32

809 95 4
                                    

La cálida caída de la tarde se hizo presente en menos de lo esperado, junto con el hambre por no haber comido nada desde la mañana. Se dividieron en grupo y asignaron tareas a estos mismo, así todo sería más organizado y ninguno se quedaba sin trabajar.

En poco tiempo, todos estaban esparcidos por el lugar, sentados tranquilamente mientras comían lo recientemente preparado.

Los padres pensabao que un grupo de universitarios solos en una playa serían un desastre total, incapaces de estar en un ambiente tan tranquilo sin hacer alguna estupidez que incluso atentara contra su propia vida. Pero ahí se encontraban, hablando a volúmen bajo mientras reían y comían en calma, bastante agradable.

— ¿Que tanto miras? — cuestionó el hermano rubio, tratando de seguir la mirada de su acompañante.

— Nada — claramente una mentira.

Los iris tormentosos se encontraban fijos en las manos entrelazadas de la pareja ubicada a unos pocos metros. Le daba cierto asco ver como compartían miradas cariñosas y besos cargados de amor, y le molestaba un poco el hecho de que el alto de la trenza no le prestara ni la más mínima atención.

— Oh~ ya se que estás viendo — comentó Ran, dándole un pequeño golpe en la frente seguido de eso.

— Auch — murmuró echando la cabeza para atrás — ¿Por qué hiciste eso? —.

Ran empujó con mucho cuidado su cabeza hasta que quedara recostada sobre el hombro de Rindo, la chica extrañada se quedó en lugar donde la colocó el mayor y lo miró con una ceja alzada.

— Yo tengo algo que hacer, cuídala por mi, hermanito — sonriendo cual gato de Cheshire, se fue casi dando saltitos hacia donde estaba Kakucho.

Escuchó un pesado suspiro y luego una mejilla sobre su cabeza. El chico a su lado tomó su mano con delicadeza y comenzó a jugar con ella, entrelazando los dedos y soltandolos nuevamente, tan suave que se sentía como agradable caricia.

— Estoy algo molesto contigo —.

— ¿Por qué? —.

— Bueno, está apunto de acabar nuestro primer día aquí y tú te la has pasado durmiendo bajo la sombra — resopló, arrugando la cara por lo que estaba a punto de decir — y viéndolos como si desearás ser ella. Te ves lamentable, (N)... Y no me gusta verte así —.

Ella alzó la cabeza hasta tener la mejilla sobre el hombro masculino, obligando al contrario a también levantar su cabeza.

— Vi que tienes un bonito traje de baño azul en tu bolso cuándo me enviaste a buscar tu celular — comentó de la nada.

— Y...? —.

— Sería un desperdicio que se quede guardado ahí ¿No? — giró a mirarla, sonriendo levemente.

— Tienes razón ¿Se lo pondrá Ran o tú? — preguntó divertida.

— Jajaja~ estoy seguro que a mí se me verá mucho mejor — le siguió el juego, para luego dejarle un pequeño besito en la punta de su nariz — prométeme que mañana te lo pondrás, entrarás al agua junto a los demás y te divertirás, sin prestarle atención a los tortolitos que están arruinando tu día —.

— ... Te lo prometo — murmuró sonriendo levemente.

— Bien, (N)... ¿Vamos a buscar más comida? Creo que me quedó un agujerito —.

— Jajaja~ vamos —.

=•=•=

— No me gusta tu trato con Haitani — le dijo algo molesto, mientras miraba hacia todos lados.

Acorralada detrás de un auto, no eran visibles para los demás pero igual debía tener cuidado, en ese lugar había demasiada gente que se podía dar cuenta que pasaba algo entre ellos dos.

Apenas vio que ella se dirigía hacia el estacionamiento que ellos mismos crearon, la siguió sigilosamente hasta poder tomarla y ocultarse.

— No me gusta tu trato con Emma — le respondió con un rostro inexpresivo, cruzando los brazos a la altura de su pecho.

— Emma es mi novia —.

— ¿Y qué pasa si te digo que Rindo es mi novio? —.

— Pero no lo es —.

— ¿Cómo estás tan seguro de eso? — esto dicho lo dejó pensando por unos segundos.

— ¿Que te pasa? —.

— ¿Que me pasa? — ella misma se cuestionó.

«Él está con alguien más, quien llegó mucho antes que tú... Él la eligió a ella desde un principio y si de verdad te quisiera, justo ahora serías la número uno en su vida, sin la necesidad de estar ocultándose».

Las palabras de su amigo resonaron en ese justo momento. Por supuesto que sabía que le ocurría, se estaba cansando de ser solo su juguetito sexual.

— Si en algún momento tuvieras que elegir entre Emma o yo, ¿A quien escoges? — le preguntó de golpe, tomando una extraña seriedad.

— ¿Por qué preguntas eso? —.

— Responde —.

Pero solo obtuvo silencio y unos labios fruncidos.

— Eso pensé — salió de los brazos masculinos y caminó hacia su auto a hacer lo que había planeado en un principio.

— ... ¡Mierda! — insultó al aire, caminando en dirección contraria a la chica mientras iba murmurando.




Bye bye~

Cometiendo errores • DrakenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora