No. En serio lo digo, no puede ser que uno tenga tan mala suerte, primero alguien llega sin avisar a su casa en el momento menos indicado, lo segundo es que esa persona era Becky y tercero, al parecer toda su familia iría a la mansión para Navidad. Cuarto y último, se quedara por los siguientes cuatro días (sin contar este), ¡¿como su suerte podría empeorar más?!
-En verdad estoy feliz de que estés bien, Noah-expreso sonriente, Becky. Su mano se acercó a la de él, pero la alejó rápido antes de que fuera tomada.
Y comprendió la verdadera razón de porque sólo fue Becky la que vino, el porque su familia lo permitio. Ella seguía enamorada de él, porque bien sabía que ella nunca había aceptado el hecho de que fuera homosexual, ni siquiera su familia lo aceptaba e intentaban emparejarlo con quien era su mejor amiga de toda la vida, con ella a quien el considera una hermana. Además, ahora estaba en una peculiar relación con Brahms, y no quería mandar esa cosa a la que había llegado con él a la basura porque su familia ni su amiga aceptan que él era gay.
Guardando ambas manos en los bolsillos de su sudadera con un dibujo de Homero el diablo se levantó de su asiento.
-Aun no terminó de comer, ¿Tienes hambre? -ella negó-Y que esperas, levanta el culo y ven a almorzar algo.
Ella sonrió risueña mientras seguía su paso, la más baja de altura lo sujeto de la manga de su sudadera, deteniendo su andar.
-Tienes un jardín muy hermoso allí-dijo, señalando el mismo-A quien le pagas para que te lo cuide.
Arqueo una ceja, haciéndose el desentendido-Y dime ¿Porque deduces que yo no lo cuido?
-Noah, seamos realistas-bramo seria-Todo lo que tocas se muere e incluso una penca se te muere a los dos días de tenerla.
Sin aguantarse más en risa estallaron al recordar ambos como un cactus pequeño que tuvo una vez no pasó ni una semana que ya se le ha si muerto la plantita, sin lugar a duda Noah no tenía mano para las plantas, por suerte tenía a Brahms quien le cuidaba el jardín y ese bellísimo Rosal que poseía.
-Para tu información si tengo a alguien que me riega y cuida mis plantitas-admitio sin estribos-Y fíjate que lo hace gratis.
-No tienes remedio-rio burlona.
El crujir de las paredes se agravó, alarmando a la visita quien aterrada por el ruido observó al contrario, que a diferencia suya, él se encontraba bastante tranquilo con aquel ruido, debía de acostumbrarse a el como lo hacia el contrario, pensó ella. Oh, pobre e ingenua Becky, quien planeaba quedarse por más tiempo de lo dicho, ella iba a fingir que su vuelo se cancelaba, quería intentar tener algo con aquel pecoso que le robaba el aliento a cualquiera que lo viera, tenía ese atractivo que haría dudar hasta a un hombre de su heterosexualidad. Pero toda esa burda ilusión se extinguió en cuanto ese chico del que estaba enamorada le abrió la puerta de la cocina y que al pasar viera como en esta ya había alguien, quien parecía estar esperando del pecoso para continuar comiendo. Ella retrocedió unos pasos atrás al ver el rostro de aquel sujeto, desfigurado, con una notoria cicatriz de una quemadura en su rostro.
Sintió un escalofrío al sentir como ese sujeto la analizaba con la mirada, fijando sus ojos sobre los de ella, y en ese instante ella sintió como si le estuvieran estripando los órganos sin anestesia, nunca había sentido tal terror al ver a alguien a los ojos, ese tipo le daba muy mala espina. De reojo vio como Noah le sonreía con dulzura a ese tipo, eso la desconcerto y la molesto a la vez, ya que nunca lo ha si visto sonreír de aquel modo, tan amoroso, ni aquel brillo en sus ojos. Eso no le gustó ni un poco, más bien se le era bastante desagradable esa mirada que le dirigía a él, ella quería ser poseedora de esas sonrisas y miradas amorosas.
