Recorro su cuerpo de diosa lentamente, memorizado cada pedazo de piel, cada exquisitez situada en cada rincón de su cuerpo. Ella se acerca a mí en forma seductora y provocativa, y yo trato... juro por Dios que trato de contenerme hasta mis últimas instancias.
Sus pechos son inmensos y llamativos. Su cuerpo de guitarra tiene la forma perfecta de una ninfa de mar, sus piernas desnudas, montadas sobre esos altísimos tacones, se ven más largas que nunca y... ¡por todos los santos demonios! Su coño lo lleva con un rapado brasileño. ¡Mi pene está enloquecido! Y no quiere detenerse bajo ninguna excusa.
Se acerca a mí balanceando sus caderas al ritmo de un metrónomo y mi cordura pende de un hilo ante la tentadora visión.
—Soy tu Eva, cariño... Dime dónde está esa serpiente maligna y engañosa que va a ser la causa de mi perverso pecado. —Coloca su mano sobre mi pecho y la deja caer lentamente con destino al sur.
Mi cuerpo se tensa. Mi pene lucha bajo mis pantalones enardecido y desesperado. Siento sus manos deslizarse sobre mi pantalón, recorriendo toda mi longitud con sus pequeños dedos. ¡Maldición! Tiemblo porque su toque es delicioso e inesperado y me está volviendo loco. Sujeto su mano y la detengo.
—Vamos, pequeña seductora... será mejor que te detengas, porque estoy a punto de perder la razón y olvidar que estás borracha, y no eres totalmente dueña de tus actos mientras te encuentras en estas condiciones. —Respiro para tomar aire, porque siento que mis pulmones se están quedando sin él.
—Pero quiero ver esa serpiente... es tan inmensaaaa que tengo curiosidad por saber si cabe entre mis dedos. —¡Joder, joder, joder! ¿Cómo un hombre puede resistirse a semejante proposición aun cuando es consciente de que no puede hacer nada sin su pleno consentimiento?
—No me tientes, pequeña bruja, tengo mis límites y en estos momentos ya están rebasados. Y no eres consciente de a qué te estás enfrentando. Puedo resistir estoicamente ante cualquier provocación, pero en lo que respecta a ti... no sé de lo que serás capaz de soportar y no es el momento para averiguarlo. —Me alejo de ella, pero sorpresivamente me toma de la camisa y se pega a mí, dejando sus firmes pechos apretujados contra mi cuerpo.
—Déjame a mí decidirlo. —Restriega sus senos contra mi pecho—. ¿Acaso no te gusta lo que ves? —Salta sobre mí, enredando sus piernas en mi cintura—. ¿No sientes como cada parte de mi cuerpo está ardiendo en fuego? —¡Jaque mate! Y así pierdo la batalla.
La tomo de los muslos para sostenerla y la empujo contra la pared. Tomo su rostro entre mis manos, mientras la sostengo con mi cuerpo y asalto su deliciosa boca. Es exquisita y dulce. La pasión exige presencia y la dejo en libertad para que actúe con total voluntad.
Meto mi lengua dentro de su boca y la enredo con la suya. Ella responde con codicia y desenfreno. Gemimos al unísono. Bajo mis sedientas manos hasta sus pechos y los retuerzo con ligera presión —se contorsiona—.
Mi boca y mi lengua forman un equipo trabajando en conjunto. La recorro a todo lo largo de su cuello, sin olvidar su mentón, sus labios, ni su clavícula. Muerdo sus labios carnosos provocativamente y saca su lengua traviesa para hacer contacto con mi boca —es inmensamente ardiente y lujuriosa—. Llego hasta la punta de sus senos, succionándolos por turno y haciendo con ellos lo que se me antoje. Los chupo, los lamo y los muerdo, dejando marcas en ellos como pequeños trofeos de guerra. Ella se deshace bajo mis caricias.
Me siento como un adolescente y sé que apenas haga contacto con su coño me voy a venir como un puto principiante. Jodidamente tiemblo desesperado por hundirme profundamente entre sus piernas. Pero no es el momento de hacerlo. Quiero llevarla hasta el fin de sus límites, volverla loca y hacerla desesperar. Quiero dedicarme a explorar sus gustos, sus deseos más íntimos y carnales, y descubrir lo que le gusta que le hagan y cómo volverla loca de lujuria.
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Pasaje a la pasion
RomanceUna aventura en la que un hombre con oscuros secretos y con un pasado que lo ha marcado de por vida decide intentar darse una nueva oportunidad, una joven e inocente chica que a su edad aún no conoce el amor porque le ha sido esquivo en más de una o...