Capítulo Nueve

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Aquí vamos de nuevo.

No me puedes hacer esto. No puedes. Definitivamente no. Joder.

—Enserio ama. Cuéntame.

—Deja de llamarme así.

—Bah, entonces Ágatha Cristina. Cuéntame.

—No fue nada, solo un día difícil.

—No te dejes llevar por los días difíciles querida vecina, clienta favorita. Tú puedes con todo.

—¿Eres una tarjeta de autoayuda?

—No. Soy un lugar feliz para ti —le guiñó divertido—. Y me gusta serlo.

—¿Qué?

—¿Cómo se despiden los químicos? —la miró con serio.

—¿Qué?

—Ácido un placer —la siguió mirando serio antes de romper a reír. Y ella, inevitablemente también río.

Quizá la palabra feliz es fuerte, y la frase lugar feliz también, pero algo cierto es que él lograba hacerla sonreír. Y punto.

—De comediante te mueres de hambre.

—Claro que no, me puedes mantener, porque siempre te hago reír —le guiñó y le dedicó una de sus típicas sonrisas coquetas.

—Tonto.

Junio 3 de 2015. Miércoles.

Ya había logrado tranquilizarse un poco, de nuevo la rara montaña rusa de sus emociones se estaba moviendo, pero estar un poco en paz es absolutamente maravilloso.

Ese episodio de loca-enamorada-y en depresión por Pablo estaba más que ligeramente superado. Solo eso, un episodio y ya. Porque Pablo es su súper amigo, su único amigo en realidad, y la única persona que parece conocerla, y pase lo que pase apoyarla, y es algo que a pesar de todo no quieres perder.

Hoy en su playlists eran canciones viejitas, y en inglés, de Eleanor&Park, canciones que no se sabia, pero que la llevaban a pensar en uno de sus libros favoritos.

Park, era una de sus ilusiones del pasado, de esas locas, en las que estaría perdidamente enamorada de forma romántica y emocionante. Claro, una ilusión de la adolescencia, porque ahora siendo una mujer de veinticinco esos sueños tontos son aún más tontos.

Quería poder ser como esas mujeres felices e independientes de la nueva ola de películas, que son felices solas, guapas y empoderadas. Pero no se sentía de ninguna de esas maneras, y menos cuando tenía un trabajo tan de mierda.

Entonces ahí vienen esas mentiras de las películas y los libros, que tienes el poder de cambiarlo todo y encontrar la felicidad, cuando no, el mundo es un lugar absolutamente competitivo, y necesitas de cualidades específicas que te lleven al éxito, también de buenos conocimientos, y depende el momento, de carreras que estén dando dinero en la época en la que estás.

Quizá todo lo que suceda sea su culpa, por no esforzarse demasiado, por ser introvertida y tímida, por ser pobre, por ser fea, por no trabajar en bajar de peso, por ser Ágatha. ¿Será que hay más personas como ella...? Seguramente si.

Pero a veces no quiere sentirse tan sola, a veces no quiere sentirse como la única fracasada y perdedora, a veces quisiera tener más amigos.

—¿Sabes que te ves rara cuando comienzas a fruncir el ceño más y más? La gente debe pensar que estás loca —Lisa la miraba con una mueca de disgusto.

—Tal vez lo estoy un poco.

—Pues finge que no, no seas tan rara, por eso ahuyentas a la gente.

Vaya, gracias por aclararlo.

Buscando Un Beso [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora