XLIII. BODA CANCELADA

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And in other life
I would make you stay
So I don't have to say
You were the one that got away 🎶

[Y en otra vida,
haría que te quedaras,
para así no tener que decir
que fuiste tú el que se marchó]






«La boda será dentro de tres semanas, William. Espero que cooperes y, por primera vez en tu vida, dejes de ser una maldita carga y regreses a ser el buen novio del que me enamoré y que yo merezco».

Will, sentado en la sala de su departamento, leyó por cuarta vez el mensaje de Joseph. Su, aún, prometido.

Suspiró. No pudo evitar recordar la primera vez que lo vio, hacía poco más de cuatro años. Estaban en la Universidad ambos, en diferentes facultades. Había habido algo en él que lo atrajó a tal grado de no poder perderlo de vista. Joseph era...vibrante, fresco, sonriente, coqueto.  Su risa se escuchaba aunque no estuvieras cerca, su sonrisa iluminaba el lugar, sus manos vagaban por los hombros de sus amigos y amigas también...

Cuando Will se armó por fin de valor para ir a hablar con él, Joseph lo había mirado de arriba abajo; sus ojos verdes brillaban con travesura cuando se encontraron con los suyos y, con una sonrisa coqueta, le dijo “Pensé que tendría que ir yo por ti”. El corazón de Will había tartamudeado, tanto como su voz y su mano cuando se la ofreció esperando un apretón; en vez de eso, Joseph tiró de él y le dio un beso en la mejilla...

En aquel momento, y siempre que lo recordaba, ese beso lo había hecho estremecer. Hoy, en cambio, no sentía nada. Había un vacío enorme donde antes hubo pasión, deseo, nerviosismo, cariño... No estaba seguro por qué hoy incluso se preguntaba si realmente fue amor.

Eran tan diferentes. Will siempre fue más reservado, no es que fuera asocial, pero definitivamente no tan abierto como Joseph.  Tal vez eso es lo que le había atraído de él. Joseph era todo lo que él no, se sentía como si lo complementara y sacara de su zona de confort.

Y, cuando sus padres murieron hace un año, decidieron irse a vivir juntos. Will suponía que uno toma ese tipo de decisiones por amor, pero ahora, por más que se esforzaba, no podía recordar quién tomó la decisión. ¿Fue él o fue Joseph quien decidió que lo mejor era vivir juntos?

¿Fue él, en un momento de debilidad? ¿Lo había rogado él, necesitado de cariño?

¿O fue Joseph, en un acto de amor puro? ¿Se lo propuso él, para ayudarlo a pasar el mal momento, para estar a su lado durante el duelo?

No podía, por mucho que lo intentara, recordar con exactitud qué había pasado. Este último año no era claro. Dios, ¡ni siquiera recordaba la propuesta de matrimonio! ¿Quién se lo pidió a quién? ¿Quizá fue él, estando ebrio? ¿Joss tendría algún anillo? No recordaba tampoco ningún anillo...

Intentó recordar las manos de Joseph, para verificar si había algún anillo o no, pero no podía. ¿Hacía cuánto no se tomaban de la mano o que esas manos le daban una caricia?

Pensó, en cambio, en las manos de Lance. Las manos de Lance eran más pequeñas que las suyas, la piel era suave y delgada, todo en Lance se sentía frágil, como si un sólo toque equivocado pudiera romperlo. El tono casi traslúcido dejaba ver unas delgadas venas azules. Will las había trazado una con su dedo índice, maravillándose de cómo la piel se erizaba y los finos vellos dorados se ponían de punta. Sonrió ante el recuerdo, todavía podía sentir el latido bajo sus dedos y la respiración de Lance en su oído. ¿Quién iba a pensar que un día iba a tener a ese chico berrinchudo, que se había burlado de él el primer día, entre sus brazos? Más incluso, ¿quién diría que a Will le iba a gustar?

Amor en Braille (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora