Una bestia y un destructor

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Percy estaba completamente desolado, asustado, sorprendido y se sentía traicionado. Esa mujer había sido muy importante para él, le confesaba todo lo que le preocupaba, todos los problemas que había tenido no solo en la escuela sino lo duro que lo había pasado su familia, y ahora había pasado esto.

No solo había traicionado su confianza, sino que también había atacado al olimpo y devorado a los dioses menores que vivían allí, había aprisionado a los dioses y ahora había puesto en manifiesto que era una enemiga del mundo, una bestia del apocalipsis.

- Mi querido héroe. - Dijo Kiara con una gran sonrisa mientras avanzaba hacia Shirou, esta estaba vistiendo ese vestido que no dejaba prácticamente nada a la imaginación mientras lucía una par de enromes cuernos. - Ven conmigo, sabes que no vas a poder derrotarme, solo eres un humano, nunca podrás derrotar a una bestia.

El pelirrojo miró fijamente los ojos dorados de la mujer que tenía delante. Él sabía que no podría ganar, no era tan arrogante como para pensar que tenía una oportunidad contra ella. De reojo miró a Rin, la magus había comenzado a agarrar unas pocas joyas de un estuche que siempre llevaba a todas partes, y gracias a su gran vista pudo ver que las joyas estaban manchadas de sangre, por lo que solo tendría que ganar un poco de tiempo como para que Rin hiciera un hechizo para forzar la forma espiritual de la bestia.

No tenía oportunidad, pero este proyectó sus espadas casadas en las que tanto confiaba. Kiara, la ver esto, no quitó sus sonrisa de su cara.

- Veo que eliges la violencia. - Dijo ella mientras se detenía. - Mi intención es salvarte y llevarte conmigo para que por fin podamos estar juntos, pero si para ello debo llevarte a la fuerza que así sea, solo debo mantenerte asegurado en mi estómago.

Tras decir eso decenas de brazos blancos se dispararon hacia el pelirrojo. Este reforzó sus piernas para evadir estos de un salto ganando más distancia por parte de la bestia para luego lanzar sus espadas para luego proyectar otro juego que también lanzó poco después. Kiara sonrió por lo que veía, sin duda había visto esa misma estrategia muchas veces antes, en diferentes líneas temporales, por lo que le dejó hacer hasta que las hojas comenzaron a atraerse por su concepto base y cuando estuvieron a unos pocos metros de ella esta  volvió a hacer aparecer brazos que terminaron destruyendo las espadas como si nada.

Shirou no se molestó y volvió a proyectar otro juego de kanshou y bakuya con las que él se lanzó hacia la bestia, la cual no se movió ni un solo centímetro esperando a que su héroe llegara hasta ella.

Hubo el primer contacto, Shirou hizo un corte descendente con kanshou que impactó de lleno en el espacio de la clavícula de Kiara, pero su espada no llegó a hacer nada incluso si tenía un concepto antimonstruo.

- Eres igual, y eso hace que seas tan adorable. - Dijo la bestia para luego agarrar la cara del chico con sus dos manos, como una madre que tomaba a su hijo con cariño. - Da igual lo que hagas, nunca podrás derrotarme, ni ganar el tiempo necesario como para que esa niña haga nada. - Dijo ella haciendo que Shirou abriera mucho los ojos con sorpresa. - En cualquier momento puedo matar a todos los que están en esta sala, dioses incluidos.

- ¿Cómo podrías matar a un dios? - Dijo el dios de los truenos con rabia al no poder liberarse.

- No es obvio. - Dijo al bestia quitando de su cara la sonrisa. - Solo sois una panda de vejestorios que no aportáis nada al mundo, si llegara a eliminar vuestra existencia no pasaría nada, las fueras de la naturaleza que terminarían sin un pilar poco a poco volverían a su posición, unos pocos días la naturaleza pondrán volver a la normalidad, después de todo estamos en un punto de la historia en la que no sois necesarios.

Shirou, aprovechando el punto en el que la bestia estaba distraída hablando con Zeus para saltar lejos de ella y comenzó a canalizar su prana por todo su cuerpo y cargó un montón de planos.

Fate: Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora