Capítulo XVI

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Capítulo XVI

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Capítulo XVI

Natasha observó a su alrededor, intentando pasar desapercibida entre el personal. Avanzó a paso tranquilo y subió rápidamente la escalera que llevaba al área de seguridad del edificio. Saludó con un gesto al encargado de seguridad y caminó entre los pasillos llenos de actividad, evitando a los agentes de STRIKE al verlos pasar y avanzando sin detenerse hasta dar con la sala que buscaba. Entró subrepticiamente y observó frente a ella el panel eléctrico. El enorme armatoste empotrado en la pared era la fuente de poder de todos los sistemas que controlaban todas las puertas automatizadas del Triskelion, las cámaras de seguridad, las claves de ingresos, los detectores de metal: todo. Lo observó por unos momentos y luego se subió a una silla para acercarse a los aspersores que pendían del techo.

Cogió el encendedor que llevaba en la chaqueta y lo encendió frente al detector de humo, esperando con paciencia. Tenía todo el tiempo. Estaba comprándolo. Los segundos pasaron y, pronto, la alarma se encendió. Apenas un momento después, los aspersores se encendieron y el agua comenzó a caer en una lluvia incesante que la empapó rápidamente de pies a cabeza. Mientras fuera cundía el pánico, ella se dio el lujo de cerrar los ojos y disfrutar del agua fría en su rostro, llevándose con ella todo el dolor y la impotencia, la rabia y la injusticia que ensuciaban su piel desde el asesinato de Bucky. Tranquilamente, bajó de la silla y la levantó con facilidad para luego arrojarla con todas sus fuerzas contra el panel de control. Las chispas saltaron y el humo ya llenaba el cuarto cuando ella salió tranquilamente al pasillo, observando el caos que había provocado.

Los agentes corrían de un lado a otro, intentando apagar las alarmas, abrir los accesos atascados y activar los protocolos de seguridad. Natasha pasó entre ellos como una sombra silenciosa y salió del sector para subir directamente a la oficina de Amanda. La otrora hermética oficina de la directora estaba abierta de par en par, esperándola. En esa área del edificio no se habían activado los aspersores, pero, las puertas abrían y cerraban por su cuenta, las cámaras de seguridad se habían apagado y los elevadores no funcionaban. Natasha entró tranquilamente, ignorando a la histérica secretaria que gritaba a los técnicos de seguridad a través del teléfono y se adentró en la oficina rápidamente, dirigiéndose de inmediato al escritorio de la directora.

Sacó de su bolsillo el pendrive con archivos maliciosos y lo conectó a la computadora de Amanda, observando como aparecían en la pantalla los cuadros de texto con el malware que se adhería a los firewall de seguridad de la computadora. Poco a poco las defensas cayeron y ella tecleó furiosamente, buscando los archivos referidos al asesinato de Bucky. Allí aparecieron uno a uno, en una cascada interminable los testimonios, los registros fotográficos, los archivos de video, las anotaciones de los médicos y la necropsia del capitán. Presionó a la opción de descarga y alzó la mirada cuando escuchó el sonido de los tacones de Amanda. La mujer se detuvo frente a ella y ambas se enfrentaron en una silenciosa guerra de miradas. Finalmente, fue la pelinegra la que cedió, agachando la mirada y escondiendo una ligera sonrisa.

The Ugly TruthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora