Por culpa de una figura

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El grupo había estado devorando su comida sin siquiera prestar atención a cuando Percy se había montado en la limusina que se había estacionado fuera, solo se habían dado cuenta de que no estaba cuando el dios de la guerra, Ares, se había acercado a ellos. No sabían cuales eran sus intenciones, pero no les hizo nada por el momento.

El dios los observó comer durante un tiempo en silencio sin dejar de prestar atención a la chica japonesa que los acompañaba. De no ser porque podía usar magia él habría dado por hecho de que era su hija solo por su actitud condescendiente y arrogante hasta cierto punto, pero al ver como esta ignoraba cada vez que podía a los dioses sabía que no podía ser hija suya.

- Oye, japonesa. - Dijo el dios.

- Me llamo Rin, apréndetelo. - Dijo ella cortando al dios.

- Cuidado, ¿Sabes con quien estás hablando? - Dijo Ares haciendo que ella dejara de mirar el perrito caliente que tenía en las manos para mirarlo con aburrimiento.

- Pues claro que lo sé. - Dijo ella. - ¿Acaso te has olvidado de tu propio nombre e identidad?

Esto hizo que el resto dejara de comer de inmediato y mirara a la humana que había hablado así a un dios.

- Tienes carácter, me gusta. - Dijo el dios con una sonrisa para luego sentarse en la mesa con ellos.- ¿No quieres saber de lo que están hablando en el coche?

- La verdad no. - Dijo ella mientras terminaba de comer para luego apoyarse en la mesa ignorando aún más al dios. - Y ya digamos que si podrías apartarte de mi un poco, no voy a confiar en seres como tú.

- ¿Seres como yo? - Dijo Ares.

- Dioses, seres fantasmales con un poder descomunal que se aprovechan de seres inferiores como los humanos para poder sobrevivir. - Dijo Rin haciendo que sus compañeros comenzaran a preocuparse. - Degradáis mucho a los humanos pero no podéis vivir sin ellos y luego mezcláis vuestro ser con ellos, no quiero mezclarme con seres así, los espíritus son seres mucho mejores, con una simple orden si son molestos podría hacerlo callar.

- Eres consciente de que podría acabar contigo con solo chasquear los dedos, ¿Verdad? - Dijo el dios en un tono peligrosamente tranquilo.

- Hazlo, y Shirou hará todo lo posible para haceros caer. - Dijo Rin ahora con una sonrisa desafiante. - Aunque no lo creas, el es muy poderoso, más aún después de haber entrenado con los mejores magos que pudimos encontrar, por lo que yo tendría cuidado si liberara su hechizo más poderoso.

Cuando el dios quiso contestar a eso la puerta de la limusina se abrió haciendo que Ares fuese a ver lo el hijo de Poseidón habría estado haciendo con su novia. Este le dijo algo que el resto no llegó a oír, pero después se subió a la limusina para luego desaparecer.

Cuando se reunieron este les contó lo que le había dicho Afrodita y que no debían llevarse nada bajo ningún concepto o que provocarían la ira del dios herrero. El grupo no pareció muy preocupado por eso, por lo que se pusieron en marcha con la intención de salir del lugar.

Los primeros metros de la odisea en la que estaban todo pareció ir bien. No había nada que llamara la atención de nadie, por lo que Percy se confió un poco.

Mediante iban avanzando poco a poco fueron encontrando cosas que no podrían encontrar de normal fácilmente, una armadura muy resistente a los ojos de Percy, un arco en perfecto estado para Zöe y una horquilla de pelo que le gustó mucho a Bianca. Por suerte para ellos Rin y Grover le recordaban cada vez que veían algo que no debían llevárselo ya que eso causarían problemas.

Todo pareció ir bien y ya casi estaban en la salida ya que podían ver un terreno despejado, pero un temblor se hizo notorio cuando estaban casi en la puerta de salida. Dicho temblor hizo que las montañas de basura se derrumbaran haciendo que el camino quedase completamente bloqueado y casi enterrando a los adolescentes en el proceso.

Fate: Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora