Capítulo 39

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Adriana

Bienvenida a tus 18 gritaron todos lanzando pétalos al aire mientras bajaba de la mano de Jay. Me salían las lagrimas solas de felicidad al ver allí a los amigos que hacía poco había hecho y que en tan poco se habían vuelto tan especiales para mí, mi madre feliz al lado de Matthew y otros compañeros que me caían muy bien, algunos vecinos y otra gente que aunque no conocía era muy agradable.

-Hija -me abrazó mi madre- estás preciosa.

-Tu también mamá. -Llevaba un vestido morado guapísimo-. Matthew, me estoy acostumbrando a verte así de elegante. -Dije en cuanto se reunió a nosotras-. Me empiezas a caer bien -le aseguré.

-¡Hija! -intentó regañarme mi madre.

-Déjala Lola, tiene que darme el visto bueno ella primero. -Suspiró mi madre y nosotros la acariciamos.

-Ve a saludar a tus amigos están impacientes por abrazarte.

Y así fue, pasé sin exagerar casi media hora de brazo en brazo hasta que todos me saludaron y el último brazo fue el de alguien que no me esperaba ver allí.

-Princesa.

-Et, has venido.

-No podía perderme tu fiesta, no se cumplen 18 todos los días. -Lo abracé.

-Gracias por hacer el esfuerzo. ¿Cómo estás?

-Como una rosa. Hoy el apodo te queda como anillo al dedo, pareces una princesa.

-Aquí estás -dijo Jay detrás de mí-. ¿Qué tal Brown? -le preguntó.

-Bien, aquí.

-Guay. -Le dijo sin más-. Ven, te voy a presentar a mi padre -me dijo a mí.

-¿Luego nos vemos? -le pregunté.

-Claro que sí -me guiñó el ojo.

Su padre estaba charlando con un grupo de amigos y al vernos llegar se disculpó con ellos para saludarnos.

-Papá esta es...

-Adriana, encantado de conocerte -me tendió la mano.

-El placer es mío. -Le devolví el gesto.

-¿Te está gustando la fiesta?

-Es increíble, gracias.

-El mérito es todo de él. No sé que le has hecho pero lo tienes enamorado. -Soltó.

-Y él a mí. -Sonreí algo avergonzada como de costumbre.

-Me gustaría seguir hablando con vosotros pero tengo unos asuntos que resolver, luego os veo. -Se despidió y entró en la casa.

-¿Crees que le he caído bien?

-Estoy segurísimo, vamos. -Me llevó donde el resto.

-Ojalá Julia hubiera podido venir. -Dijo una voz femenina.

-¿Una pena verdad? -dijo posando una mano en mi cadera.

-¿Julia? -me giré y la vi.

-¿Cómo me iba a perder la fiesta de mi hermana?

-Pero... ¿Cómo has... ¿Y Luca?. -Sonrieron los dos.

-Ahora mismo está en brazos de Mia, míralo.

-No me lo puedo creer, ¿pero cómo has llegado?

-Mi cuñado se ha encargado de todo, hay hasta una chica que se hará cargo de él cuando lo deje dormido.

-Jay eres...

¿Puedo besarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora