Adriana
-Salí del cuarto de baño y me metí en la cocina a ayudar a Et, en cuanto me vio supo que me pasaba algo y esperó a que hablara.
-Ha vuelto a llamar. - suspiré.
- ¿Y qué te ha dicho?
-No se lo he cogido.
-¿No deberías decirle por lo menos que deje de molestarte?
-No hace falta, debe estar buscando mi perdón para volver a hacérmela. En cuanto se canse parará.
-Vamos a comer anda.- Preparó unos macarrones con queso que olían de maravilla, hasta ahora no había tenido hambre pero fue verlos y entrarme de golpe-. ¿Me vas a decir qué no quieres comer? porque te vas a arrepentir eh.
-¡Tienen una pinta! pásame el tenedor.- Les di el primer bocado y los degusté .
-¿Y bien?- me preguntó impaciente.
- ¿Mi cara no responde a tu pregunta? ¡DIOS! ¿Dónde has aprendido a cocinar así? están de muerte.
-Jajaja ya sabía que te gustarían. Pasé mucho tiempo sin mis padres de pequeño... Así que tuve que aprender a cocinar si quería comer.
-¿Puedo saber por qué?
-Bueno no hay mucho que contar, mi padre era un borracho que se pasaba el día de bar en bar y mi madre tenía que trabajar el doble para sacarnos adelante.
-¿Era?, ¿le pasó algo?. - negó.
-Ahora está en un centro de desintoxicación, no lo veo mucho pero nos van informando de su progreso.
-Lo siento mucho. - Tenía que ser duro tener un padre al que lo único que le importara fuera el alcohol.
-No lo sientas, a veces los padres no son perfectos. - Podía ser cierto pero por suerte yo había tenido al mejor del mundo, no sabía lo que era tener un padre ausente hasta que el cáncer se lo llevó.
En días como hoy era cuando más lo echaba en falta, siempre que me encontraba mal me llevaba a la heladería del pueblo y me pedía un crepe con Nutella y helado de coco por los lados. Eso me subía el ánimo pero lo que me hacía realmente feliz era estar con él. Habían pasado siete años desde su muerte y todavía no lo superaba, lo necesitaba tanto... Si hubiese estado estos años probablemente no hubiera tenido que vivir lo que viví.
-¿Estas bien? - me preguntó al verme ausente.
-Estaba pensando en mí padre, él... Murió.
-No lo sabía Adri, lo siento. ¿Hace mucho?
-Sí, no te preocupes es sólo que a veces me hace tanta falta...
-Te entiendo, no es la misma situación pero todos necesitamos un padre de vez en cuando. - Asentí y bostecé -. ¿Quieres ir ya a la cama?
-Sí.
-Vale, cojo una manta y te dejo dormir.
-¿Dónde vas a dormir tú?
-En el sofá. No quiero que te sientas incómoda.
-Te recuerdo que ya hemos dormido juntos, además no parece muy cómodo.
- Cómodo no es te lo aseguro.
-Pues ya está, ¿te vas a quedar aquí un rato más?
-No, yo también estoy cansado. Recogimos la mesa, me ofrecí a fregar los platos y dejamos la cocina limpia. Antes de ir a la cama fui al baño, le envié un mensaje de buenas noches a mi madre y me acosté. Ethan me sonrió, me dio un beso en la frente y apagó la luz. -Buenas noches princesa.
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¿Puedo besarte?
Teen FictionPrimer libro de la bilogía 💋Pídemelo 💋 Adriana de 17 años, vivió una de las peores "experiencias" que se pueden sufrir en la vida. Por ello su madre decide trasladarse con ella a California. Aquí conocerá a Jay, amable, cariñoso y muy atractivo. P...