"¿Por qué si mi vecino cotilla, dueño de la tienda, puede recordar de los libros que hablo siempre, por qué mi amiga no puede escucharme? ¿Por qué debo disculparme? ¿Por qué siempre debo ser la buena, la silenciosa, la cohibida? ¿Por qué debo pensar solo en la felicidad de los demás, para que no se alejen de mi?...
El tiempo se agota, y quizá no bese a nadie nunca, pero una cosa es segura, y es que quiero un par de gramos de tranquilidad, y para obtenerla tal vez debo dejar ir demasiadas cosas, y quizá me vuelva más lúgubre y triste... Pero también puede que consiga un poco de paz, serenidad, y un paso para quererme un poquito... No sé.
Necesito dejar de hablar conmigo misma en las notas del móvil, salir de vez en cuando... Retomar mi lista tonta de #BuscandoUnBeso, o reestructurarla.
No sé. Mi cumpleaños ya está relativamente cerca".
Junio 12, 2015. Viernes.
La semana había pasado en parpadear, el trabajo era lúgubre y silencioso, y ahora sí de verdad que no hablaba con nadie, más que los gritos de su jefe siempre cambiandole el nombre.
Estaba quizá, un poco asustada de quedarse sola por siempre y para siempre, había hablado estúpidamente en un chat anónimo sobre sus aspiraciones de primer beso, y le habían hecho comentarios sobre eso no tener sentido, sobre ella siendo una mentirosa, y sobre lo vacía que debía ser su vida.
De nuevo se tuvo que recordar muy fuerte, que está vez su problema tenía que ser más importante que la opinión de los demás, y que lo mejor sería mantenerse en silencio y ya. A veces simplemente hay que tragarse todas esas mierdas. Y punto.
Quizá cuando lograra cumplir los treinta todas estas idioteces le parecerían eso, idioteces, y se sentiría menos patética, quizá para esas ya le habrá pagado a un prostituto, porque a pesar de todo, siempre podría recordar a su vecina Carmen, una solterona muy agradable, que uno no debía morir virgen. Y bueno, después de leer tantos libros sobre el asunto, y toda una colección de sagas eróticas, por al menos una vez debía ser necesario vivir el asuntito.
Esa noche de viernes había iniciado como sus noches de viernes habituales, siendo empujada en el transporte público, la habían llamado señora tres veces durante ese día, y alguien le iba a dar el asiento porque pensó que estaba embarazada, ¡GENIAL!
Todo su día reflejo aquello que la báscula reveló el viernes, había subido 3kg, y estaba con ganas de tirarse de un puente, pero también, y lo único que la mantendría con vida por lo menos hasta el sábado en la noche, era la salida de un nuevo capitulo de su serie en emisión favorita, y en el capítulo habrían besos, de dos chicos.... Bl, Bl, Bl.
Si alguien pudiera entrar en su cabeza seguramente pensaría que era rara, absurda y tonta, y que se habia estancado en la adolescencia, porque a los veintitantos no debería estar pensando en tantas tonterías.
Pero quizá esto es una regresión, su primer crisis de los veinte fue al terminar la universidad, y verse desamparada y sin empleo, ahora por lo menos tiene un empleo, que le recordaba que sus sueños de siempre estaban estancados, pero que le ayudaba a pagar las facturas y a comprar comida.
Por otro lado, debía reconocer que estar sin su única "amiga" le había aportado una gran cuota de tranquilidad, durante toda la semana había estado sola, pero en paz, sin escuchar problemas, sin tener que responder preguntas absurdas, y sin tener que pagar almuerzos ajenos. Y esa parte egoísta le decía que estaba jodidamente bien sentirse así. Que se lo merece.
—Hola gordis —casi quiso gritar, y casi lo hizo.
Siempre odió con toda su alma y corazón cuando sus hermanas la llamaban de esa manera, en competencia, prefería ser llamada la-gatha, que ser llamada gordis.
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Buscando Un Beso [TERMINADA]
Teen Fiction¿Qué es más vergonzoso que no haber besado a nadie a los veinticinco? Obviamente no haber besado a nadie a los veintiseis. Quizá el problema de Agatha no es tan serio, no es una enfermedad mortal, ni una mínimamente, solo resulta ser un asunto verg...