Los celos son los hermanos del amor, como el diablo es hermano de los ángeles.
(Stanislas de Boufflers)
Cuando Sarah llegó a la cocina, su hermano ya estaba ahí. Y, quizá por primera vez en mucho tiempo, eso no le molestó. —Hola.
Aidan levantó la vista de lo que sea que estuviera viendo en su móvil. Hizo una mueca. —Buenos días.
Sarah entrecerró los ojos y después suspiró. Negó. Siempre que pensaba que su relación estaba un poco mejor, él le dejaba claro que no era así. —No estés tan feliz de verme —murmuró sarcástica, mientras buscaba la leche en el refrigerador.
Pero aparentemente no lo suficientemente bajo, porque Aidan la escuchó. Él también suspiró. —No es eso, tonta. Mira esto —le mostró el celular, un mensaje de texto que en realidad no le dio tiempo de leer—. Joseph está molesto porque no le di la información ayer.
Sarah se tomó sólo un momento antes de contestar: —Y desde ayer te dije lo que tenías que hacer, Art. Dile lo que te está pidiendo.
Aidan gruñó y se puso de pie. El móvil seguía en la mesa, mientras él se paseaba por la cocina arruinando su cabello ya peinado. —No voy a hacer eso. Yo también te lo dije ayer. Deja de insistir. No seas odiosa, Sarah.
Sí, era cierto. Ambos habían dejado en claro sus posturas el día anterior. Aidan cerró los ojos un momento, recordando la conversación que habían tenido.
«Había manejado deprisa hacia el famoso Lugar. Él ya había estado ahí antes, a petición de Joseph justamente. Cuando tuvo que ir por aquel medicamento.
Sarah no le había dicho en qué área estaba o si se encontraría con él en la entrada. Y la infantil de su hermana no le estaba respondiendo las llamadas, así que tuvo que entrar. No tenía ni idea de hacia dónde ir, pero el área de Invidentes estaba prohibida porque podría encontrarse con el enfermero y lo último que quería es que Joseph supiera que había estado aquí sin órdenes suyas.
Llamemosle destino –o no–, a la razón por la cual terminó en el área de Fobias y se encontró con Derek y la novia oscura de Sarah.
Se dijo que estaba sonriendo, mientras se acercaba a ellos, únicamente porque quería molestar a la novia de su hermana. Esa era la razón de su sonrisa, obviamente.
Derek fue el primero en verlo. Había estado relajado, hablando en voz baja con la chica Dark de Sarah, incluso moviendo un poco una de sus manos; pero en cuanto sus ojos se encontraron con los de Aidan, el chico se encogió visiblemente. Su hombro derecho tocó su mejilla, como si de un tic se tratara e hizo una mueca antes de llevar su mano izquierda a dicho hombro en un claro intento por controlarlo.
La sonrisa de Aidan era más amplia ahora.
Se acercó a ellos y llegó al lado de Derek antes de que pudiera huir de él. Quedaron a escasos cinco centímetros e intentó no tomarse personal cómo Derek se alejó un poco más inmediatamente. Hubo un alegre “¡Hola!” de su parte, aunque ninguno de los adolescentes groseros le respondió.
La chica lo miró de arriba abajo con el ceño profundamente fruncido.
Mientras que Derek mordió sus labios con fuerza y centró su mirada en sus propios pies.
—Oye, qué grosero eres —Aidan no pudo evitar decirle, acercándose un poco más a él, aun cuando Derek retrocedía cada vez que él intentaba acortar la distancia entre ellos. Las manos de Aidan picaban por tomar su barbilla y alzar su rostro hasta que sus ojos se encontraran. Aunque para eso también tendría que quitar el llamativo mechón amarillo que ahora los cubría.

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Amor en Braille (Gay)
RomanceÉl no puede ver; mi trabajo -castigo- era leerle. La ironía es que fue precisamente él quien me hizo ver a mí. Yo había sido un ciego toda mi vida, sin ver lo realmente importante. Con el tiempo aprendí que era él quien me leía a mí, que realmente p...