XLI. VIVIR JUNTOS

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(Comenten el nombre de las canciones, si las conocen ❤️)

Just give me a reason
Just a little bit's enough
Just a second, we're not broken just bent
And we can learn to love again 🎶

[Sólo dame una razón,
sólo un poco es suficiente,
sólo un segundo, no estamos rotos, sólo algo torcidos
y podemos aprender a amar de nuevo]




Will cerró los ojos y se perdió en la sensación. Él quería esto. Más de esto. La canción seguía sonando, no escuchaba del todo las palabras, pero entendió uno de los versos: «We can learn to love again».

¿Podemos aprender a amar de nuevo?

Mantuvo el contacto, firme y apretado, tanto como Lance lo permitió. Hasta que lo sintió tensarse, porque Lance podía estar más cómodo con él y estarse abriendo, pero no del todo. Él entendía eso. También le sucedía, a veces ese Will que había sido estos últimos veces todavía asomaba su cabeza y era difícil empujarlo de nuevo.

—¿Estás bien? —le preguntó, cuando por fin rompieron el abrazo y se separaron.

Lance simplemente asintió, mientras se limpiaba los ojos. Will siguió el movimiento de sus manos como hipnotizado. Podría ver sus ojos en este momento, pero no estaba seguro de que fuera lo correcto. La ceguera de Lance era una herida que, por lo que le había contado del accidente, nunca pudo sanar. Ni siquiera se le dio la oportunidad de hacerlo. Se sentía injusto verlos sin que él se lo ofreciera.

Miró a su alrededor, buscando. —¿Quieres tus...? —no las podía ver cerca.

—Están aquí —Lance estiró una de sus manos y sí, las gafas oscuras estaban ahí.

No las tenía puestas y sus ojos ya no estaban cerrados, pero su rostro estaba agachado. Quizá hubiera podido ver sus ojos en ese mismo instante, de no haber estado tan enfocado en sus labios. En cómo su barbilla temblaba y su labio inferior estaba atrapado entre sus dientes. En su regazo, su otra mano apretaba el cable de los audífonos con fuerza.

Will dio un paso más cerca, con un suspiro. Acarició suavemente su barbilla y después tiró con cuidado de su labio inferior, liberándolo. —¿Quieres ponértelas?

La voz de Lance era débil y parecía la de un niño asustado y no la de un jovencito. —¿No quieres verlos?

No era necesario preguntar a qué se refería. Sonaba resignado, como si fuera algo constante en su vida, el que las personas quisieran ver sus ojos. Y sí, claro que quería verlos, así como quería ver cada parte de él, aprenderse cada fragmento de suyo, exterior e interior. Tenía una necesidad intensa de saber todo sobre Lance, como nunca lo había sentido con nadie antes.

—¿Tú quieres mostrármelos? —esa era la verdadera pregunta aquí.

Su ceño se frunció adorablemente y su nariz se arrugó cuando volvió a cerrarlos y negó suavemente.

Will sonrió, aunque él no pudiera verlo. Tomó las gafas y se las puso, dejando un beso en su frente al final. —Entonces no. No necesito verlos ahora. Cuando estés listo. No importa si eso es mañana, la próxima semana, dentro de un mes o pasados cinco años... —se interrumpió cuando escuchó una risita de Lance. Will también sonrió sin darse cuenta, Lance tenía ese efecto en él—. ¿De qué te ríes?

Amor en Braille (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora