Salvando a un Díos

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Andrew se sentó, abatido y sin saber que hacer, aunque esto era un juego, tenía la extraña sensación que había mucho más en juego que solo eso y no pudo evitar desesperarse.

El aventurero miró al cielo y se quitó el yelmo, el cielo estaba oscuro y sin ninguna estrella, era sabedor de lo que tenía que hacer y también que era un suicidio pero, ¿De verdad podía hacer otra cosa si querían vencer?

Según lo que él sabía, Seth, a pesar de ser un dios supuestamente malvado, protegía el viaje de Ra, el cual después de pasar cuatro puertas de las doce que dividían el paso de la barcaza por la Duat, o sea, el Inframundo egipcio, en la quinta recuperaba las fuerzas que había gastado durante el día y energía lleno de vida y luz, al amanecer.

Muy lentamente se acercó al agujero y solo vio oscuridad insondable, cogió una antorcha de un soldado y la tiró y después de varios minutos la perdió de vista, pero sabía que no había otra opción y miró a Godric con una sonrisa triste.

El señor de Silverstone lo miro sin comprender y Andrew solo señaló el agujero, la única opción que tenía era bajar al inframundo y comprobar si de verdad había muerto Ra, Andrew sabía que además del dios del sol varios dioses más protegían la barcaza en su viaje por el inframundo entre ellos Seth, que a pesar de ser supuestamente un dios del mal, un dios caótico en Egipto era venerado como un dios protector.

-Voy a necesitar algunos soldados y algunos magos que tengan también hechizos con magia de luz, los más poderosos, no hacen falta muchos, con 5 soldados y un par de magos tendré más que suficiente eso sí, lamento tener que dejaros sin animales, pero me hace falta el druida ya que es muy posible que abajo en la Duat hayan animales que no atienden a razones y deban ser dominados para que nos ayuden.

Crockta se acercó, pero Andrew negó con la cabeza y le señaló a Godrik.

-No es a mi a quien debes demostrar tu valía, de ti depende.

-Nosotros nos vamos a ir, pero antes de ello sería mejor que vosotros empezáis el ataque para evitar que nos ataquen a nosotros, enviar por delante a los animales ya que es muy posible qué Apofis no esté solo y tenga varios seguidores demoniacos protegiéndole, así que es mejor acabar con ellos primero.

-Se que llevándome a los magos de luz os quito posibilidades, pero también es posible que necesite hacer una reanimación de emergencia y para eso necesito luz, toda la luz solar que puedan proveerme los magos.

Tan pronto los aventureros y los caballeros que quedaban, precedidos por los animales que el druida había ordenado que atacaran, se giraron hacia Andrew y le preguntaron que como iban a bajar ahí abajo ya que no sabía ni la profundidad ni si los hechizos de levitación serían suficiente para llegar hasta abajo, pero Andrew les contestó que era muy posible que solo fuera una ilusión y que si se tiraban acabarían en la Duat sin ningún tipo de problemas y sin ningún daño físico y para demostrárselo, simplemente sonrío y se dejo caer por el agujero.

Andrew se puso de pie y se quitó el polvo que lo cubría, había intentado contar el tiempo que duraba la caída pero tan pronto se había dejado caer, había aparecido en el inframundo, un  lugar oscuro y tenebroso en el que, a pesar de dicha oscuridad, podía ver como si fuera de día, en el medio de la caverna un río de unos 9 metros de ancho la partia en dos, dejando un pasaje de unos cinco metros de ancho a cada lado y metiendo un dedo en el agua sintió una leve corriente.

Se hizo a un lado para evitar que el resto de la tropa le cayera encima.

El druida se acercó a Andrew con un gesto confundido ya que no entendía el por qué lo había elegido para la misión a sabiendas de que no podía volver a utilizar su hechizo de dominación.

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