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Sus frentes pegadas a la puerta, uno de cada lado de esta, ambos sentados en el suelo de piernas cruzadas hablaban en voz baja.

— ¿En serio no me vas a dejar entrar? — preguntó el chico desde afuera.

— No, Ken — respondió la chica, suspirando ligeramente.

— ¿Entonces porque no te vas a tu habitación? —.

— Estoy esperando que tú te vayas... ya lo dije, me preocupo por ti y no me pienso mover de aquí hasta estar cien por ciento segura de que te has ido a tu casa —.

— Dormirás ahí entonces —.

— Eres muy terco —.

— Tú eres igual —.

En algún momento el ambiente se volvió agradable, tanto que sonreían tontamente desde sus lugares. Sin embargo, no pensaba dejarlo entrar, bastante le había costado sacarlo de ahí.

— (N) — la llamó.

— Dime —.

— Hay una señora viéndome jaja~ —.

— Es normal, aquí los vecinos son unos chismosos jajaja~. Solo no le hagas caso —.

— ... Me está tomando fotos — hizo una pausa dramática — está llamando a la policía — informó serio.

Al escuchar esto último, se levantó del suelo y decidió abrir la puerta. Lo menos que quería justo ahora era tener que explicarle un malentendido a la policía.

— ¡Oiga, usted! — la señora la miró sobresaltada — o borra las fotos que acaba de tomar o yo misma voy y destruyo su teléfono — hizo ademán de acercarse pero la señora fue más rápida en entrar a su casa algo asustada — vieja metiche... Pero no la culpo, tú tienes pinta de que vas a cometer un crimen —.

— Tampoco es que tú te veas inofensiva — murmuró acostado en el suelo — ¿O te recuerdo que una vez me dejaste inconsciente de un golpe?... ¿Sabes lo difícil que es hacer eso? —.

— Jajaja, solo defendía a mi hermanito Jasha — de encogió de hombros, restándole importancia — bueno, Ken~ se acabó la plática, a tu casa — le pasó por encima para poder entrar a su piso y mirarlo desde adentro, indicando que cerraría la puerta.

— No sabía que la entrada de tu casa era tan cómoda, creo que dormiré aqu- ¡Argh! — se quejó por un golpe en su cabeza, la chica le había lanzado la puerta para que se quitará a la fuerza.

— Fuera —.

— El maltrato abunda hoy en día... ¿No ves que estoy herido? —.

— Ken, hablo en serio —.

— Yo también cuando dije que nada me sacaría de aquí —.

— ... Bien... Pasa —.

=•=•=

— Me voy a dejar crecer la barba — informó Baji de la nada.

— No creo estar preparada mentalmente para ver a Marco Antonio Solís versión japonesa — comentó la de lentes, las carcajadas de los demás no se hicieron esperar. Bueno, al menos de los que entendieron.

— ¿Quién es ese? — preguntó Kazutora.

Al escuchar que algunos asintieron, envío una foto al grupo que crearon por WhatsApp. Es entonces cuando todos soltaron ruidosas carcajadas, logrando que los audífonos sobre sus orejas casi vibraran.

— Si se parece a Baji-san — dijo Chifuyu sorprendido.

— En efecto — agregó Norman.

Algunas veces se ponían de acuerdo para jugar cualquier juego en línea que se les atravesara por la mente. Al principio muchos de ellos eran horriblemente malos en los controles, pero con el paso de los días se fueron adaptando y ahora eran un tanto capaces de dar pelea.

Cometiendo errores • DrakenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora