29. Confesiones

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Todos se fueron al instante en el que vieron llegar aquel hombre de semblante imponente, el Heelshire estaba aterrado ante la repentina aparición de aquel hombre que era su suegro, le habían dicho que asustaba, pero no esperaba que fuera así de aterrador. Noah se había bajado de sus piernas, sentándose a su lado, el pecoso notó como el mayor temblaba aterrado, con cariño tomo su mano, acariciando su dorso con su pulgar, tranquilizando de a poco a su pareja, quien no dejaba de ver aterrado a su padre, joder, no se esperaba tener que presentarlo de esa forma ni en esa circunstancia luego de hallarlos en tal situación comprometedora. Aquel hombre era alto y poseía una mirada imponente, su cabello era de un castaño ma oscuro que el de Noah, con algunas canas en el, pero no tantas como las que poseía su larga barba. Sus ojos eran de un verde claro, muy diferentes a los de noah, haciendo pensar a Brahms que su chico los había heredado de su madre.

Su ceño se mantenía fruncido, no se había relajado por ningún momento, y esa mirada, sentía como si le leyera el alma, no atraía parado de analizarlo desde el instante en el que llegó, bajo la mirada algo avergonzado, sentía que le tenía asco por su cicatriz, y com razon, daba asco, o al menos así se sentía él, menospreciado.

El mayor de los tres soltó un pesado suspiro, sentía donde en uno de los sillones individuales, inclinandose hacia delante, con los codos presionados sobre la rodilla, y la cara entre las manos, pensativo, una acción que puso en alerta al heredero de los Heelshire, pero aquel accionar hizo tranquilizar al pecoso, conocía a su padre y sabía que eso iba por buen lado, y ya nada malo iba a pasar.

- ¿Este hombre, es tu pareja Noah? -el nombrado asintió afirmativo-Ya veo... ¿Como te llamas?

-Brahms Heelshire, señor-respondio tembloroso, aún así en su voz no se notó aquel temblor, sólo en la forma en la que se movía su cuerpo, apenas imperceptible.

- ¿Cuantos años tienes? -interrogo-Porque pareces ser mucho mayor que mi hijo.

-Treinta y tres años, señor-dijo firme. Por Dios. Brahms se sentía como un niño cuando lo retan por portarse mal o haber rayado las paredes, era horrible ese sentimiento que le hacia sentir su suegro.

-Eres nueve años mayor que mi hijo-exclamo, diciéndolo de una forma como si de un mal chiste se tratará- ¿Me estás jodiendo? Noah... Tch-chasqueo la lengua molesto-Dejame sólo con él.

El pecoso le sonrió con calidez a su pareja antes de retirarse de la habitación dejando sólo a Brahms con su padre, quería escuchar, pero no quería que su padre se diera cuenta que los estaba escuchando, y se le ocurrió una brillante idea, a su parecer, entrar en un de los pasadizos que utilizaba el mayor (pasadizos por los cuales él ya lo había visto varias veces entrar y salir, por eso sabía en donde estaba la entrada a estos), pero cierta voz a sus espaldas lo detuvo en su travesía, volteo de inmediato topándose con la mirada inspeccionadorá de su tía Ramona, madre de las gemelas, Jill y Annie, y de su primo Edgard, que tenía exactamente su misma edad, pero jamás habían congeniado, no se llevaban bien a decir verdad, pero él no era quien estaba frente suyo, sino su madre, su tía, la mujer a quien había considerado una madre.

Le sonrió por compromiso, acercándose a paso decidido a la mayor, lo iba a enfrentar, enfrentaría aquello a por lo que había intentado escapar por mucho tiempo-Tia Ramona-inicio a hablar, mientras jugaba nervioso con sus mano-Bien te lo eh repetido un millar de veces en el pasado, soy gay, y eso no la vas a cambiar-espeto firme-Y ahora, estoy en una relación com un hombre, un hombre maravilloso al cual amo y él a mí, y no pienso dejarlo sólo porque tu o mi padre digan que no es para mi, yo lo amo, tía.

Ella no dijo nada, su semblante se mantenía serio, lo que asustó al pecoso, aya que no se esperaba tal nada de reacción, había mantenido el mismo semblante serio desde el inicio. Retrocedió un par de pasos al ver como la mayor deshacesía de aquel cruce de brazos, comenzando acercarse, y Noah se temió lo peor y los recuerdos de hace unos años se repetían en su mente una y otra vez, cerró los ojos por inercia, esperando el golpe, pero este jamás llegó, ahora todo era distinto a como fue en su adolescencia, en vez de recibir una bofetada, a diferencia de eso, sintió como la mayor lo envolvía entre sus brazos, comenzando a sollozosar.

La envolvió de igual manera con sus brazos con mayor fuerza, acariciando la espalda de la mayor, con cariño, intentando tranquilizar el llanto de la mayor, pero este sólo se intensificó con ferocidad-Lo siento-dijo entre sollozos- ¡En verdad lo siento tanto, mi pequeño, lamentó todo lo que te hice o dije! -exclamo, tomándolo de los hombros, el menor tan sólo se dedicó a limpiar las lágrimas de la mayor-Perdoname mi niño.

-No llores más-rogo, al borde de las lagrimas-Te perdono, pero no llores más o sino yo voy a llorar.

[...]

No había quien en la familia Smith que no mirase con extrañeza y sorpresa como Joseph Smith (el padre de Noah) se hallaba hablando tan animadamente con el heredero de los Heelshire, quien le sonreía con nerviosismo a todo lo que le decía el mayor, asintiendo con la cabeza, el padre del chico está encantado, su futuro yerno le parece un hombre de provecho, habían estado hablando en todo ese raro en el que Noah hablaba con su tía, Brahms le había respondido a todas sus preguntas, tales respuestas le habían satisfecho al padre del pecoso, o Joe, como le había dicho que le podía decir, se habían llevado extrañamente bien, y eso llenaba de gozo el corazón del pecoso. Pero no tardo mucho para que las niñas se lo llevarán para ir a jugar a las princesas y dragones, siendo Jill el dragón, ya que tenía un pijama de cuerpo completo de un dragón.

Noah vio a su padre, y él le regreso la mirada, y le sonrió, una sonrisa que hizo entender al pecoso que lo aprobaba, una sonrisa que nisiquiera había visto cuando le presentó a anteriores novias. Y ahora, vuelve a preguntarse, ¿quien le quitará esa sonrisa de oreja a oreja que tiene? Estaba feliz, demasiado feliz y eso es lo que bastaba por hoy, el mañana ser otra historia.










































[NOTA DEL AUTOR]

Os digo, que tan sólo quedan tres capítulos de esta bellísima historia de amor 😘👌
Nos leemos luego🖑

¿Niñero? ᴮʳᵃʰᵐˢ ᴴᵉᵉˡˢʰⁱʳᵉ Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora