Ayuda divina

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Andrew se acercó al lugar donde Ra yacia en el suelo, los animales lo observaron fijamente y luego abrieron un pasillo para permitir que Andrew se acercara al lugar donde el
Dios-Sol se encontraba.

Ra portaba una túnica larga de algodón manchada de polvo y tierra con algunas quemaduras, su calva llena de golpes y moratones y su larga barba blanca llena de manchas de hollin.

Los animales permitieron que cogiera el baculo de Ra y, en contra de lo que Seth le había dicho, no sintió que nada malo pasara, así que lo cogió y se dirigió hacia la popa de la barcaza dónde la lucha aún no había terminado y debido a que la mayoría de animales estaban protegiendo el cuerpo del Dios caído sus hombres estaban en inferioridad numérica y estaban comenzando a retroceder asediados por todos lados por sus enemigos.

Andrew empuñó con fuerza el baculo de Ra y apuntó a los hombres-serpiente, lanzando un rayo de luz solar, atravesando a varios de sus enemigos y matandolos en el acto.

El aventurero dobló la rodilla, momentáneamente cansado: el baculo absorbía parte de su fuerza para lanzar los rayos de sol, eso era lo que Seth le había avisado, pero estaba claro que no podía dejar de hacerlo o simplemente todos morirían allí.

Al ver la muerte de uno de los suyos, varios de ellos se dieron la vuelta y se dirigieron hacia él, mientras que los demás hacían frente a los soldados y los magos, mientras que los animales, unos pocos de ellos, apoyaban a los guerreros y el resto, rodearon el cuerpo de Ra, protegiéndole.

Antes de que se acercarán, Andrew volvió a lanzar otro rayo lo que hizo que se tambalease y salió corriendo a trompicones en dirección a la puerta que estaba guardada por los otros hombres-serpientes, ya que su única opción de sobrevivir, si no recordaba mal, era conseguir la ayuda que se encontraba al otro lado de la puerta.

Los soldados siguieron combatiendo mientras veían como el aventurero salía corriendo, pero sabían que ese era parte de su plan, aunque no habían contado en que la mayoría de los animales se quedarán vigilando el cuerpo de Ra.

Los magos, al ver que los rayos habían hecho ese destrozo contra sus enemigos decidieron utilizar el mismo hechizo que aunque no tenía la misma fuerza ni la potencia y el que había sido disparado con el báculo fue más que suficiente para diezmar a las tropas enemigas.

Los hombres-serpiente, al verse en inferioridad numérica, arrojaron unos pequeños vasos canopes negros al suelo, de los cuales surgieron una docena de criaturas extrañas que tenía en el cuerpo de una leona, pero del doble del tamaño y con el cuello muy largo y la cabeza de una serpiente.

Uno de los magos lanzó una bola de fuego contra las bestias, pero cuando el humo se despejó las bestias estaban intactas, aunque a su alrededor todo estaba quemado, aunque varios hombres-serpientes fueron engullidos por las llamas.

Los caballeros se lanzaron sobre ellos, protegidos tras sus armaduras pesadas, esperando conseguir aquellos que los magos no habían conseguido, pero eran inferiores en numero y estaban cansados después de guerrear contra los guerreros de Apofis y aunque sus armas si podían dañar a los serpopardos, estaban retrocediendo lentamente intentando ponerse contra una de las paredes para evitar que las criaturas les atacaran por la espalda.

Andrew miró hacia atras y observó extrañado a las bestias que estaban atacando a sus compañeros, en teoria eran guardianes de Ra y no comprendia por que atacaban a los que estaban intentando salvar a RA, al parecer la corrupcion de Apofis llegaba hasta ellos, pero no podia hacer nada, delante de él habia una docena de enemigos mas poderosos que él, habia subido a nivel 9 debido a todos los enemigos que habia vencido y había absorvido a varios a su libro, pero ahora mismo su unica opcion era utilizar el baculo contra los hombres-serpientes y abrir la puerta, no sabía a ciencia cierta lo que había más allá, pero si no se equivocaba era la quinta puerta y la salvación estaba detrás de ella, si se equivocaba estaban todos muertos.

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