Caronte, un tipo elegante y la huida de los zapatos

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Percy estaba un poco decaído y le gustaría poder desconectar, pero no podía hacer. Su animo llegó a preocupar un poco al grupo, por lo que Grover decidió hacer una pequeña pausa ya que estaban cerca de la posible entrada por el aroma que había en el ambiente.

Shirou fue el primero en acercarse y preguntar.

- ¿Te encuentras bien? - Preguntó este. - ¿Quieres hablar?

- No, estoy bien... - Dijo este ganando miradas de todos en el grupo. - Es solo, que me tranquilizaría un poco escribirle una cara a la hermana de la iglesia a la que iba en la academia, ella me solía escuchar y me reconfortaba.

- Vale, de acuerdo, creo que podemos parar un momento. - Dijo el pelirrojo ganando una mirada de la única rubia que había en el grupo, pero una mirada de Shirou fue suficiente como para hacerla aceptar. - Si eso te calma te ayudaré a escribirla.

Así fue como Shirou ayudó a Percy a escribir la carta ya que no podían poner ciertas cosas. La excusa de la carta es que estaba de vacaciones con la tutora legal de uno de los dos magus y para mostrarlo se hicieron una foto con una cámara instantánea que Rider tenía en su coche.

Repasaron la carta cerca de cinco veces para que no se notara lo que estaban haciendo este fue con Annabeth, la cual le explicó como mandar la carta por vía Hermes. Esto hizo que la carta desapareciera en un brillo muy fuerte.

Después de todo esto Percy ya parecía un poco mejor y decidió continuar con la búsqueda de la entrada del infierno. Todo el grupo, incluida Rider estaban siguiendo al Sátiro que estaba olfateando el aire haciéndolo parecer un perro en busca de un rastro para la policía.

Después de un tiempo llegaron a una zona en la que había estudios de grabaciones. Esto sorprendió a los semidioses y magus, no esperaban que la entrada al inframundo fuese en un estudio de grabación.

Al final parecieron llegar a un sitio que por el nombre que tenía dejaba en claro que era muy posible que fuese la entrada. "Estudios de grabación El otro barrio." Todos se miraron entre ellos menos Rider, al parecer esto no era nuevo para ella, solo había accedido a ir por posibles complicaciones en ese lugar.

Rin miró por la ventana viendo a un hombre que vestía un traje italiano de muy buena calidad y lo que parecían ser cuatro figuras etéreas que no tenían una forma definida a primera vista, lo que parecían ser espíritus de difuntos.

- De acuerdo. - Dijo Grover. - ¿Cómo vamos a entrar? Por el cartel de la entrada puedo decir sin miedo a equivocarme que no permiten a gente viva.

Todos miraron al cartel, en el había una cuantas cosas que estaban prohibidas, entre ellos los vagabundos y gente viva.

- Bueno, solo tenemos que entrar y hacer que él nos deje entrar. - Dijo Rin. - Por lo que he visto parecer ser alguien con gustos caros, a lo mejor un poco de dinero le ayudaría a dejarnos pasar.

- De acuerdo, solo dejadme hablar a mí. - Dijo la hija de Atenea para luego abrir la puerta llamando la atención de todos en el lugar.

El hombre que debía ser Caronte, el barquero, los miró detrás de sus gafas de sol. Mientras él los miraba estos se acercaban. No esperaba que llegaran tantos de golpe, por lo que tendrían que hablar con ellos para saber que estaba pasando.

- Bueno, bueno, bueno... - Dijo el trabajador. - ¿Qué tenemos aquí? ¿Qué ha pasado? Es raro que tantos vengan de golpe.

- Hemos muerto en un accidente de tráfico. - Dijo la rubia siendo la portavoz del grupo. - Nos gustaría ir a nuestro juicio para nuestro descanso eterno.

- Ya, bueno, me lo puedo imaginar. - Dijo Caronte. - Como puedes ver ya tenemos una fila muy larga, tendrían ponerse en la sala de espera.

- ¿Y de cuanto es? - Dijo Grover para tener una referencia.

Fate: Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora