Capítulo seis

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"Mentiría si dijera que una parte de mi no estaba ansiosa por ir al misterioso club nocturno que me había puesto en la lista negra de Gabriel. El hombre con solo mirarme cambia de camino, o finge estar ocupado. Ahí va un posible amigo perdido. Pero que hubiese sido un error de amigo si se pone así por una simple pregunta...

Esta mierda es más complicada de lo que debería ser. Solo un beso...

Plan B: Si esto no funciona el día de tu cumpleaños Agatha Cristina, le pagarás a alguien que te bese, y ya. Meta desbloqueada y todo lo demás será el recuerdo de como te gusta perder el tiempo."

Mayo 20, 2015. Miércoles.

Sus manos estaban un poco sudorosas, y sus axilas también, de hecho, su brasier se sentía húmedo. Podía recordar a su madre diciendo que las mujeres siempre deben oler bien, muy en lo profundo de su cabeza, muy en los pocos recuerdos en los que realmente estaba su madre. Pero todas sudamos. Y que los pechos suden no es una anomalía, la anomalía es que transpires y los demás se den cuenta, como ese miedo de ir en el bus de pie y tener que sujetarse en la barra, y ser consiente que te huelen las axilas... En fin, está claro que ese asunto de no divagar no está siendo cumplido... Cómo la mayoría de sus metas para lograr el torpe objetivo, y que posiblemente llegaría a los cincuenta años, si lograba llegar a esa edad, solterona y sin haber besado a nadie.

Porque la verdad es que después de cierta edad te da demasiada vergüenza ir por la vida contando algo así. Y aún más vergüenza conseguir a alguien con quién hacerlo, siendo completamente torpe. Y no hablemos de sexo, que toda la sección de literatura erótica de la librería, ni una sesión de masturbación, implica que hayas dejado de ser virgen o que sepas lo que en realidad se siente el asunto.

Joder.

Pero entre tanto pensamiento absurdo quizá lo que la está me matando es que una parte de mi convencida de que todos pueden darse cuenta de lo que estoy pensando, que mi cabeza se ha convertido en una ola de pensamientos deprimentes, y que en los últimos años he hecho tres planes de suicidio diferentes y bien estructurados, que lograrían acabar de una vez con un problema tan jodido de kilos, malestar y dolores del alma.

Los dolores del alma son los peores, esos que no se van... Que gritan en la ropa, que duelen en la sonrisa, que arden en cada lágrima.

Las cosas que "superas", siempre regresan con los dolores del alma, porque realmente no se van... Te das cuenta que siguen estando ahí, tan vivos, tan sentidos, y tan tristes. Y tan tan tangibles que no te dejan continuar, o que realmente te escudas en ellos para no hacer las cosas que deberías en la vida. Y quizá no sean dolores del alma, sino que eres cobarde... Quien sabe.

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La parte racional, que medio piensa estaba convencida ya que ir de fiesta con su joven vecino, un par de años menor, popular, y con amigos seguramente divertidos y jocosos no es buena idea. Y claro, ya sabes que tienes el autoestima por el piso, pero tener que vestirte para una salida nocturna, es definitivamente otro nivel.

—¿Ya estás lista ama? —Pablo estaba tocando insistentemente su puerta, pero seguía envuelta en una toalla con pocas posibilidades de encontrar buen atiendo.

—Aún no Pablo. Y ya deja de llamarme ama.

—Apúrate ama. No me gusta llegar tarde.

Imbécil.

¿Qué más da ya?. De cualquier forma no te veras linda.

Rápidamente se vistió con un jean y una blusa de aquellas anchas con las que el intento es disimular la panza. Cabello en una coleta, y sin maquillaje, porque en 25 años lo único que se ponerme es el labial, pero por alguna razón las únicas dos barras que poseo ya están en fecha de caducidad.

Buscando Un Beso [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora