ELERIANNA

Desierto Eterno

-¡Enhorabuena! -grito el hombre león mirándolos con una sonrisa-, ¡habéis sido elegidos para formar parte de la alianza Lionheart dónde seréis parte de la avanzadilla encargada de la exploración de los lugares a los que vayamos.

Andrew enarco una ceja, ya que toda esa palabrería solo tenía un significado: que iban a ser utilizados como carne de cañón por la alianza, pero sabía que podría pasar si se negaban.

-Y si nos negamos?  preguntó Andrew mientras el resto de la gente de la plaza se apartaba de ellos creando un círculo como si fueran simplemente un grupo de apestados o simplemente ya un grupo de muertos, pues no era la primera vez que algunas alianzas "reclutaban" miembros nuevos.

-No hay ningún tipo de inconveniente si denegais y no aceptáis mi invitación mientras sigáis estando dentro de esta plaza, no será lo mismo una vez salgáis de ella -respondio con una sonrisa en la que dejaba ver unos largos colmillos amarillentos

River sonrió mientras miraba al resto del grupo

-Está claro que tenemos que aceptar sí o sí, al parecer en este mundo solo se sigue la ley del más fuerte, el fuerte tiene la razón y el perdedor está equivocado, pero eso es bueno, ya que seguramente nos pondrán en lugares donde arriesgamos nuestra vida, pero por otra parte los puntos de experiencia que consigamos serán muy altos y debemos subir rápidamente de nivel aunque aquí un año solo sea un día en Elerianna debemos darnos mucha prisa y crecer antes de que Bahal destruya al mundo.

-Solo hay una cosa que podemos hacer  -rebatio Andrew mientras esbozaba una sonrisa triste y negaba con la cabeza -sé cómo detenerlo durante unos minutos, vosotros deberíais salir corriendo tan pronto como empiece la lucha e intentar esconderos, debéis crecer lo más rápido posible para poder salvar a Elerianna de Bahal, si vamos con él no creo que tardaremos en morder el polvo.

-¿Que será de ti? -pregunto River, aunque en su corazón ya sabía la respuesta.

Andrew no contestó y puso su mano en el medallón egipcio, tal y como le había dicho Ra, en teoría era para cuando se enfrentará a Bahal, ya que los dioses irian en su ayuda, no esperaba usarla con un tipo que no le llegaba a la suela al Dios-Demonio, pero era él el que no le llegaba a la suela a este hombre bestia.

Él miró a su alrededor buscando una salida y se dio cuenta que al borde del círculo habían dos hombres cocodrilo que empuñaban fuertemente un Kopesh a dos manos.

Uno de ellos lo miró y si él pudiera jurar que los cocodrilos sonreían y guiñaban un ojo este lo había hecho, se dio cuenta que el otro miraba fijamente el medallón que él tenía sujeto con una de sus manos y presintió que podían estar conectados con los antiguos dioses de Egipto.

-Iros, sin mirar atrás -grito Andrew, pero antes de que pudiera hacer nada, vio asombrado, como todas las personas, criaturas y monstruos que habían en la plaza se arrodillaban mientras miraban con miedo hacia el cielo.

Andrew se dio la vuelta lentamente, arriba en el cielo, a una altura de unos 50 metros había aparecido sin que él se diera cuenta, lo que parecía ser un ángel, pero era algo extraño, ya que tenía dos pares de alas, pero no las movía para mantenerse.

El no lo sabía, pero el ser que había aparecido era uno de los guardianes de Kun-Lun y el que se ocupaba de que ningún crimen quedara sin castigo y ninguna buena obra sin premio.

-¿Desde cuándo se ha vuelto tu alianza tan osada? -la voz, que resonó en toda la plaza a pesar de no hablar alto, era extraña, no parecía ni la de un hombre ni la de una mujer, pero todos temblaron al oírla.

-No está prohibido reclutar nuevos miembros -murmuro el hombre-bestia, con un valor que no sentía.

-Pero está prohibido reclutar nuevos miembros de un portal que no se ha abierto nunca asimismo también está prohibido reclutar nuevos miembros bajo coacción y amenazas así que solo hay una cosa que se pueda hacer.