XLII. HAPPILY

4.7K 834 977
                                    

I don't care what people say when we're together
You know I wanna be the one to hold you when you sleep
I just want it to be you and I forever
I know you wanna leave so come on baby be with me so happily 🎶

[No me importa lo que diga la gente cuando estamos juntos
Sabes que quiero ser quien te sostenga cuando duermes
Sólo quiero que seamos tú y yo por siempre
Sé que quieres irte
Así que vamos, amor, quédate conmigo para ser felices]




¿Por qué algunas canciones encajan tanto con nuestros sentimientos? Pareciera que el compositor nos espiaba antes de decidirse a escribir o que la vida se ríe cruelmente de nosotros.

Porque ese “Can't I just stay here? Spend the rest of my days here?” era exactamente lo que llevaba días sintiendo, lo que el día anterior se estaba preguntando: ¿Podía quedarse para siempre con Lance? Porque este sitio se sentía seguro, porque con Lance se sentía a salvo.

¿Puedo simplemente quedarme aquí? —y no, Dios, no sólo lo estaba traduciendo; lo estaba preguntando a...ni siquiera sabía a quién. Pidiéndolo tal vez, deseando que fuera posible—. ¿Puedo pasar el resto de mis días aquí?

Lance suspiró y, sin que Will supiera por qué, empezó a intentar alejarse. Pero no podía permitirlo, lo apretó entre sus brazos con fuerza, por instinto, ni siquiera tuvo que pensarlo, fue instintivo aferrarse a él. Su voz se rompió unas cuantas veces, no sabía cómo decirlo, cómo reaccionaría Lance. ¿Se burlaría? ¿Lo llamaría loco? ¿Le diría que ellos no podían vivir juntos, que era una locura?

—¿Lance? —le habló al oído y lo sintió estremecerse, tanto como su propio corazón temblaba—. Lance... Sobre... Eh, sobre lo que dije ayer...

«Vente conmigo»

«Ven a vivir conmigo, Lance».

«Ven a vivir conmigo, Azul».


Había un nudo en su garganta y un hueco en su estómago. Tenía miedo, pero necesitaba hacerlo, decirlo: —Sobre vivir juntos —terminó Will y sintió como un peso se le quitaba de encima. Se relajó y sonrió. Ahí estaba, lo había dicho.

Lance aprovechó ese momento de distracción para salir de sus brazos, Will reaccionó un poco tarde y al querer acercarlo de nuevo, en realidad lo empujó y Lance tropezó. Sus manos se abrieron y golpearon la pared cercana a la ventana antes de que él cayera.

Will lo miró con horror. Joss tenía razón: arruinaba todo lo que tocaba y mataba, con sus acciones o descuidos, el amor que los demás sentían por él.

—¡Lance! —salió inmediatamente de la mecedora, pero Lance se encogió como con miedo, así que Will retrocedió con las manos en alto. Lance no podía verlas, pero sí podría escuchar el cambio en su voz—. Lance, lo siento. Soy un idiota. ¿Estás bien?

Las manos de Lance temblaban, no supo si fue por miedo o rabia. Pero, por su tono, podía deducirse lo segundo: —Estoy bien. S-sólo... Sólo me caí...

—Sí —Will asintió, tontamente—, te ayudo...

—¡No! —Lance gritó, furioso—. No necesito tu ayuda. Me caí, fue un accidente. Me caí por levantarme demasiado rápido. Eso sucede. No fue porque sea ciego —su nariz se arrugó y Will vio una lágrima resbalar muy cerca de ella.

Amor en Braille (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora