7. Roma no se construyó en un día

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- ¡En cambio yo, tengo sus noches y su pasión! ¡Sus fantasías y su obsesión, aunque te duela! -cantaba a la par de la cantante- ¡Soyy! ¡La que en tu cama probó su amor, tú eres rutina! ¡Por eso yo, prefiero ser su amante, su amante! -mientras hacia uno de sus raros bailes, todo eso lo hacia al mismo tiempo, incluyendo también tener que limpiar el baño, lo que hacia que la música retumbará con más fuerza. La musica. Oh la música, la música lo hacia sentir como si viajará a otro mundo, era como si todo lo malo se fuera, sólo era él y su música. La música era como si lo transportará a un mundo diferente, cansa canción era una historia diferente, llenas de drama, lujuria, amor, miedo, desamor, magia y paz, tan sólo paz. Para Noah la música era un lugar donde poder escapar de sus problemas y refugiarse-Ya termine con el baño. Ahora toca limpiar el cuarto del niño.

Con Somebody's Watching me de fondo camino por el pasillo, hasta el cuarto de Brahms, que tambien vendría siendo el suyo.

Recogiendo los juguetes y su ropa del suelo, y con nada en el piso, comenzó a sacarle el polvo a los muebles, a algunos juguetes de Brahms y libros, los cuales eran los que menos polvo, ya que todas la noches el de pecas sacaba uno del estante y comenzaba a leerlos, por más infantiles que estos eran, se le hacia entretenido leerlos.

-Hey, Noah, ¿te falta mucho para terminar? -pregunto, Greta desde el umbral.

Y-Yo creería que si-suspiro- ¿Te podrías encargar está vez tu de la comida? No creo terminar a tiempo.

Ella le sonrió comprensiva-No te preocupes, yo me encargó.

Dicho esto se retiró tan rápido como vino, dejando a Noah nuevamente sólo. Iba a continuar limpiando, pero él soñar del teléfono lo evitó, gritándole a Greta para que no atendiera el teléfono que lo haría él, puso en pausa la música.

- ¿Alo...?

-Noah.

Una sonrisa se dibujó en su labios al instante en el que oyó la voz de su progenitor-Pa, es un gusto escuchar tu voz-exclamo alegre.

-Pieso lo mismo-una risa algo pausada se oyó desde el otro lado-Te llamaba para saber si estabas bien, no soy adivino Noah, no se si te alimentas bien o si no te paso algo.

-Ya se. Es que desde que llegó Greta, hemos estado algo ajetreados, anoche se metió un animal salvaje y destruyó de todo en la mansión-explico algo cansado. Llevaban horas con lo mismo-Ahora mismo estamos arreglando el lugar.

-Uh. ¿Ustedes están bien?

-Si pa, nosotros estamos bien, tan sólo fueron daños materiales-dijo, de un modo para de tranquilizar a su padre-Y si, estoy comiendo bien.

-Me alegro hijo-en el fondo, del otro lado de la línea, se oyó una voz hablarle a su padre-Si. Si, ya le voy a preguntar eso.

- ¿Que?

-Es Ramona-al oir el nombre, el mad joven rodo los ojos-pregunta si ya tenes pareja, porque conoce a una chica que sería perfecta para ti.

-Ponme en altavoz-espero unos segundos antes de hablar- ¡Tía yo soy gay! ¡Lo que por ende significa que me gustan los chicos y no las chicas, mierda!

-No le grites ni insultes a tu tía jovencito-escucho la chillona voz de si tía reprenderle- ¡Pero si has salido con chicas en el pasado, y todas  ellas eran un buen partido, como Becky!

- ¡Becky no fue mi novia! ¡Sólo éramos amigos!

-Eso no importa. Porque ella gustaba de ti y tu como respondiste a su declaración, ¡Lo siento pero soy gay! -grito imitando la voz de Noah.

- ¡¿Si, y que?!

- ¡Que sos un idiota!

- ¡La unica idiota aquí, eres tú! -Grito antes de cortar la llamada.

[...]

Comían en silencio. Ninguno de los dos le había dirigido palabra alguna al otro, Greta había escuchado toda la conversación, y pese a ello era la razón del porque se había formado aquel tan incómodo silencio. Había también un tercero que había estado escuchando toda ma conversación de principio a fin, y estaba furioso, no le gustaba la idea de que su niñero hubiera tenido novias en el pasado, no le parecía ser de ese tipo de chico. ¡Primero el rompimiento de las reglas, luego lo juguetes y ahora esto! No le gustaba el camino que estaba tomando esto, ni un poco.

Soltó un suspiro frustrado, soltando sus cubiertos,  asustando a más de uno por la acción tan abrupta del más joven.

- ¡AAAH! Maldita vieja bruja piruja de quinientos años-exclamo irritado, tirándose del cabello- ¡Puta mierda, me cagó en todo!

El más joven de los tres lanzaba maldiciones y gruñidos a lo bajo.

Realmente le había molestado hablar con esa mujer, siempre sucedía lo mismo cuando esos dos se encontraban. La mujer que era su tía, nunca había aceptado el camino que tomó los gustos de su sobrino, siempre lo había desaprovado, le daba asco el sólo verlo. Y Noah, el tan sólo buscaba ser feliz junto a alguien, no le importaba en lo más mínimo los comentarios hirientes de su tía. Ó eso era  lo que se decía a si mismo. Se convencía de  una farza.

Cada palabra e insulto que le decía esa mujer, se le clavaba en el alma  como una daga. Ya que en el pasado esa mujer lo había cuidado y educado con valores, como si se tratase de su propio hijo, y para Noah ella había sido como la madre que nunca tuvo.

Y aquello sólo hacia pensar, si su madre siguiera con vida, ella lo aceptaría como era al igual que lo hacia su padre, o tomaría el mismo camino de su tia. Y eso siempre lo asustaba, porque tenía que su madre fuera igual que prejuiciosa que su tía Ramona.

- ¿Noah? - lo llamo Greta, en cuanto se había armado de valor para hablarle- ¿Te sucede algo...?

-Si, Greta, me pasa que mi tía me detesta por ser puto, así de simple es la cosa-escupio con odio, viendo a la joven fijamente a los ojos.

-Es difícil para algunas personas aceptar eso.

- ¡Eso lo se bien, Greta! -grito ya irritado- ¡Roma no se construyó en un día y mi tía no aceptará que soy gay de un día para el otro!

-No hay necesidad  de gritarme, Noah-lo reprendió, como si fuera un niño.

El joven se arrellenó en su asiento, soltando a su vez todo el aire  contenido en sus pulmones. Sabia bien que no debía desquitarse con otros por estar pasándola mal él.

-Lo siento, no era mi intención gritarle. Es que... Mi tía me saca de mis cabales y eso en serio me molesta-bufo. Ocultando su rostro nuevamente con su cabello, dijo-No me gusta estar peleando y discutiendo así con ella, es como mi madre, y ahora estamos peleados, y todo, es culpa mía por mi homosexualidad.

-Noah. Tu no...

-No busques escusas para hacerme sentir mejor-la interrumpió. A paso lento, se levantó de su asiento y se alejó-Ire a dormir. No me despiertes. Estaré bien, sólo necesito decansar.

Sin darle oportunidad de decir algo, el de pecas ya se había marchado, e ido hasta el cuarto que compartía con el muñeco de Brahms.

Al llegar lo vio sentado en la hamaca, tomandolo entre sus brazos se acostó junto a él en la cama, cerrando los ojos con fuerza, intentando dormir.

¿Niñero? ᴮʳᵃʰᵐˢ ᴴᵉᵉˡˢʰⁱʳᵉ Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora