Epílogo

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Tres meses después

¿Crees en los milagros?

Es una pregunta a la que hace un tiempo hubiese respondido con un "NO" rotundo, pero eso ahora había cambiado. Cambió hace noventa y dos días, exactamente la madrugada en la que vi como se marchaba dejándome claro que esa vez era la definitiva.

"Su corazón se está apagando" esas fueron las últimas palabras que escuché antes de verme envuelto en una pesadilla, una de la que creí no salir nunca y que se esfumó en cuanto alguien gritó "Esto es un milagro". Había vuelto, no sé como, pero lo había hecho, devolviéndonos con ella la esperanza que por un momento se había llevado.

-¿Cual es el porcentaje de que despierte?. -Le pregunté al especialista un día más y suspiró.

-No va a cambiar más rápido porque lo preguntes cada día, pero... -Sonrió y me dejó con la duda.

-¿Pero?

-Hoy hace dos meses desde que le dió el último paro.

-Ya lo sé ¿Y?-dije encolerizado al esperar otra respuesta.

-Eso quiere decir que su corazón se está volviendo más fuerte cada día y que las probabilidades de que despierte son noventa de cien.

-¿Lo estás diciendo enserio?

-Muy enserio. -La felicidad se apoderó de mí.

-¿Y la infección? ¿Qué pasa con ella?.

-Ha ido remitiendo. -Lo abracé con entusiasmo-. Se que estás muy feliz con esta noticia, pero no hay necesidad de que me asfixies...

-Lo siento... -Me aparté de él con una amplia sonrisa.

-Eres un buen chico Fisher, otros a tu edad no hubiesen aguantado aquí ni una semana esperando a que su chica despertara. Eso dice mucho de tí.

-No es un mérito ni merezco halagos por ello...

-Deja de castigarte con eso, un accidente lo puede tener cualquiera. -Dijo con confianza después de haberle contado nuestra historia día sí, día no.

-¿Puedo verla?

-Voy a ver si han terminado con los análisis y te aviso.

Esperé fuera, frente a la puerta de su habitación y entré en cuanto salieron todos los enfermeros. Había pasado tanto tiempo allí que me conocía la vida de cada uno de ellos.

Me senté a su lado, agarré su mano como de costumbre y empecé a contarle las novedades de cada día.

-Hoy te han estado haciendo pruebas ¿y sabes qué? Tu corazón está poniéndose más fuerte que nunca. ¿Sabes qué significa eso? Que cuando despiertes me amarás más -me reí- es broma.
Cada día tienes más color en la piel, tu pelo no ha dejado de crecer y tu cuerpo ha adelgazado mucho pero déjame decirte que sigues estando buenísima, como yo, claro está -le guiñé un ojo aunque no me viera-. Cuando salgamos de aquí te voy a llevar a comer muchas hamburguesas y vamos a recuperar el tiempo perdido. Tendrás que hacer rehabilitación en cuanto despiertes, será duro y aburrido, pero no te preocupes porque yo haré que sea divertido. Tengo muchas ganas de verte abrir los ojos, echo de menos ver como brillan y tu voz... Quiero que me llames creído, que te enfades conmigo y que me preguntes cosas sin sentido como sueles hacer. Sólo quiero que despiertes y que me recuerdes porque todavía no se sabe si recordarás algo...

-Fisher -abrió alguien la puerta y me giré a ver quién era-. Queda hacerle una prueba más -me avisó Din, uno de los enfermeros.

-Dame un momento -asintió y cerró la puerta tras él-. Ya lo has escuchado peleona, una prueba más y serás mía toda la tarde. ¿Te apetece que te siga leyendo hoy el libro que dejaste a medias? Lo tomaré como un sí. Voy a irme ya ¿vale? no tardaré en volver. -Me quedé admirándola unos segundos más. Seguía siendo guapa hasta con tubos y golpes, estos por suerte ya habían desaparecido casi por completo.

-Jay -volvió a entrar- están esperando por tí. -Lo ignoré.

-¿Puedo besarte? -le pregunté echando de menos aquella pregunta y esperando una respuesta que no iba a llegar.

Me sequé las lágrimas que comenzaron a caer y sentí delante de mí como algo se movía, me froté los ojos para ver si era una ilusión al tenerlos borrosos y cuando estuvieron lo bastantes secos comprobé que no, lo que sucedía frente a mí era real, muy real. El amor de mi vida abrió los ojos y asintió levemente dejándome claro que los milagros si existían.

¿Creéis en los milagros?

¿Puedo besarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora