Mayo, 10 de 2015. Domingo
Se supone que cuando creces y maduras, te vas convirtiendo en una mujer seria y con experiencia, quizá un poco sabía... Pero eso es relativo, demasiado relativo.
Su abuela siempre hablaba de sabiduría, pero también del amor verdadero, y todavía no tenía ninguna de esas dos cosas. Necesarias según los conceptos de la abuela para ser prospera y exitosa.
Por otro lado, sus hermanas mayores eran otro asunto. Lilith, Pamela y Andrea se habían casado pronto, las tres tenían hijos y vidas aparentemente estables. Era un poco vergonzoso cuando en las reuniones familiares tenía que decir ante sus tíos y tías que no tenía trabajo en lo que estudió, que seguía sin pareja, y que aún no se mudaría de la vieja casa familiar.
Llevaba un largo tiempo diciendo ser una mujer libre, feliz e independiente, hasta cierto punto su familia creía eso, o fingían creerlo. Aunque ahora es importante tener está faceta de independiente y libre, y puede que una gran parte diga que está mal la dependencia y discurso discurso... Al final del día todos son diferentes y de alguna forma estamos buscando algo para ser un poco felices, parte de la vida.
Y ser estable económicamente, o tener una buena historia de amor, parecen dos muy viables opciones para aferrarse...
—Tia la-gatha. ¿Sabes que ya tengo novio? —su sobrina mayor, de doce años, le hablaba hacia unos meses como si no fuera su tía, sino una amiga más, y una un poco fracasada.
—No me llames así Katy. No lo sabía, ¿Desde cuándo lo tienes?
Odiaba con todo su corazón esa tonta forma que sus hermanas tenían para llamarla, "la-gatha", que rápido y junto sonaba como "la gata", era la manera infantil en que la apodaban sus hermanas cuando era pequeña, pero era una mierda que su sobrina lo supiera y la estuviera llamando así. Y porque el trasfondo de aquel tonto apodo era una borrosa y fea faceta en la que la llamaban gata obesa en la escuela. Cosas tontas de vidas patéticas.
—Es noticia vieja tía, estás desactualizada —su sobrina actuaba últimamente como una chica antipática de novela cliché.
»Se llama Sebastián, está en la clase y es bastante lindo, tiene mucha frente, pero se disimula con el cabello...
Katy seguía hablando, y entre las alabanzas a su nuevo novio también resaltaba defectos. Que horrible encontrar pareja hoy día, con la de defectos que tiene, seguramente de ella podrían resaltarse más.
Esas son tonterías de gente sin autoestima Agatha. Tú sobrina tiene doce. Tu problema real es que o no te has esforzado lo suficiente, o eres muy extraña.
Dos semanas habían transcurrido desde el fatídico día de fiesta en la playa, y con ello casi un absurdo mes desde todo este asunto de buscar un beso. Ahora el tiempo es más reducido, solo cuatro jodidos meses antes de los veintiséis.
La vida estaba transcurriendo normal, Lisa y Roberto estaban en una especie de relación de amistad con besos, y Lisa la había llamado cupido, incluso la trato bien y le dijo que le alegraba haberla invitado a la fiesta.
Los últimos días del trabajo estaban siendo tranquilos y monótonos, y en su plan no había ni un solo avance significativo.
Para ese domingo su familia estaba contenta comiendo un almuerzo por el cumpleaños de su tía Cristina, y aunque estaba con todos riendo al rededor, ese sentimiento asqueroso de soledad no la dejaba. De esas tardes felices dónde todos hablan y se divierten, y dónde se supone que eres parte, pero realmente solo estás ahí con todos en sus burbujas, y tú siendo un poco invisible. Cómo la fiesta de la playa, solo Roberto interactuó con ella, pero solo como un medio...
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Buscando Un Beso [TERMINADA]
Teen Fiction¿Qué es más vergonzoso que no haber besado a nadie a los veinticinco? Obviamente no haber besado a nadie a los veintiseis. Quizá el problema de Agatha no es tan serio, no es una enfermedad mortal, ni una mínimamente, solo resulta ser un asunto verg...