De Demonios y Camiones

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¡Caminante de planos! -exclamó uno de los antiguos sirvientes del archimago al ver a la elfa mientras miraba extrañado a una de las cabinas destrozada en las que se encontraban las capsulas.

Yllianni se rió al escucharlo y lo miró con una sonrisa taimada.

-¿De verdad creéis que es tan fácil matarme, que yo ......?

De repente, se escucharon sonidos de arcadas y vieron a Andrew y a Crockta apoyados en una de las cápsulas y vomitando de forma violenta.

-¿Alguien ha cogido la matrícula del camión? -Murmuró Crockta con la voz temblorosa mientras se sujetaba el estómago.

Andrew miró al enorme orco sin disimular su enfado y su miedo.

-¡Puedes hacer el favor de no nombrar a un camión en este momento, ¿tu que quieres, que nos atropellen y que nos manden a otro lugar!?

El orco lo miró sin comprender de lo que estaba hablando mientras que Yllianni y los tres sirvientes de Taliesin se preparaban para pelear.

Andrew utilizó un hechizo para quitarse el aturdimiento y las náuseas mientras murmuraba "inculto" mirando a Crockta a la vez que el orco decía una palabra en voz baja y una de las múltiples runas que llenaban su brazo de Mithril se iluminaban, anulando su malestar.

Se levantaron para ver cómo los cuerpos de los trillizos se iban convirtiendo en niebla y se arremolinaban juntos, formando una silueta enorme mientras que la elfa lanzaba un mandoblazo que pasó a través de sus cuerpos, sin causar daño alguno.

Andrew sonrío y, sacando su espada, lanzó un cono de viento, dispersando la niebla, pero esta volvió a arremolinarse aún más rápido que antes.

-¡No pierdas el tiempo, -dijo la elfa mirando fijamente a la niebla-, en el momento en el que se convierten en niebla cualquier tipo de ataque ya sea tanto físico o mágico es completamente inútil contra el! Lo que no sé, teniendo en cuenta que se van a unir tres guerreros vraks, la forma final que adoptarán, lo único que podemos hacer es potenciar nuestro ataque y no podemos permitir de ninguna de las maneras que escape de aquí, ya que nosotros somos, ahora mismo las únicas tres personas que podemos detenerlo, si consigue escapar de este complejo, desataría una masacre en La Tierra y no creo que a ninguno de los dos le gustara eso.

-¿Que son los vraks? -Preguntó Crockta mirando en dirección a la niebla que parecía crecer mientras giraba lentamente, formando una especie de torbellino.

-Los vraks son criaturas cambiaformas, similares a los doplegargers, pero con la diferencia de que en caso de enfrentarse a un enemigo más poderoso que ellos, se pueden unir dos o más y hacerse aún más poderoso todavía.

Andrew miró a Crockta y ambos negaron con la cabeza mientras que el Armmaster murmuraba.

-"Estamos jodidos"

Yllianni se dió cuenta de que alrededor del cuerpo de Taliesin había comenzado a brillar una luz dorada muy brillante, tan brillante que al final habían tenido que cerrar los ojos, minutos más tarde, la luz se apagó y vieron una especie de capullo dorado que envolvía el cuerpo.

La elfa sonrío y soltó un suspiro, ese capullo se debía a qué el archimago no estaba muerto, era un capullo de regeneración y ahora mismo el mago estaría en una especie de coma autoinducido, pero si el capullo era destruido el archimago moriría y tampoco sabía cuánto tiempo tardaría en curarse

La niebla se fue condensando y comprimiendo durante veinte minutos hasta que un ser demoníaco surgió de ella, manteniéndose a cinco metros de altura gracias a unas enormes alas similares a los de los murciélagos, media cerca de tres metros y medio de altura, con unas piernas altas y delgadas como las de las aves, pero cuyos pies tenían dos patas acabadas en afiladas uñas, su cabeza era como la de un cocodrilo, cuajada de dientes de más de quince centímetros de longitud y debajo de dos brazos humanos inmensos le surgían un par mas como los de los escorpiones: dos enormes pinzas capaces de partir en dos a un hombre y una enorme cola de escorpión de más de cinco metros de longitud surgia de su espalda, de cuyo aguijón goteaba veneno que hacía surgir burbujas cada vez que goteaba en el suelo, dejando un agujero de veinte centímetros de profundidad.

-¡Un Istaru!

-¡Saludos, Yllianni -rugio la criatura con una voz que podía destruir montañas-, caminante de planos, no esperaba verte aquí, creía que habías muerto aunque no me sorprende demasiado, la verdad, famosa eres por hacer lo impensable, pero no pasa nada, no podrás detenernos, ni a mí ni a Bahal, tu mundo está condenado, pero mi señor no es tu mundo por el que está interesado, tu mundo solo le interesa debido a que es un mundo lleno de portales y a través de él se pueden ir a miles de mundos además de este, pero mi señor tiene predilección por este.

-Cuando el universo era joven y mi señor ya era viejo, encontró este mundo en su vagar incesante en busca de comida, ya que se alimenta de núcleos planetarios y el de La Tierra hubiera saciado su hambre por milenios, pero fue rechazado por los dioses de ese lugar y enviado a otro universo paralelo, pero con el paso de los milenios, la gente se olvidó de esos dioses y uno a uno, al no tener fieles que les rezaran, murieron, ahora mi señor Bahal puede, de nuevo, entrar y devorar el núcleo del planeta, pero antes destruiré a sus habitantes y lo dejaré vacío de las cucarachas infectas llamada humanidad.

-¡Pase lo que pase no puede salir de aquí -gritó Yllianni desenvainando su espada-, el Istaru es inmune a armas normales, solo la magia lo puede matar, si sale de aquí podría arrasar con La Tierra sin que nadie pudiera detenerlo.

Los tres cargaron contra el Istaru a la vez y mientras Yllianni desenvainaba sus espadas cortas, Crockta empuñaba con fuerza una hacha de dos manos y Andrew inmolaba su espada en electricidad.

El demonio sonrío y agitó las alas haciendo retroceder al orco y al humano unos metros volando por el aire hasta que se estrellaron con un golpe seco al suelo y luego lanzó un zarpazo en dirección a la elfa que esquivó a duras penas dando un salto hacia atrás, tropezando en los restos de una cápsula y cayendo al suelo mientras que el Istaru abría la boca para lanzar una enorme bola de fuego azul y destruyendo una habitación que voló por los aires.

Andrew sacó un objeto de su mochila al ver cómo el demonio abría de nuevo la boca mientras que con las fuerza de sus alas impedia que se pusieran en pie y sacando fuerzas de flaqueza lo introdujo por la garganta del Vrak y luego sonrío mientras gritaba.

-¡Agrandar!

De repente, el Istaru explotó en una nube de sangre y vísceras mientras que la Torre de Harn volvía a su tamaño original, pero por suerte, la habitación en la que se encontraban era grande, de cerca de cien metros de lado y más de cincuenta de alto.

Crockta y Andrew lanzaron vitores y guerras mientras se secaban el sudor, pero de repente se callaron al ver que Yllianni movía la cabeza y fruncía el ceño, al girarse vieron como el brazalete lanzaba pequeñas descargas eléctricas.

-Lamentablemente, la pulsera interdimensional se ha estropeado y solo puede hacer dos viajes más antes de que deje de funcionar, creo que será mejor que yo me quede aquí y busque el modo de arreglarlo, además, de esa forma podré vigilar a Taliesin y si Bahal tiene algún infiltrado más.

Yllianni se acercó a Andrew y le dió un ligero beso en los labios.

-Hasta que nos volvamos a ver y antes que que él pudiera hacer nada, los teletransporto.

Andrew miró a su alrededor y esbozó una sonrisa triste, estaba en el mismo lugar en el que habían desaparecido y solo quedaban tres aventureros, sin contar a Crockta y a él: Xandor, Zotar y un humano que era tal cual como era en la vida real: un metro ochenta y cien kilos de peso, era mexicano y según contó llevaba más de veinte años en Texas, su nombre era Francisco González, pero prefería ser llamado Metal debido a sus gustos musicales.

-Debemos encontrar un sitio donde escondernos, si esas criaturas nos encuentran estamos muertos -murmuró Xandor mirando a su alrededor sin saber que hacer.

-No -negó Andrew dirigiéndose hacia Silverstone-, si nos escondemos será fácil para ellos, matarnos cuando nos encuentren, debemos buscar su Dungeon y descubrirlo, pero antes de eso debemos buscar gente que nos ayude y esa ciudad nos debe un favor a Crockta y a mi.

-¿Antes de irnos, me podrías explicar por qué te has puesto así cuando he dicho lo del camión? -Preguntó Crockta mirando a Andrew que simplemente lo ignoró moviendo la cabeza de forma negativa y se dirigió a Silverstone a la vez que Xandor y Zotar miraban a su alrededor asustados mientras que el elfo oscuro se santiguaba y el vampiro se ponía el dedo gordo el el paladar como si ahuyentara el mal de ojo.

ELERIANNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora