¿Niñero? ᴮʳᵃʰᵐˢ ᴴᵉᵉˡˢʰⁱʳᵉ Libro 1

4. Regla N° 2: nunca dejes sólo a Brahms.

-Y así fue como me hice está cicatriz-termino de relatarle a Brahms sobre una vieja herida que se había hecho cuando apenas tenía cuatro-Era un desastre de pequeño.

Las carcajadas de Noah se oían por toda la casa, cualquiera que lo viese ahora creería que esta demente, y tal vez se estaba volviendo loco por estar tanto tiempo solo en la mansión de los Heelshire.

Estaba dispuesto a continuar contando alguna otra anécdota vergonzosa de su infancia, el golpear de la puerta lo distrajo, de un salto se levantó de la alfombra, llendo atender a su visitante sorpresa. Nunca se espero ver a semejante espécimen que se encontraría del otro lado. Se congelo al verlo, era atractivo, similar a un galán de película, de esas que siempre le gustaba ver.

-Tu debes ser Nora-él menor de altura sonrió en respuesta. Moviéndose a un lado lo dejo pasar-Soy Malcolm.

[...]

-Y el me dijo: quieres salir a tomar unos tragos-imito la voz de Malcolm de una forma ridícula-Y Yo le dije: si, más vale.

-En cortas palabras te invito a salir-exclamo emocionada, Sandy, otra de sus amigas.

La situación era la siguiente, dos buenos amigos hablando por teléfono pese a la distancia en la que se hallaban el uno del otro. Noah había llamado a Becky para contarle lo sucedido, pero no contestaba, así que llamo a su segunda opción, Sandy; esa mañana Malcolm se había aparecido, y luego de estar dialogando por un rato este lo invito a beber algunos tragos, y Noah no dudo en aceptar la proposición. Le había parecido lindo el chico de la tienda, además de que estabas algo cansado de esa rutina que tenía con Brahms, no le molestaba pasar tiempo con el espíritu chocarrero, pero necesitaba tiempo para él.

-Y, ya has buscado que ponerte, si no me equivoco-dijo con cierto tono coqueto.

Algo que Noah no le había ocultado a nadie (incluso a su padre) era sobre su orientación sexual. Si bien había salido con mujeres, él, ¿como lo digo? Noah prefería que le den a dar.

-Pensaba ir con mi sudadera del logo de los simpsons, mis vaqueros y unos tenis-explico sin ganas, mientras sacaba dichas prendas de su armario.

- ¿Estas de joda? ¡Vestite bien, no seas animal! -bramo enojada.

- ¿Eres Edna Moda acaso? Digo, porque parece que sabes mucho del tema.

-Idiota.

-Era chiste-rio.

-Jaja, que chistoso-bufo-Como decía, debes vestirte bien bruto, ponte la camisa color ciruela que tienes y esos vaqueros negros, que resaltan tu lindo trasero, y hay si queres ponete los tenis o unos zapatos. Y llevate tu cardigan de cebra, es ridículo, pero te va abrigar.

Rodo los ojos, comenzando a buscar lo susodicho-Sabes que, me ponga lo que me ponga me veré bien. No se por que exageras tanto, ni que fueras mi madre.

-Porque sí.

-Si tu lo dices.

Un grito asustado se oyó desde el otro lado de la línea- ¡Es Morgan! Me tengo que ir.

Sin más corto la llamada, dejándolo con la duda de lo que acababa de suceder.

Sacudió la cabeza sacando las ideas pesimistas de la mente, tomando sus ropas se dirigió hacia el baño, volteó hacia atrás antes de cerrar la puerta, lo dudo por un momento, pero al final se decidió, no podía seguir ignorándolo por más tiempo, tenía que ir hablar con Brahms. Aun que esa idea no le apetecía en lo más mínimo.

Dando unos suaves golpes a la puerta anunciando su entrada se dio paso en la habitación de Brahms. Y lo diviso sentando frente a la ventana, dándole la espalda. Esta molestó, pensó inmediatamente el de pecas.