33

796 96 9
                                    

Luego de haberse aplicado una buena cantidad de protector solar y guardar bien sus lentes, salió del auto en donde se estaba cambiando para ir con las demás personas.

Los chicos encontraron un buen lugar desde donde lanzarse, no sin antes comprobar que la profundidad del agua fuese segura. Esto se basó en hacer que el más alto entre ellos, en este caso Taiju por medir más de dos metros, se adentrará en el agua completamente recto, si luego de tocar el fondo su cuerpo entero desaparecía, entonces era seguro.

¿Unos estúpidos? Algo. Y eso que tenían a Kisaki con ellos, pero al de lentes le divertía ver lo que hacían, de todos modos les sirvió su extraño método.

— (N)-chan, vamos rápido, los chicos nos dejan atrás — dijo una peliblanco apenas la vió salir de su auto.

Senju era la segunda chica en el grupo, pues a las demás no les emocionaba la idea de saltar desde una enorme roca, por esta razón se quedaron en el campamento haciendo cualquier cosa entre ellas.

— Ahí voy, ahí voy — respondió la pelinegro, verificando que todo estuviera en su sitio para empezar a trotar junto a la más bajita, logrando alcanzar a los chicos en poco tiempo.

— (N)-chan tiene bonitos pechos, pero están muy juntos... Déjeme separarlos con mi cara —.

— Mikey no — dijeron varios al unísono.

— Mikey si — dijo abrazando a la chica, metiendo la cara entre sus pechos. No se inmutó, solo le tomó la cabeza y lo alejó de ella mientras reía divertida.

— Yo también quiero ser separador de tetas — dijo Chifuyu llegando a un lado junto a Baji, palideció un poco al ver a quién era dirigido eso — digo- Mikey no —.

— Jejeje~ —.

— ¿Oigan, en donde es exactamente esa roca? — decidió preguntar la alta chica, Senju asintió con la cabeza, queriendo saber eso mismo.

— Queda a unos quince minutos caminando, es casi al otro lado de la playa — respondió Mitsuya.

— ¿Y es seguro? — preguntó la albina.

— Sip, usamos la Taiju-medida — respondió Nahoya.

— ¿La Taiju que? — preguntó entre risas (N).

— Es mejor que no lo sepas, ni siquiera sé como yo acepté participar en eso — le dijo el nombrado, pasando su pesado brazo por los hombros femeninos.

— ¡(N)-chan, si viniste! — exclamó Ran llegando hacia ella, tomando lugar a un lado de Senju.

— Digamos que alguien logró animarme — sonrió cálidamente mirando hacia el menor de los Haitani, quien caminaba un poco más adelante, hablando con Haruchiyo y Kakucho.

— Yo sabía que lo haría~ —.

Senju miró a la más alta y luego hacia donde ella miraba, repitió la acción un par de veces y luego abrió la boca haciendo una perfecta O con sus labios.

— ¿Se gustan? — le susurró a Ran.

— Si, solo que ellos no lo saben — respondió éste en un susurro igualmente, agachándose un poco.

— Oh~... Espera- JAJAJAJAJAJAJA —.

=•=•=

— ¡(N)-chan, lánzate junto a mi! — exclamó la albina, tomando de la mano a la más alta antes de que Mikey le ganara.

— Ah- claro, Akashi-san — le respondió en una pequeña sonrisa, dejando que la más bajita la llevara a donde ella quisiera.

— Dime Senju —.

— Entonces puedes decirme (N), sin honoríficos —.

— Perfecto —.

Mientras todos se divertían, conversaban y se burlaban por lo cobarde que eran algunos a la hora de lanzarse, había alguien entre ellos que no lo estaba pasando tan bien como le gustaría.

Ken estaba a un paso de caer en la locura y comenzar a arrancar cabezas, sobre todo a los Haitani por ser tan cercanos a ella, a Mikey por atrevido, a Baji y Kazutora por coquetearle cada que tenían la oportunidad y a Taiju por tocarla con tanta confianza. Los celos y la ira se lo estaban comiendo por dentro y no podía hacer o decir nada al respecto, su única opción era quedarse callado mientras sentía que un tic nervioso se presentaba en una de sus cejas.

— ¿Podemos hablar un momento? — preguntó en un murmullo.

— No — le respondió cortante.

— (N), es serio, necesito hablar un momento conti- — lo interrumpió.

— Baji, lánzate conmigo —.

Ni siquiera se tomó la molestia de mirarlo, simplemente fingió que él no estaba ahí, obviamente eso le molestó en demasía. Pero en sí, lo que hizo que explotará, fueron las sonrisas burlonas en los rostros de los hermanos y Norman, porque si, este último ya se había enterado desde hace mucho que había algo entre ellos.

Giró sobre sus talones y emprendió camino regreso a la playa, después de todo, nadie notó su ausencia.



Bye bye~

Cometiendo errores • DrakenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora