Capítulo 38

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Adriana

5 de agosto, mi cumpleaños.

Había pasado una semana desde que habían llegado Julia y Luca y estaba muy feliz. Las chicas ya estaban enamoradas de mi sobrino y Jay... Él seguía insistiendo en que el niño lo prefería a él. Se veían tan adorables cuando estaban juntos que podía asegurar que el día en que tuviera uno sería un gran padre.

Era de mañana y seguía en la cama porque no tenía ganas de levantarme, hasta que apareció mi hermana y empezó a hacerme cosquillas.

-Arriba cumpleañera.

-Un ratito más. -Le supliqué.

-No -estiró de la sabana y de lo fuerte que me agarré a ella, caí.

-¡Julia!

-Vamos a desayunar, te quiero abajo en cinco minutos.-Salió y no me dejó decir nada más.

Fui al baño casi arrastrándome, me lavé la cara, me hice una cola sin más y bajé. Entré en la cocina y encima de la encimera había tostadas, bollería, fruta, zumo y muchas cosas más con un ramo de tulipanes al centro y en una de las esquinas una caja rectangular bastante grande.

-¿Y esto? -me quedé asombrada al ver todo eso.

-Tu queridísimo novio.

-¿Y dónde está? -pregunté.

-Ha tenido que irse...

-¿Y mamá?

-Mamá se ha tenido que ir a una urgencia. Estás muy preguntona hoy...

Busqué el móvil para agradecerle a Jay el desayuno y encontré un mensaje de mi madre que decía: Lo siento cariño, he tenido que salir por una urgencia. Prometo recompensártelo mañana. Feliz cumpleaños, te quiere, Mamá . Genial... No tenía pensado hacer nada pero me apetecía estar con ella. Llamé a Jay y no lo cogió, suponía que estaría ocupado... Guardé el móvil y busqué a Luca.

-¿Cómo está mi niño bonito hoy? -le pregunté y empezó a balbucear- ¿Qué dices? ¿qué todos se han olvidado de la tita?

-Ma-má. -Soltó.

-¡Julia, Julia! -grité  ya que había ido a buscar un pañal.

-¿Qué pasa? -preguntó asustada corriendo hacia nosotros.

-Ha dicho mamá.

-¿Enserio?

-Sí, mira, di ma-má. -Le pedí gesticulando como un niño pero no lo hizo-.Te prometo que lo ha dicho.

-Ya lo volverá a decir, le habrá dado vergüenza. -Lo cogió en brazos-. Le cambio el pañal ¿y desayunamos? -Asentí.

-¿Qué hay en la caja?

-No lo sé pero espera a que lo cambie que quiero verlo yo también. -Tardó diez segundos y nos acercamos a la caja.

-Hay una nota -dije y la cogí.

-¿Qué pone? Léela en voz alta -dijo nerviosa.

-Pone: Me hubiese encantado pasar el día contigo y celebrar tu cumpleaños juntos, pero no ha podido ser. Para compensártelo he reservado mesa para dos esta noche en un restaurante a las afueras de la ciudad. Espero que te guste lo que hay dentro de la caja, te quiero peleona.

-¿Dónde dices que se consiguen estos tíos? -preguntó mi hermana.

-Tendrás que quedarte en California para descubrirlo. -Le di la nota y empecé a abrir la caja con cuidado como si una bomba fuera a estallar.

¿Puedo besarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora