Llego al hotel y no demoro en sentir cómo cambia todo el ambiente a mi alrededor, al saberme tan cerca de ella. De inmediato, un cúmulo de sentimientos afloran dentro de mí que me llenan de felicidad, aun cuando comprendo que las cosas entre ella y yo no serán fáciles de resolver.
Rápidamente me dirijo a la recepción para registrarme y retirar la llave de mi habitación.
—Señor Blackwood, bienvenido a nuestro hotel.
—Muchas gracias —respondo—. ¿Hay algún mensaje para mí? —pregunto mientras me devuelven la documentación que había entregado para el check-in.
—Sí, señor. El señor Carvalho ha dejado un sobre para usted.
Recibo el paquete y enseguida extraigo su contenido. Encuentro las llaves, supongo que la de su habitación, y una hoja de papel doblada por la mitad en la que puedo leer escrito un mensaje.
Jeremy:
Cassidy se ha quedado sola en la habitación, debido a que nuevamente se negó a ir con nosotros a mi primer día de prácticas en el circuito. También rechazó la compañía de Samy para que se quedara y cuidara de ella. Me voy preocupado, pero sé que en poco tiempo estarás aquí, por lo que agradezco todo lo que puedas hacer por ella. La dejo en tus manos.
Dejo un juego de llaves para que puedas entrar. Olvidé decirte que, el día en que fui a buscarla al resort, ella rodó por las escaleras de emergencia y se lastimó un pie. Así que nadie estará para abrirte. Su habitación es la primera ubicada a la derecha de la puerta de la entrada. Espero que todo salga bien.
Guardo la nota y las dos llaves en el bolsillo de mi chaqueta y me dirijo de inmediato a la habitación de Bruno. Ordeno al botones que deje las maletas con mis pertenencias en mi habitación y, sin perder más tiempo, voy a su encuentro.
Subo al ascensor y cuando las puertas se cierran soy capaz de oír cada pálpito de mi corazón. Mis manos tiemblan y mi respiración se torna realmente pesada. Estoy tan nervioso y a la vez tan emocionado por volverla a ver que no dejo de contar cada centímetro que me separa de ella.
Al llegar al piso, toda la emoción que siento se eleva a niveles insospechados para mí. Aflojo mi corbata y suelto el primer botón de mi camisa. ¡Joder! Estoy actuando como un maldito niñato.
Me dirijo de una vez por todas para buscar a mi mujer y a traerla de vuelta a mi vida. Una vez que me encuentro parado frente a la puerta, tomo una honda respiración y saco la llave de mi bolsillo.
Entro y me dirijo directo a la puerta de su habitación. La abro despacio y no puedo describir lo malditamente feliz que me siento cuando la veo tendida en la cama, tan indefensa y vulnerable.
De pronto, voltea y nuestros ojos hacen contacto.
—Cielo... he venido a por ti.
Sus ojos incrédulos me observan fijamente, negándose a creer lo que están viendo. Me acerco y me siento junto a ella, en el borde de la cama. Percibo lo terriblemente delgada que está y las grandes ojeras que hay debajo de sus hermosos ojos azules.
—Realmente estoy aquí, preciosa, y he venido a buscarte.
La tomo del rostro y la miro fijamente a sus ojos, para que pueda percibir que realmente estoy aquí y que he venido solo por ella.
—Pe... pero ¿cómo has llegado hasta aquí? ¿Cómo me has encontrado? —me pregunta desconcertada.
—Bruno me llamó y me lo contó todo. —Me mira con asombro y sin poder creer que él y yo hayamos pactado en acuerdo.
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Pasaje a la pasion
RomanceUna aventura en la que un hombre con oscuros secretos y con un pasado que lo ha marcado de por vida decide intentar darse una nueva oportunidad, una joven e inocente chica que a su edad aún no conoce el amor porque le ha sido esquivo en más de una o...