Él sonreía, sonreía demasiado, pero bajo toda esa fachada, él gritaba por dentro, quería que la tierra se lo tragara ya mismo y lo sacará de esa incómoda situación. Las dos personas que más quería en el mundo se acababan de conocer, pero tenían esa mirada de querer asesinar al otro y eso lo aterro, porque de entre los dos sólo uno tenía las agallas de en verdad matar al otro.
-Etto-murmuro, jugando con sus dedos con nerviosismo-Becky, él es, Brahms, es mi...
-Novio-interrumpio el susodicho-Soy el novio.
El párpado le comenzó a temblar a la una mujer, sentía unos grandes impulsos de golpear a ese hombre, no le agradaba ni una pizca de él. Brahms por su parte tenía esa mirada llena de superioridad, él nunca había tenido de que estar orgulloso, y ahora tenía a Noah, a su chico y por Dios, como lo amaba y le gustaba decir que era suyo, así que no lo dejaría ir con sólo la aparición de esa mujer en su hogar, Noah era suyo y no había ser en la tierra que los separará.
Los tres se sentaron a comer en ese incómodo silencio que se había apoderado de la habitación, y al parecer al único que afectaba era al pobre de Noah, quien se hundía cada vez más en su asiento, temiendo que comenzarán a lanzarse golpes al ver que las miradas no te asesinaban realmente.
De reojo vio como la mano del mayor era apretada con fuerza en un puño, aprovechando que estaba sentado a su lado, lo tomo de la mano y la apretó con fuerza en un intento de disminuir el humo, acariciando con el dedo el dorso de esta y de a poco el puño desapareció, siendo su agarre correspondido de la misma manera.
Luego de terminar de comer el pecoso llevo a la joven hasta el que sería su cuarto, dicho cuarto era el que, él había utilizado durante esos días en los que estuvo herido, junto a la escalera-Puedes quedarte en esta habitación durante tu estancia aquí-anuncio, abriendo la puerta de la misma dejando el pase libre a la contraria-Le diré a Brahms que suba tu porta equipaje.
Alarmada lo tomo de la sudadera evitando así que se fuera, no quería que ese sujeto tocará sus cosas-No es necesario. Ya lo hago yo.
En cuanto está desapareció de su vista, subió la seacalres dirigiéndose al que era el cuarto de Brahms, al abrir la puerta lo encontró con recostado en su cama con un libro en manos, parecía que era el mismo que lo había visto leer en la mañana; acostándose a su lado, comenzó a leer junto a él, sin entender lo que pasaba en la historia aún así continuó leyendo, y a medida que avanzó, aquel libro comenzó hacérsele cada vez más familiar, ya antes lo había leido, pero no recordaba cuando, o como se llamaba el libro ni de que trataba, aun así siguió leyendo.
Sobresalto en cuanto el libro fue cerrado repentinamente y dejado en el mueble a lado de la cama, el mayor se volteó fingiendo dormir.
- ¿Tas enojado? -inquirio con voz chillona, similar a la de las ardillas- ¿Tiene celos el Brahmsy? -pico la espalda del contrario con el dedo, irritando de a poco al mismo, quien se giró y lo sujeto de las manos-No debes de porque estar enojado ni celoso, Brahmsy.
Un rojo se apoderó de las mejillas contrarias, librando su agarre, lo abrazo por la cintura, ocultando su rostro entre las ropas del menor.
-Eres mío-declaro, simultáneamente le mordió el abdomen, acción que hizo que Noah chillara-Y sólo mío.
- ¡Bien soy tuyo, cabron! -exclamo separándose del contrario-Pero no me muerdas que no eres animal.
-Soy tu animal-dijo coqueto, repitiendo su anterior accionar.
-Idiota.
¿Y ahora quien le quitaba esa sonrisa boba de sus labios? Quería verse enojado pero resultó salir todo lo contrario.
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¿Niñero? ᴮʳᵃʰᵐˢ ᴴᵉᵉˡˢʰⁱʳᵉ Libro 1
FanfictionLos Heelshire buscaban una niñera para su hijo, Brahms, en preferencia una mujer. Pero nunca se imaginaron que un pequeño error de quien les presento la niñera haría que su idea de dejarle a una joven bella a su hijo para que este con él, en realida...