Medusa

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Los chicos se habían reunido y ahora estaban admirando la comida que la tía Eme les había preparado. Su principal plato eran hamburguesas, cosa que no desilusionó a Percy, pero también había algo de acompañamiento como una ensalada.

El sátiro se había lanzado a por la ensalada mientras que los demás se hicieron dueños de una hamburguesa. Todos parecían comer a gusto, menos Annabeth. Esta no dejaba de mirar a la mujer, por alguna razón no podía confiar en ella, aparte de que tenía la sensación de que ella no dejaba de mirarla.

Pasaron unos segundos hasta que el silencio se terminó.

- Disculpa tía Eme. - Dijo Rin de entre todos. - No he podido evitar darme cuenta que se dedica a la creación de estatuas para el jardín. ¿Es una labor con futuro?

- Si te refieres a que si da dinero... Bueno, no da mucho pero es lo único que sé hacer. - Dijo ella marcando mucho las eses que había dicho.

- ¿Y no cree que se venderían mejor en un tamaño reducido? - Volvió a decir Rin. - No mucha gente podría permitirse ocupar parte de su jardín para poder exponer una estatua de esas características.

- Sí. - Dijo Annabeth uniéndose a la conversación. - Esas estatuas no son las mejores para los jardines, esas caras no son muy agradables, yo diría escalofriantes a la vista.

Percy, al escuchar lo que estaba diciendo su compañera semidiosa, estaba a punto de recriminarla por hablarle de esa manera a la mujer que ahora los estaba alimentando, pero la risa de la tía Eme le hizo parar en seco.

- Puede que sean tétricas o que den miedo, pero para mí es arte. - Dijo Eme entre risas. - El arte es distinto para cada persona, donde alguien ve un montón de basura inservible otra puede ver algo con lo que crear. Todas las estatuas que han creado para el jardín tiene una mirada y expresión apacible, por lo que yo empecé a experimentar con las expresiones de miedo y dio resultado.

Poco después de esas palabras, ella se levantó y fue a la zona de descanso. En ese momento, el grupo comenzó a hablar en voz baja entre ellos.

- No me fio de ella. - Dijo Annabeth. - Siento que nos está ocultando algo.

- Sí. - Dijo Grover pensativo. - Hace un rato me pareció ver a mi tío.

- ¿En serio? - Preguntó Percy sorprendido. - ¿Está de misión por aquí?

- No, pero es imposible que él estuviese por aquí. - Dijo haciendo que todos lo mirasen extrañados. - Después de todo, el fue asesinado por Medusa.

El procedió a reírse de forma nerviosa, pero el ambiente de la habitación de repente había bajado como cinco grados de golpe. Todo tenía sentido, las estatuas y se expresión de terror debido a ver a la Gorgona que los mataría en los minutos próximos.

En los segundos siguientes notaron como la puerta por la que había entrado la tía Eme se estaba abriendo mostrando a una mujer vestida con una camiseta de tirantes blanca con unos pantalones deportivos, pero lo que más llamó su atención fue el hecho de que en vez de tener pelo tenía serpientes en la cabeza y tenía unas gafas de sol que le cubrían los ojos.

En ese momento, la mente de los cinco chicos que estaban en la tienda se activo y salieron corriendo del lugar con la intención de llegar a la carretera para poder irse y alejarse lo más posible del monstruo que tenían delante.

Medusa entendió rápidamente lo que querían hacer los chicos, por lo que haciendo gala de una gran velocidad se colocó delante de la puerta mientras se quitaba las gafas de sol haciendo que el grupo se separase por todo el dominio de la tienda mientras miraban al suelo para evitar la mirada petrificadora del monstruo.

Fate: Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora