es que fuese el sirviente del asqueroso de Shinji.

- Grover. - Dijo la chica en un tono serio llamando la atención del sátiro. - Yo voy a entrar, cabe la posibilidad de que algo malo esté pasando ya que si todo fuese bien ya podrían haber salido.

- Espera. - Dijo Grover poniéndose a la altura de la magus. - No puedo dejar que entres tu sola. Puede ser muy peligroso.

- Pues ven entonces. - Dijo ella para luego comenzar a andar para mucha queja del sátiro.

Los dos entraron por la puerta principal en silencio, ella quería estar atenta a cualquier estímulo, por lo que con un gesto le indicó al sátiro que debía permanecer callado. Unos pocos segundos después escucharon un estruendo en la zona de exposición de estatuas, por lo que fueron con cautela a esa zona.

Rin, al igual que Grover, estaba mirando al suelo, los ojos místicos de Medusa eran conocidos por la petrificación y eso tenía pinta de ser doloroso. Estos no decidieron alzar la vista hasta que escucharon un ruido métalico y una voz.

- Lo siento Percy. - Dijo la voz de Shirou. - Pero no lo voy a permitir.

Ese fue el momento en el que los dos vieron como el semidiós y el magus estaban cruzando espadas.

Shirou estaba de rodillas protegiendo el cuello de la Gorgona de la espada de Percy con una de sus hojas chinas.

- Shirou, es un monstruo, no ha intentado matar y ha matado a más personas. - Dijo Percy confundido. - ¿Por qué la proteges?

- Puede que no me creas, pero es posible que sea una aliada. - Dijo Shirou mientras Percy se alejaba de Shirou poco a poco con su espada en alto.

- Shirou, es ella o nosotros, ya ha intentado matar a Annabeth y ha intentado convertirme en piedra. - Dijo Percy muy serio. - No voy a permitir que ella salga impune por todo lo que ha hecho.

- Y yo no voy a dejarte matarla. - Dijo Shirou mientras se ponía en posición defensiva. - Puede que seas un semidiós, pero tengo más experiencia que tú en el combate, por lo que si tengo que luchar lo haré.

Percy frunció el ceño. No quería hacerle daño a su amigo, pero ella tenía que morir, sino no estarían a salvo.

Percy no iría a hacer daño, pero si lucharía, por lo que lucharía con el dorso de su espada.

El semidiós corrió en su dirección con la intención de darle un golpe en la cabeza para dejarlo inconsciente. Shirou miró con antelación lo que quería hacer y dejó que este se acercara hasta que estuvo dentro de su rango de acción.

En unos segundos llegó a Shirou este se dio una patada en sus piernas haciendo que este pierda el equilibrio y fuese al suelo con una queja. Percy contestó de forma automática defendiendo su cabeza de un posible ataque, pero Shirou se limitó a mirarlo con cautela.

Percy se puso de pie en una posición defensiva sin dejar de mirar al magus, pero este en ningún momento hacía nada, solo se quedaba ahí parado con sus cuchillas en una posición baja como si no hubiera una guardia real en él.

Fate: Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora