El jardín de las hespérides

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Como había dicho Frederic, había unos cuantos desalmados dispuestos a lucrarse con el dinero de unos adolescentes para que les dejasen una barca hasta altas horas de la noche, los pobres incautos no sabían que esa barca aparecería al día siguiente flotando bocabajo con un gran agujero.

Durante el camino, los cuatro integrantes de lo que quedaba del grupo se subieron y comenzaron a dirigirse hacia la posición en el que la niebla era más densa según Thalia. Eso hizo que Percy condujera la barca con la marea hacia el interior del mar.

Después de unos pocos minutos todos comenzaron a ver tierra a lo lejos en la niebla. Al poco tiempo llegaron a tocar la costa solo para ser recibidos con una playa que estaba junto a lo que parecía ser un jardín bien cuidado con plantas que, por lo menos Percy, no habían visto en la vida.

El único chico observó a su alrededor admirando la belleza del lugar y cuando miró a sus compañeros para saber que pensaban vio la cara de Zöe, la cual no parecía muy contenta de estar en el lugar.

Poco después de eso la cazadora reunió al equipo y les contó un poco sobre el lugar y sus peligros. Lo más peligroso era un dragón de cien cabezas llamados Ladón, el cual protegía unas manzanas a las que no debían acercarse.

Una vez dijo los peligros del lugar, Zöe, sacó su arco y se preparó para un posible ataque, cosa que Thalia y Percy imitaron, Rin solo se limitó a cargar sus circuitos mágicos en caso de problemas.

Los primeros pasos por el jardín no parecieron ser muy peligrosos. Solo había hierva, flores y árboles que se mecían con el viento frío del invierno.

- Esto está demasiado tranquilo. - Dijo Rin mirando a su alrededor. - Esto no me gusta.

- No bajéis la guardia. - Advirtió Zöe. - Las guardianas del jardín podrían aparecer en cualquier momento y preferiría no llegar a encontrarlas.

Percy quiso preguntar, pero en un solo segundo Zöe lo obligó a esconderse detrás de un arbusto. Nuevamente quiso preguntar, pero la chica le tapó la boca. Esto confundió aún más al chico pero la aparición de un grupo de chicas vestidas con un vestido blanco le obligó a mantener el silencio y contener un escalofrío debido al frío que sentía.

Estas se pararon cerca del arbusto y hablaron de que había percibido a los intrusos cerca y que debían buscarlos, por lo que el grupo debía proceder con más cautela.

Una vez el grupo de chicas se alejó de la zona, Zöe les dio el permiso para levantarse y seguir caminando. Siendo ella la que lideraba el grupo, era la que estaba a cargo de indicarles por donde ir y cuando esconderse para evitar una confrontación.

Siguiendo los pasos de la cazadoras, los cuatro pudieron evitar a las chicas y al supuesto dragón que estaba protegiendo un árbol. Al final lograron llegar a lo que parecía ser la entrada a algún sitio hecha ruinas.

Desde el momento que pusieron un pie dentro del lugar sintieron una presión que no habían sentido en todo el viaje. Sabían que estaban en territorio enemigo y que podían encontrarse con la bestia que Artemisa salió a cazar, también llamada quimera, pero seguro que también había de esos zombies, por lo que fueron con la mentalidad de que tenían que enfrentarse a muchos de esos.

Los primeros pasos que ellos dieron en el lugar fueron tranquilos no fue hasta que subieron un poco por el lugar que llegaron a ver a lo que parecían ser semidioses empuñando espadas de bronce celestial.

Ellos no parecieron darse cuenta de su presencia ya que estaban hablando de algo que ellos no podían escuchar. De inmediato el grupo de reunió y planificó un ataque sorpresa para que no llamaran la atención.

Al final el ataque sorpresa terminó siendo Zöe lanzando una flecha envenenada con un sedante para que se durmiera mientras Percy corría hacia el que quedaba para darle un golpe con el pomo de la espada en la cabeza haciendo que este quedara fuera de combate y permitiendo el paso del grupo.

Fate: Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora