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Tres meses después.

Todo avanzaba con normalidad, se podría decir que incluso mejor que antes. Ahora que conocían la vida del otro, Draken de vez en cuando la acompañaba a la casa de su familia y pasaba un buen rato con los hermanos mayores de la chica, quienes lo adoptaron como uno más de ellos.

Gregory comenzó a llamarlo «hermano» cómo nuestra de apreció. No pudo negarse cuando le pidió amablemente si podía llevarlo a la tienda de motos, así que solicitó permiso el permiso de su padre para llevarse al menor con él. Ese día se creó una nueva obsesión en Gregory.

Jasha y Dmitry lo enseñaron a jugar videojuegos cómo todo un profesional para que pudiera competir contra ellos junto a la chica, esta última siendo mejor que sus hermanos en los controles.

Iván tuvo una buena charla con él, aconsejandolo para que en el futuro su matrimonio sea uno exitoso y estable, tomando de base su experiencia. Se sintió un poco incómodo con esa charla, pero debía admitir que el mayor sabía de lo que hablaba.

Alexei era más cerrado que sus hermanos, pero por su hermana hizo el esfuerzo de conocer un poco más al chico del tatuaje en la cabeza. Básicamente lo secuestró y se lo llevó a su trabajo, un salón de belleza, siendo dueño de este. Draken se entretuvo bastante escuchando a las mujeres que asistían a ese lugar, incluso una de las trabajadoras le arregló las uñas.

Y por último estaba el padre de los seis, quien lo llevó a su empresa para enseñarle un par de cosas, luego tomaron unas cerbesas y hablaron de cosas triviales. También tuvo que escuchar la triste-feliz historia de cómo conoció a su esposa y cómo la perdió en el nacimiento de Gregory.

Ken estaba impresionado por cómo los Kuznetsov siempre buscaban llegar a la cima, teniendo cargos bastantes importantes en sus trabajos o siendo los mejores en lo que hacían. Estrictos, ordenados, serios y dedicados eran las palabras que definían a aquella familia de en su mayoría hombres. Podía decirse que los admiraba.

=•=•=

—Estás muy pensativa hoy, (N)-chan — comentó Kai, un miembro del equipo.

— Mente en la cancha y no en la luna, Kuznetsova... No queremos tu cara golpeada por la pelota — le dijo el entrenador.

— Si, lo siento — inclinó un poco la cabeza en señal disculpa y siguió tomando de su botella de agua.

— ¿Qué te pasa? No es común verte tan distraída — dijo Ran, secando el sudor que escurría por su cuello.

— Es Manjiro... Anda todo misterioso, y me invitó a este lugar hoy — mostró la foto y dirección del sitio, era un muelle abandonado — quiere hablar conmigo de algo importante. Dudo que sea malo, pues se veía bastante feliz —.

— Aha~ me huele a declaración~ — comentó Rindo con burla.

— Con un ligero toque a rechazado — dijo Kakucho.

— Espolvoreado con su corazón aplastado — siguió Taiju, tomando agua.

— Exquisito~ — culminó Ran.

Los demás miembros del equipo descansando, se unieron sólo para molestar a la única chica entre ellos, diciendo más comentarios con referencia a comidas mientras se reían entre ellos. Claramente burlándose de Mikey, no les importaba.

— No creo que sea para declararse, él y yo solo somos amigo. Estoy segura que no he hecho nada para confundirlo — sentada en el suelo de piernas cruzadas, con todos los altos chicos a su alrededor, sentados en el suelo de la misma manera.

— ¿Segura que no has hecho nada? — preguntó Kakucho, comenzando a sacar su celular.

— Muy segur- ¡¿Esa soy yo?! — sorprendida, le arrebató el celular de las manos para ver mejor el vídeo que se reproducía — me desconozco... ¿Y tú qué haces con ese vídeo? —.

— Tenía el presentimiento de que lo usaría más tarde — respondió el de la cicatriz, guardando su celular.

— ¡Fin del descanso! ¡Muevan sus estirados traseros a la cancha! — demandó el entrenador, sonando el silbato.

— ¡Si! — respondieron al unísono, levantándose del suelo.

— Vienes conmigo — el mayor de los Shiba la cargó cómo saco de papas sobre su hombro para llevarla a su lado de la cancha.

— Los hermanos ya te tuvieron mucho, nos toca a nosotros — dijo Kakucho, siguiéndolos.

— Me parece justo —.

— Esto es traición, (N)-chan — lloriqueo Ran muy dramáticamente, dejandose caer hacía atrás como si se desmayara. Siendo atajado por su hermano mientras ambos reían.

— Jajajajaja~ —.






Bye bye~

Cometiendo errores • DrakenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora