Capítulo Dieciocho

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"Últimamente me siento orgullosa de mis pequeños logros y avances, aunque puedan parecer demasiado mínimos, hablar y reír, y socializar... Hacer una amiga, ir a una cita, enviar textos... Cosas que son normales, las siento como pasos gigantes, después de vivir revolcada en la tristeza y soledad durante un largo tiempo... 

En algún momento de la vida notas que estas deprimido, o por lo menos eso me pasó a mi. Que estas deprimido enserio. No como esas modas de los últimos años de estar "sad", y de que la vida es triste y me quiero morir, pero en la mañana se me pasa... Y esto no es una forma de menospreciar a los demás, porque bueno, cada quien expresa lo que siente a su manera. 

Yo me dí cuenta que estaba demasiado triste y que definitivamente no quería atención, no deseaba a nadie revoloteando a mi alrededor, hablándome sobre como debía superarlo o cuestionando el porque me sentía así...

Un día me desperté sin ganas de levantarme de la cama, unas ganas más fuertes de lo habitual, y me dije "¿Que mierda estas haciendo con tú vida...?". Ese día terminaba mi primera semana tomando antidepresivos. Y derepente tienes veintidós, te estas graduando de la universidad, y no tienes vida crediticia, ni experiencia, y aunque te gustó tu carrera, no eres el estudiante estrella que conseguirá un trabajo solo obtener el titulo o por ser la primera de la clase, o tener un promedio estelar... 

Claro, luego esta el asunto de que vives en Colombia, en un lugar pequeño, y en una eterna crisis política y social... Ese día fui más sensible a todo, al noticiero y los disparos, a los problemas políticos, al recién entrado gobierno, a los nuevos kilos que se acumulaban en mi abdomen, a mis hermanas y su estabilidad... 

Te comienzas a preguntar como es que tienes veintidós años y una caja de antidepresivos, te preguntas como es que el mundo se te ha caído encima, pero también se es consciente de la propia insignificancia. 

Al final del día el mundo seguía avanzando, mis hermanas solo decían que debía ser menos débil, los amigos que tenia dejaron de interesarse en preguntar por mi cuando rechazaba salir y hablar, quizá me distancie, pero también estaba gritando por ayuda... 

Mi yo de aquella época solo quería un abrazo". 

—¿Vives por aquí? Tengo un amigo por este rumbo —Mari Pili estaba mirando al rededor como buscando algo. 

—Si, aquí cerca. Chicas, ¿Que quieren cenar?¿Pedimos algo... O preparamos algo?

—Me encanta cocinar Agatha querida —Mari se acerco y entrelazo su brazo con el de ella—. ¿Preparamos alitas y arroz? Prometo que me quedan de maravilla. 

—Si, me parece bien, ¿Estas de acuerdo Doris?

—Mientras yo no tenga que cocinar puedo comer casi lo que sea. 

—Perfecto, vamos a la tienda entonces. 

Cuando entraron a la tienda Doris soltó un grito estridente de esos a los que ya comenzaba a costumbrarse y corrió a la barra donde estaba Pablo, lo saludo con un beso en la mejilla y comenzó a hablarle emocionada. 

—¿Recuerdan que les dije que tengo un amigo por este rumbo? Miren que casualidad —Doris estaba pegada del brazo con Pablo sonriente—. La otra noche te vimos bailar en el NeónClub mis amigas y yo, te ibamos a pagar un privado, ¿Qué pasó que desapareciste?

—Tenia un compromiso —¿acompañarme a casa era su compromiso?

—Pues que mal, mi amiga Doris aquí presente estaba muy interesada en ese privado.

—Maria Del Pilar —Doris la miró con reproche y un poco sonrojada. 

—Lo siento Doris, es un gusto —Pablo le ofreció su mano para saludarla—. Será para la próxima. 

Buscando Un Beso [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora