¿Niñero? ᴮʳᵃʰᵐˢ ᴴᵉᵉˡˢʰⁱʳᵉ Libro 1

27. También quiero un bebe, Noah

Brahms por Noah haría hasta lo imposible sólo para ver esa sonrisa una vez más, ahora soportaba a la familia de su chico sólo porque eso de alguna forma lo hacía feliz, y si su chico era feliz él lo sería.

Teniendo así que pasar tiempo con las pequeñas primas y primos de Noah que por razones que aún desconocía lo seguían a todas partes, jugando a las muñecas y a los dinosaurios, a las escondidas e incluso, ahora les estaba enseñando como jugar al ajedrez, ya que tenían curiosidad de saber como se jugaba aquel juego de estrategia y astucia, a pesar que no lo admitiera en voz alta le gustaba pasar tiempo con esos chiquillos-El caballo se mueve en L, Sue, no en T, la torre es la que se mueve en T no el caballo-le explico a la pequeña rubia.

- ¿Y como se mueve el alfil? -pregunto la mayor de las gemelas, Jill.

-En diagonal.

- ¿Y la reina? -pregunto esta vez la menor, Annie.

-Ella se puede mover hacia todo a lados-explico-Tanto en diagonal como en T al igual que la torre.

- ¿Y el peón? -inquirio, Jude, el hermano de Sue.

-Ese se mueve de a una casilla a la vez y mata en diagonal.

- ¿Y el rey? ¿Ese se mueve igual que la reina?

-No, ese se mueve de una casilla a la vez-explico ya cansado por tantas preguntas.

Luego de por más de media hora explicándole a esos chiquillos como jugar al ajedrez, al final entendieron y comenzaron a jugar, perdiendo Tyler en la primera ronda, y luego Sue, teniendo así al final un enfrentamiento entre las gemelas, Annie y Jill, teniendo como clara ganadora a Jill. Esa niña era muy competitiva que no le importó que fuera su hermana, pero al final todos esos aires de grandeza desaparecieron cuando quiso enfrentarse a Brahms y terminar perdiendo en el intento. Comenzando a chillar de inmediato por haber perdido ya que ella creía que era la mejor por haberle ganado a los otros. Por suerte, Noah llegó a su rescate antes de que las lágrimas comenzaran a brotar, y le ofreció a la niña que jugaría él ahora contra el Heelshire.

Apenas si habían comenzado la partida y el pecoso explotó en enojo, protestando por estar perdiendo- ¡Brahms! -con el entrecejo fruncido, que en vez de verse enojado se veía adorable- ¡Yo soy tu novio y no debes hacerme tan difícil ganarte! -protesto al ver como el mayor le mataba a su su última torre, luego de haber matado a su caballo y alfil.

-Yo le juego a ganar-respondio sin más el heredero de los Heelshire.

- ¡Pero no me estás dejando con nada!

-Es tu culpa por tu falta de estrategia-el chico rodó los ojos en respuesta-Eres inteligente y estas jugando por jugar, no por ganar como deberías.

Mas tarde ese mismo día, la oscuridad de la noche se había apoderado de todo, luego de haber cenado un poco de pollo al horno que había quedado del almuerzo, la pareja yacía en la cama que ambos compartían, abrazados, estilo cucharita mientras veían The Bat, una película muy viejita, estaba en blanco y negro, además de ser muda, se trataba de un grupo de personas que iban a una mansión y de a uno a uno eran asesinados por un asesino enmascarado, la película vendría siendo una de las primeras películas del género Slasher. A la pareja le estaba gustando bastante película que veían desde la netbook del pecoso.

El mayor no podía concentrarse del todo en la película, se hallaba sumido en sus pensamientos, repasando lo que venían sucediendo en los últimos días desde la llegada de las tías y primos de su lindo novio, esos niños, le gustaba pasar tiempo con esos chiquillos a pesar se ser tan exasperantes, y un extraño sentimiento había surgido en él al pasar tanto tiempo con esos pequeños diablos. Su atención paso a posarse sobre su chico, a sus ojos, Noah era el ser más hermoso y perfecto que caminas sobre la tierra, amaba cada cosa de él, su cabello, sus ojos, las constelaciones que tenía impregnado a lo largo de su piel, esos peculiares bailes que se lanzaba, su voz al cantar, ¡Joder! No había que en Noah que no amara.