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— ¿Y Emma-chan? — le preguntó Hina a la pelirroja — pensé que estaba aquí —.

— Me envío un mensaje hace unos minutos diciendo que ya venía en camino — respondió — ¿Vamos hacia donde está (N) para esperarla? — señaló hacía un rinconcito cerca de la cocina, ahí estaba la alta chica junto al equipo hablando animadamente, con Manjiro a su lado cual perro guardián.

— No quiero interrumpir su conversación... ¿Me acompañas al baño?, a mí disfraz le faltan algunas cosas y no me dio tiempo de colocarlas —.

Mei y Hina fueron hacia los baños, siendo seguidas por Takemichi todo el tiempo hasta que acabaron de hacer sus cosas y bajaron nuevamente, reuniéndose con su grupo de amigos para pasar el rato.

Pasaron los minutos, comenzaron a tomar y así entrar más en ambiente, mientras saludaban a sus conocidos y presentaban entre ellos.

Era mucho más agradable que la fiesta anterior, a pesar de haber tanta gente bailando, tomando y conversando entre ellas con la música de fondo, se sentía cómodo estar ahí.

No faltaron demasiadas bebidas y conversaciones para que las dos personas faltantes hicieran acto de presencia.

— Perdón por la tardanza, Ken-chan me tuvo que ayudar a ponerme la peluca — llegó Emma, saludando a todos los que veía, vestida de Malaria.

— ¡Kenchin! — Mikey no esperó a que llegara por completo cuando ya le estaba saltando encima al chico vestido de Huesos.

— Pelinegra te ves muy bonita, Em-chan — le comentó (N), teniendo que agacharse para que su amiga pudiera abrazarla.

Draken se tensó al reconocer esa voz, la probabilidad de relacionarse exactamente con las mismas personas era muy baja, pero nunca cero. Con Mikey encima no tenía una vista muy clara de las personas presentes, pero todo cambio cuando el más bajito se levantó y tomó su muñeca repentinamente.

— Ven, ven... Quiero que la conozcas — lo traía casi arrastrado hasta donde estaba su grupo de amigos — Ella es Mei-chan, él es Norman... Y ella... — señaló a la chica en medio de los Haitani, ésta hablaba con Emma muy feliz y elogiaba lo linda que se veía vestida de aquel personaje animado, mientras los chicos a su lado asentían y decían uno que otro cumplido — ella es Kuznetsova (N)... Es la chica que me gusta — susurró lo último, sonriendo de oreja a oreja.

Sus pasos eran dudosos, no quería acercarse demasiado y que lo terminara reconociendo, no obstante, el universo estaría en su contra por esa noche, eso pensó al ver cómo Mikey lo arrastraba sin esfuerzo hasta estar frente a la chica alta.

La conversación que tenían los cuatro, se detuvo por la llegada de los dos chicos. Emma enseguida se enganchó sutilmente del brazo de su novio, siendo observada atentamente por la pelinegro vestida de diosa.

Hicieron contacto visual; el chico podía sentir lo filosos que estabas los ojos grises, cómo si le ordenara telepáticamente a su cabeza que explotara en ese mismo instante, estaba quemando mantenerle la mirada. Con el paso de los días pudo aprender cómo leer ese cuerpo que mantenía la mayor parte del tiempo un rostro inexpresivo, y es por esto que podía notar la creciente molestia en ella.

¿Cómo saldría de esa?... No tenía idea.

Ella estaba enojada por obvias razones. Él nunca mencionó la existencia de una novia, y aún así, la buscaba muy seguido para mantener relaciones sexuales que, la mayoría de veces, contaban con momentos bastante románticos que daban a entender un avance en lo que ella podía llamar una «relacion».

No sabía cómo sentirse. Más que suficiente tenía con saber que engañó a su novia con una de sus amigas más cercanas, ahora sumemos el hecho de que se acostó incontables veces con la chica de la que su mejor amigo le hablaba tan perdidamente enamorado. Era cómo comerse tres pizzas familiares y cinco hamburguesas, en cualquier momento iba a explorar.

¿Cómo vería a los Sano de ahora en adelante?... Esa pregunta ya había cruzado por su mente una vez, pero nunca tan en serio como en esta ocasión.

Tal vez, saber la vida y nombre del otro si era necesario. Pero debía admitir que eso fue su error cometido, pues nunca dio a entender que estaba en una relación con otra persona.

— Kuznetsova (N) — dijo su nombre con firmeza, extendiendo la mano para que él la estrechara.

— Ryuuguji Ken — respondió, estrechando la mano femenina, arrepintiendose al instante por el fuerte apretón que recibió.

— Es un gusto por fin conocer al novio de Em-chan... Ella habla mucho de ti — le comentó en una sonrisa calidad, achicando sus ojos.

Ken estaba sorprendido, preguntándose como podía actuar tan normal y disimular su enojo a la perfección ante la situación. Bueno, quién estaba al borde de entrar en pánico era él, pues ella no hizo nada malo realmente.

— ¿Que tomas? — preguntó, robando un trago de la bebida de Rindo, logrando que este frunciera el ceño, a diferencia de su hermano mayor que notaba cierta tensión en la chica.

— Nos llevamos a la diosa, la traeremos en un rato — mencionó el de trenzas — vamos a buscar bebidas y a que conozcas al amigo de Kakucho, (N)-chan... Mikey no morirá si no le prestas atención~ — se burló ligeramente.

— Me debí disfrazar de hada, así podía decir esa excusa — siguió el juego, haciendo un puchero mientras miraba a la más alta, logrando que soltara una ligera risa junto a sus dos acompañantes.

— Bueno~ si ven a Mei le dicen que ando con el equipo, ella sabrá donde buscarme — se despidió con la mano y se fue junto a los hermano que aún hacían bromas sobre Mikey hadita muriendo por falta de atención.

— ¿Verdad que es linda, Ken-chan? — preguntó Emma, entusiasmada.

— Ah- si, si es linda... Buena elección, Mikey — le dio una palmada a su mejor amigo, empujándolo levemente hacia adelante.

— Oh- gracias —.






Bye bye~

Cometiendo errores • DrakenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora