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Sudor frío bajó por mi espalda y sentí mi corazón dar un respingo, sabía defenderme pero mi cuerpo estaba helado y no me respondía.
Uno de esos hombres, uno de los comandantes de este país asqueroso acababa de tocar mi trasero como si fuera lo más natural del mundo luego de tomar una de las copas que le ofrecí.
Todo había sucedido en segundos, los mandatarios y comandantes habían salido de discutir el futuro del mundo o una mierda así y ahora estaban tomando un aperitivo en la ante sala donde yo, como la increíble mesera que era, les ofrecía copas de vino.
Mis ojos estaban tan abiertos y mi cerebro tenía tantas ideas que no conseguía ni parpadear.
Si lo golpeaba perdería mi trabajo, si le decía algo haría un escándalo y perdería mi trabajo, si me quedaba callada...
Aún sentía la mano del hombre presionando mi trasero, tenía que moverme, tenía que...
-Oi- dijo una voz grave desde mi izquierda, y luego todo se fue a la mierda.
Cuando me giré, un puño ágil golpeó la mejilla del hombre a mis espaldas y en dos segundos estaba en el suelo, al igual que toda mi bandeja con las copas.
Otro hombre más joven, de cabello rubio y facciones afiladas se acercó para separar al pelinegro del anciano que lloriqueaba en el suelo, un diente se le había caído y escupía sangre carmín.
Cuando el rubio logró separar al otro pude ver su rostro, era... Era como ver una bonita daga afilada.
-Levi- susurró el rubio- suficiente.
Levi.
Nunca había escuchado su nombre antes, tenía poco tiempo en esta ciudad y no me eran familiares los nombres de los comandantes, pero ese rostro. Sentía que lo había visto antes, era muy apuesto, algo que no se olvida con rapidez.
El pelinegro me miró, era bajo de estatura pero yo lo era más. Dos segundos nuestros ojos se cruzaron y yo esperé mis pupilas pudieran expresar agradecimiento.
Un segundo después, una mano tomó mi brazo y me arrastró hasta las cocinas.
Era madame Cateu, la jefa de meseros y la mujer que me había confiado su reputación a la hora de servirle a tan memorables hombres.
-Madame yo...- empecé, pero su pesada mano alcanzo mi rostro antes de que pudiera decir más. Cerré los ojos con fuerza, intentando sacudir el dolor de mi mejilla.
-Largo de aquí- dijo, sus ojos verdes llenos de rabia.
-Madame, porfavor...- Dije, y la voz se me cortó- no tengo a donde ir.
-Ese no es mi problema- tomó mi brazo con fuerza, abrió la pequeña puerta de madera y me arrojo a la calle como una bolsa de patatas.
Mi cadera chocó con el adoquín mientras veía a la mujer de cabellos canos mirarme con desprecio mientras arrojaba mi bolso hacia mi.
-Vayase a la mierda- escupí- su comida huele a orina de gato y tiene menos sazón que mi...
Una risita me detuvo de seguir gritando insultos a la mujer que ya había cerrado la puerta, aunque sabía que había escuchado lo que dije.
Miré a mi derecha y vi a una mujer de castaños cabellos, tenía un aspecto desordenado, usaba lentes y parecía disfrutar del show.
Detrás de ella el rubio de antes y el ahora llamado Levi me miraban con expresión extraña, uno más serio que el otro. Un modesto carruaje esperaba frente a ellos.
-Su comida de verdad huele a orina de gato- dijo la mujer riendo- y sabe también, aunque no es que haya probado la orina de gato antes, bueno quizás una vez, para un experimento. Es extremadamente salada y tiene notas de...
-Hange- dijo el rubio y la mujer se detuvo tapándose la boca, sus ojos aún sonreían.
Me puse de pie mientras recogía mi bolso y empecé a limpiar mi uniforme, no lo devolvería, no tenía nada más que usar de todas formas.
-Supongo que la han despedido- dijo el alto hombre.
-¿Le parece?- contesté con sarcasmo y di media vuelta para irme, no iba a dejar que me humillarán por tercera vez en un día.
-Hay un lugar libre en la cocina de nuestro escuadrón, si puede cocinar mejor que Cateu, el puesto es suyo.
-¿Quién es usted?- pregunté cruzando me de brazos.
-Mis disculpas- dijo el rubio haciendo una pequeña reverencia- Mi nombre es Erwin Smith, esta es mi segunda al mando Hange Zoe y este es el capitán Levi Ackerman.
Erwin Smith, ese nombre lo conocía, era la promesa de paz para la humanidad dentro de los muros.
Miré a los tres, no se parecían en nada, irradiaban energías completamente distintas y aún así eran un equipo.
-Supongo que hay demasiados huérfanos en su escuadrón, Capitán. O no iría por la ciudad adoptando criaturas.
El pelinegro me lanzó una mirada de pocos amigos y rodó los ojos, el rubio se tensó.
-Bueno, se que el héroe de este país no está en una lujosa casa disfrutando de las comodidades que el dinero le puede ofrecer, porque no es así como nuestro mundo funciona.
-No no lo es- dije en voz baja- De acuerdo, les concederle el honor de cocinar para ustedes si tanto insiste capitán.
Hange saltó entre risas mientras me tomaba de brazo y me llevaba hacia el carruaje.
-Oh- dijo- Olvidé que seguramente tienes pertenencias que llevar a nuestro campamento, quizás sea mejor que enviemos por ti en un par de días.
Erwin me miró.
Yo negué.
-Todo lo que tengo está en este bolso- dije.
Ambos asintieron mientras subíamos al carruaje.
-¿Cuál es tu nombre querida?- dijo Hange, y me di cuenta de que tres extraños me habían ofrecido trabajo sin siquiera saber mi nombre.
-_____- Dije- _____ Amren.

Dark "I See You": Levi X T/N FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora