16- Mi hogar es tu hogar

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Candy, Terry y Georges llegaron cerca del mediodía al Hogar de Pony. El Corazón de Terry dio un salto al divisar la vieja casona, y el vasto campo que lo rodeaba, se acercó a la ventanilla del auto para mirar la colina, una sonrisa espontánea se dibujó en su rostro, recordando las tardes en la "segunda colina" en el colegio San Pablo. Ambos se lanzaban miradas radiantes de felicidad. Para Candy se cumplía un sueño, el que pensó por mucho tiempo nunca se llegaría a materializar; ambos estrecharon sus manos con más fuerza, reafirmando con este contacto todo lo que este momento significaba para ambos.

No fueron recibidos más que de la forma en que las gratas personas eran recibidas en el hogar, todos los niños salieron al encuentro de los visitantes, arremolinándose alrededor de las figuras de Candy y Georges, y un poco más tímidos con Terry.

—Gracias a Dios llegaron con bien, hijos bienvenidos —fueron las cálidas palabras de la hermana María, abrazando a la pareja, detrás de ella la señorita Pony un poco más lenta también llegó a abrazarlos.

Deben estar cansados, Candy hija estás muy bonita, el matrimonio te ha llenado de un brillo especial y usted señor Granchester también está muy guapo, bienvenido esta es su casa.

—Gracias señora, gracias a las dos por recibirme, pero ya no más señor Granchester, simplemente Terry —expresó mientras recibía el afectuoso abrazo de la señorita Pony.

Luego ambas mujeres también se dirigieron a Georges. Quien ya estaba más que familiarizado de visitar el orfanato y era siempre recibido como parte del hogar. Todos los niños ya lo conocían, y sabían que la llegada del elegante hombre, siempre vestido rigurosamente de traje oscuro, significaba que estarían colmados de dulces, chocolates y regalos.

—Señor Georges bienvenido nuevamente, puede dejar sus cosas en la habitación de huéspedes, y tu Candy lleva a tu esposo a tu habitación, me temo que estarán un poco apretados allí pero no creo que eso le moleste al señor Granchester -les dijo la señorita Pony, provocando el sonrojo de la chica.

—Terry señorita Pony, ahora él también es parte del hogar —le respondió Candy a la amable mujer.

—Es cierto, ahora es uno más de nuestros hijos.

—Prepárense para comer, almorzamos en un rato —agregó la hermana.

—Está bien, dejaré nuestras cosas en mi habitación e iré a ayudarlas —Candy sujetó la mano de Terry, lo condujo tras ella por el pasillo de las habitaciones hasta llegar a un área totalmente renovada.

—No recordaba este lugar así Candy -le confesó el actor observando con cuidado todo el lugar.

—Lo que pasa es que Albert nos ha ayudado con remodelaciones, el hogar fue ampliado y se construyeron áreas nuevas, como el cuarto de huéspedes, mi habitación, salones para las clases de los niños, la cocina también está renovada, él ha sido muy generoso, no sé qué haríamos sin él.

—Ya veo, pero sabes Candy siento que sigue siendo el lugar acogedor que visité cuando llegué a América. Me gusta estar aquí -le dijo mientras besaba el dorso de la mano de ella.

Entraron a la habitación de Candy, él se quedó parado en el umbral, mirando todo, el cuarto tenía su delicioso olor natural, pensaba. Los sencillos pero bonitos muebles, la lámpara, el libro a su lado, las cortinas, el edredón patchwork, todo le era absolutamente encantador.

—Bien voy acomodar tus cosas en el armario, hay espacio, pero lo haré después de almorzar, hay un pequeño baño, creo que dormiremos bastante apretados, pero no me importa —dijo Candy mientras rodeaba el cuello de Terry con ambas manos, poniéndose de puntitas para besarlo.

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